[Contenido +18]
El peliverde salió de forma nerviosa de la habitación, no quería permanecer ahí, en esa habitación tan fría y sola. Y se llevó una gran sorpresa al encontrarse con su pareja a pocos pasos de la puerta. Estaba sentado en el suelo, con sus piernas pegadas a su pecho y con la mirada perdida a lo lejos.
Algo dentro de Zoro se logró emocionar a pesar del angustiante sentimiento de abandono.
—Creí que te habías ido— le habló apenas en un susurro y se acercó hasta quedar a su lado, a centímetros de estar juntos.
—Iba a irme— le habló, con un tono de cansancio, aunque aún no volvía a verlo. Dudó unos momento de acercarse, pero al final se animó a tomar la mano de su pareja. Era muy cálido, y su corazón dolió de emoción cuando no se apartó y estrechó aún más el contacto. —de verdad quiero elegirte a tí, Marimo...
Se cortó su respiración ante las palabras pronunciadas.
No le respondió de inmediato, y no parecía que al rubio le molestara, ahora parecía más tranquilo de haber dicho en alto lo que deseaba.
—Por favor... pelea por mí— le pidió sin poder mirarlo de frente, —me esforzaré para ser suficiente... solo quiero quedarme contigo...
—No entiendo por qué crees que eres poco— le criticó, aunque el tono que usó fue amoroso, logrando que se miraran de frente. —Estar contigo es lo mejor que he tenido en mi vida, y creo que aun puedo pelear por eso.
Se besaron y terminaron totalmente recostados en el suelo, aún abrazados.
—¿Qué te tiene tan decaído?
La voz del rubio lo había hecho abrir los ojos y mirarlo directamente. Ambos se encontraban solos en la sala de su hogar, donde el peliverde había estado descansando su cabeza en las fuertes y largas piernas del rubio. Suspiró cuando la cálida mano de su pareja se paseó con un tierno movimiento por su cabello, se sentía bien volver a tener esos momentos de intimidad.
—Ya recordaste todo, ¿cierto?— preguntó aún con tono vacilante, dejando en claro que no estaba seguro de querer saber la respuesta. La conversación que había tenido con Reiju no podía salir de su cabeza.
El rubio detuvo sus tiernas caricias en su cabello y lo miró con curiosidad.
—Eso supongo— dijo vagamente y volvió a tratar de consolarlo, pero el peliverde se quitó de sus piernas y ahora lo miraba a la misma altura.
—Solo me sorprende que ahora recuerdas todos... nuestros recuerdos— vaciló — sigas aquí... que sigamos juntos.
El rubio lo miró sin entender, y pareció que se le ocurrió una idea divertida ya que rió un poco antes de contestar —Bueno sigo aquí porque esta es mi casa — aseguró.
Fue el turno del otro para reír. —Es cierto, quien se iría de aquí sería yo.
—¿Por qué te irías, sientes que no eres suficiente?— preguntó con burla, sin creer que se sintiera tan poco.
—Eres uno de los cuatro príncipes del germa 66, por supuesto que no me siento suficiente— confesó con rabia, no paraba de recordar que no seguiría ahí si no fuera por el rubio.
Lo tomó de su rostro y lo obligó a mirarlo —Te he elegido a tí sobre cualquier cosa— le dió un beso corto y se volvió a separar, mirándolo a los ojos — ¿si notaste que aun sin recordarte estaba convencido de que mi lugar era a tu lado, verdad?— rió y tomó la mano del otro para llevarla a sus labios, —Deja de preocuparte por cosas insignificantes. Tu lugar es aquí— lo besó, no fue un beso tierno como los anteriores, éste había subido de intensidad —a mi lado— le besó duro, demandante e intenso —solo para mí y nadie más.
El rubio tenía una faceta que nadie más conocía y Zoro amaba poder sacar ese lado suyo, tan posesivo, tan celoso y tan intenso. Lo amaba, no había otra palabra para describir lo que sentía al estar con Sanji, amaba poder estar a su lado día a día, amaba la forma en cómo podía manipularlo y tenerlo a sus pies con una simple sonrisa, con un simple beso.
Estaba condenado a estar para su sexy rubio, y vivía bien con eso.
Terminó totalmente recostado con el rubio encima buscando que el peliverde quedará sin ninguna prenda, totalmente a su disposición. Cuando lo logró miró desde arriba con una sonrisa arrogante como con simples caricias había provocarlo al otro, como con unos besos ahora el moreno se encontraba totalmente sonrojado y jadeante.
El rubio sonrió de lado y comenzó a quitarse su propia ropa de a poco, haciendo desesperar al otro.
El peliverde no perdió oportunidad y atrajo al otro con brusquedad, y volvió a devorar aquellos adictivos y perfectos labios. Necesitaba más contacto, necesitaba más de Sanji, por lo que no dudó en introducir su lengua y hacer que danzarán de forma obscena.
—Te quiero ahora— demandó el rubio sin apartarse del fogoso beso y dirigiendo las manos de su pareja a su trasero.
El peliverde lo apretó con demaciada fuerza, enloqueciendo con los sonidos obscenos y necesitados que salían del rubio. Ahora necesitaba escucharlo gritar mucho más.
Condujo su dedo medio a la entrada del otro sintiendo como se contraía por la invasión. Mordió con demasiada fuerza el cuello del rubio cuando lo sintió tensarse por la intromisión y repartió besos y mordidas por todo su cuello buscando centrarse en todos los puntos sensibles del rubio logrando que el calor de ambos aumentará aún más.
No hizo esperar mucho al rubio, también ansiaba sentir a ambos juntos, fusionados en uno solo. Se recostó totalmente y dejó que el rubio tomara el mando y se montara en su miembro a su propio ritmo. Sabía bien que le hacía enloquecer dejarlo hacer lo que quisiese con él.
El rubio se movía con intensidad, salvajemente y no paraba de gritar cuánto le encantaba sentirlo dentro. El peliverde perdía la cordura con cada movimiento del rubio y como esté clavaba sus uñas en su pecho.
—Me encantas Marimo... ahhh, me encantas...
El asalto era demasiado salvaje, demasiado intenso,
ambos ya sentían cerca el final, por lo que el peliverde invirtió de posiciones y cambio el ritmo de las embestidas, aunque eran más lentas y más profundas, haciendo que ambos enloquecieran de placer.Duró lo suficiente para escuchar como el rubio volvió a gritar su nombre y dejar su semilla en lo más profundo de su pareja.
Ambos jadeantes y agotados se dejaron caer en el sillón y permanecieron en silencio, cada uno tratando de sobrellevar los escalofríos tortuosos que les recorría todo el cuerpo.
—No te... no te puede... decir... — las palabras del peliverde perdían fuerza tratando de controlar su respiración —me alegró mucho... que en el hospital... me pudieras reconocer a pesar... de no recordarme...
El rubio soltó una carcajada —fue por tu ridículo cabello... por fin sirvió de algo...
F I N
Publicado 11-25/05/23
Muchas gracias por leer!
. N U E S T R O S . R E C U E R D O S .
. Z O S A N .
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AnnSowi80
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Nuestros Recuerdos [Zosan]
Fanfiction[TERMINADA!] Verlo por fin despierto, después de dos semanas, hizo que Zoro suspirara aliviado. En los ojos del peliverde existía alivio y cansancio. Pero era extraño; Sanji, recién despierto, no transmitía lo mismo en su mirada, era algo completame...