Nuestros Recuerdos [Zosan]

6

—¿Te sientes bien?— preguntó al notar la molestia en la cara del rubio.

—Solo... son nauseas.

Esperó con paciencia hasta que el rubio tolerara la molestia. Sanji había sido dado de alta del hospital, y el peliverde se había sorprendido cuando esté le había pedido que volvieran a casa ¿Volvía a tener falsas ilusiones del volver a su relación anterior?, No se detuvo a cuestionarse aquellos, disfrutaría de la cercanía del rubio un tiempo más, y eso era suficiente.

Cuando pasó el mareo ambos entraron lentamente a su hogar, era grade y espacioso (un lujo que el peliverde no habría soñado tener). No hubo tiempo de recorrer el lugar, dado que sólo condujo al rubio a la habitación donde se tuvo que recostar, esperando que las molestias que sentía desaparecieran.

El peliverde pensó en dejarlo solo, después de todo no esperaría pasar la noche en la misma cama (aunque era lo que más deseara). Pero, para su suerte, la mano del rubio sosteniendolo lo detuvo completamente, parecía estar adormilado.

—Quedate...

Claro que eso lo emocionó, aunque dudó un poco, se metió a la cama junto al rubio, este ya dormía tranquilamente, pero no pareció responder cuando el peliverde lo rodeó con sus brazos y lo pegó a su pecho.

Había extrañado demasiado al rubio.

Lo estrechó aún más en sus brazos y al poco rato cayó complemente dormido.
Sería hasta el día siguiente que despertaría el peliverde, algo sobresaltado, ya que lo llamaban fuerte e insistentemente.

Al instante se dió cuánta que era el rubio quien lo llamaba, y no solo eso, el rubio parecía estar atrapado en su posesivo abrazo.

—... lo siento... —susurró apenas, era claro que aquella cercanía molestaría al otro, y se sintió intimidado por el hecho de que el rubio pudiera rechazarlo.

—La puerta— miró confundido al otro, no entendía lo que trataba de decirle —alguien toca la puerta.

Aquello terminó de despertarlo, se paró al instante y, aún desorientado, llegó a la puerta para encontrarse con la presenciales de dos féminas, eran Nami y Vivi, dos chicas que pertenecían a su mismo escuadrón. Si, el rubio siempre había sido popular con las chicas, y que tuviera la visita de ellas no era una sorpresa.

Las mujeres permanecerían en su hogar hasta el medio día, que es cuando ambos volverían a estar solos. No hicieron mucho, decidieron volver a dormir, cómo toda la noche, con el peliverde a lado del rubio.

. N U E S T R O S . R E C U E R D O S .

. Z O S A N .

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AnnSowi80