Un poco de verdad

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Cuando regresó de la visita, se sentía inquieto, su abuela siempre fue muy especial.

Vivir solo estaba en sus planes, pero no esperaba que fuera así...

Sus padres no estaban así que les haría una vista también, la empresa en donde trabajan estaba cerca y solo tuvo que caminar unas cuantas calles antes de llegar al gran edificio con ventanas polarizadas. El guardia de la puerta lo vislumbró y rápidamente abrió la puerta para él.

El hombre inclinó la cabeza saludando. - Buenas tardes.

Ray asintió. - Igualmente.

La secretaria estaba en su puesto atendiendo una llamada y tecleando en la computadora con una expresión concentrada. Cuando finalmente terminó la llamada notó la presencia de Ray y se ruborizo disculpándose.
- No te preocupes, estabas ocupada.- Le dijo el omega tratando, sin éxito, de calmar a la chica.

La chica con una angustia interna sacó en teléfono y le comunico a su madre que estaba ahí. Con un asentimiento por parte de la beta pudo seguir su camino, no sin antes agradecerle.

- No me trates con tanta formalidad, no trabajo aquí. - Sonrió y apretó el botón del ascensor.

Al llegar a la oficina de su madre tocó tres veces antes de entrar por completo.

- Hijo, que alegría verte. - Le saludó la alfa.

- Madre, ¿cómo ha estado? - Sonrió acercándose.

La mayor le devolvió la sonrisa haciendo un ademán para que el menor tome asiento.

- Muy bien. Me enteré de la visita a mi agradable suegra. - Bromeó. Ray asintió riendo.

- Sí, me ofreció un departamento, piensa que es mejor empezar a vivir solo.

Isabela asintió de acuerdo, pero por dentro pensaba que era la primera vez en que se sentía de acuerdo con esa anciana cascarrabias. Tomó los papeles de su escritorio y los acoplo de manera impecable a su lado.

- ¿Qué piensas de eso? Quisiera saber tu opinión.

Ray suspiró pero asintió. - Estoy de acuerdo, ustedes merecen su espacio y yo ya estoy muy grande para quedarme en casa.

- Entonces tienes mi apoyo, hijo. - Motivó la alfa. - Aunque a tu padre se le romperá el corazón al verte partir de tu hogar. Ten en cuenta que si necesitas algo estaremos para ti.

- Sí, gracias...Mamá.

Isabella pareció sorprendese, sin embargo sonrió dulcemente. Era su niño y lo seguiría siendo.

- Hace mucho que no me dices así...

- Ya era momento.

Ambos se sonrieron.

- ¿Mi padre está aquí? - Preguntó observado de soslayo los papeles sobre la mesa que antes su madre dejó de lado.

Isabella asintió. - Sí, está ocupándose con el grupo de diseño de la imagen para nuestro próximo producto.

- ¿Será muy malo visitarlo ahora?

- Hm, no lo creo. Le sienta muy bien la presencia de su bebé.

Ray suspiró soltando una risa sarcástica sin ser irrespetuoso. - Su único bebé.

Isabella soltó un ronroneo a gusto viendo a su hijo a los ojos.

- Ya veremos.

Pasaron un par de minutos después, conversaron sobre el producto y de vez en cuando se desviaban del tema para hablar sobre cómo les iba. Madre e hijo estuvieron juntos y tomaron una taza de café humeante que abría el apetito, era muy bueno por el mal clima.

𝗘𝗰𝗹𝗶𝗽𝘀𝗲 𝗢𝗳 𝗟𝗼𝘃𝗲 - Noray Donde viven las historias. Descúbrelo ahora