OBDA - Mi novio virtual es en realidad un Extraterrestre

67. ¿Qué pasa conmigo y el joven maestro?

Las miradas de los dos individuos se encontraron y, por alguna razón, se miraron fijamente durante un momento.

Alguien salió del interior y le dijo: "Tú debes de ser Mei. Antes de que saques a la persona, tengo que informarte sobre la cuenta y la cantidad que tienes que pagar. El total por tres personas es de seis monedas de oro, y también hay gastos compartidos por su estancia aquí y el coste de nuestra intervención, que ascienden a ocho monedas de oro."

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A Mei ya no le importaba el joven general. Recuperó la compostura y, algo sorprendida, dijo: "¿Tanto es?".

"Cobramos según el procedimiento adecuado", le dijo el soldado. "Si estás seguro de rescatar a la persona, por favor, acompáñame a hacer el pago".

Mei sólo llevaba encima siete monedas de oro. Si tenemos en cuenta lo que se mencionó anteriormente, su dinero sería definitivamente suficiente. Sin embargo, si se calcula de esta manera, definitivamente no es suficiente.

"Um, oficial", le dijo Mei, con su pequeño cerebro dando vueltas mientras intentaba razonar, "Lo que quiero decir es que, verá, son dos monedas de oro por persona, ¿verdad? Pero Pingping es sólo un niño, y no supone ningún daño sustancial, ¿verdad? Entonces, ¿no podemos pagar sólo una moneda de oro por el niño?".

El oficial no esperaba que alguien viniera a regatear. Él dijo: "¿Crees que esto es un mercado?"

Mei se atragantó.

"Si vas a hacer el pago, ven conmigo. Si no tienes esa intención, no retrases a los demás", el soldado claramente no quería involucrarse más, su tono llevaba una pizca de impaciencia. "Eso es todo, ¿entendido?"

Mei se quedó sin aliento, sin saber qué hacer.

Algunos de los transeúntes que estaban detrás de él también comprendieron la situación. Probablemente sabían lo que estaba pasando. Habían oído que el médico que vendía esas medicinas era muy joven, pero no esperaban que lo fuera tanto. Aunque no querían interferir, algunos de ellos habían consumido la medicina de Mei y habían experimentado una mejoría en su salud, por lo que no podían simplemente hacer la vista gorda.

Así que alguien habló: "Oficial, tiene razón. ¿Qué entiende un niño? ¿Cómo se les puede poner el mismo precio que a un adulto?".

"Sí, oficial, sea indulgente."

"No es fácil para ellos."

"Oficial..."

La multitud de este lado comenzó a discutir de repente, atrayendo naturalmente la atención del joven general no muy lejos. Inicialmente había detenido sus pasos hacia la sala principal y ahora miraba hacia aquí.

El alcalde de la ciudad, Gasi, se sorprendió y vaciló. Dijo: "¿Joven General?"

Zuo Qingshan dudó por un momento pero finalmente caminó hacia esta dirección. Se acercó a la multitud, preguntando: "¿Qué está pasando?".

La multitud giró la cabeza.

Meiyi también miró a Zuo Qingshan. Al oír sus palabras, sintió una sensación de familiaridad, pero no podía precisar dónde lo había distinguido antes, como si lo hubiera oído en alguna parte.

El guardia de la prisión, que había sido algo arrogante, se irguió inmediatamente al ver al joven general y habló: "En respuesta al joven general, alguien aquí desea redimir a una persona, pero la cantidad que necesita pagar no cumple con nuestras regulaciones. Actualmente, la gente de por aquí tiene una tendencia a crear problemas, pero estamos en negociaciones con la otra parte."