Espeluznante

Capítulo 4: Nada

Espero que sea de su agrado, en este capitulo les muestro un poco más de Iván, sin embargo falta mucho más desarrollo jejeje, bueno aquí esta el capítulo!

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Los recuerdos de una tarde lejana vienen a mí, él me dijo algo como "¿Y qué deseas tú?" no pensé mucho la pregunta antes de responder que era él, él es lo que más deseo en este mundo, quedarme a su lado, armar todas las constelaciones existentes con sus pecas y admirar cada una de sus pestañas, la delicadeza con la que trata a los libros, sus ojos verdes...

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Alfred se encontraba en un sueño profundo, un bosque verde lo rodeaba y miles de estrellas rondaban su cabeza, era reconfortante, hasta que un gran cuervo aparecía, era horrible, todo el bosque empezaba a desaparecer y corría, intentaba escapar, lo cierto era que un verdadero héroe se habría quedado a enfrentar al cuervo "Deja este verde bosque en paz, pues aquí tus días encontrarán su culminar" y con una hermosa espada lograría librar al bosque, probablemente animales agradecidos lo rodearían y una hermosa princesa iría a agradecer su rescate.

Pero...

Él no podía hacerlo, tenía tanto miedo que sentía que podría caer en cualquier momento, volteaba su mirada y esa cosa se acercaba, cada paso pesaba más que el anterior, estaba cansado de escapar, pero tenia tanto miedo, era aterrador. No importa, de cualquier forma, los héroes pueden llorar cuando nadie los ve, su vista se nublaba y se sentía desvanecer tan pronto acabe su ultimo exhalar, el viento susurraba cerca de él, y una voz horrible calaría hasta lo más profundo de su ser, a unos pasos de detener su carrera, una tormenta de nieve lo empezó a rodear, la vegetación se perdía, el cielo y la tierra se cubrirían de blanco, pero no hacia frio, sus pisadas se iban deteniendo, no había nada en aquel vacío y eso se sentía bien, hasta que una silueta se aproximó a su lado, no podía ver su cara pero sintió una calidez arrullarlo en paz, reconfortante, hasta que notó las manchas rojas en la blancura.

¿Sangre? ¿De donde? No importaba, seguía siendo cálido...

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Ni bien Alfred levantó la vista, se encontró con unos ojos amatista sobre él, con un pequeño salto, se froto los ojos nuevamente para asegurarse que no era un sueño.

- Fredka, hora de levantarse!

- ¿Qué diablos Iván? ¿Qué haces en mi cuarto?

Rápidamente Alfred volteó su vista a su ventana, talvez era porque se había quedado dormido, o... bueno la oscuridad en su cuarto ya era suficiente para saber que era tarde, DEMASIADO tarde como para que alguien se auto invite en tu cuarto.

- Dude, no es por nada, pero ¿Sabes qué hora es? – La mirada interrogante de Alfred se dirigió a Iván, pero cambió al verlo, él estaba cubierto de nieve, como si el gran chico de aquí en frente hubiese decidido dejarse cubrir de la blancura fría de la noche.

- Oh vamos hombre, un segundo me descuido de ti y ya estás a un paso de la hipotermia.

Alcanzando los lentes en su mesita de noche, Alfred limpió la nieve, agarró sus cobijas y cubrió a Iván con estas, cubrió con sus brazos el cuerpo de Iván, no importaba lo grande que se viera, quería que no se enfermara, para él nunca importaría que fuera Iván, él solo era él y eso estaba bien.

Iván sintió calidez, una calidez que solo Alfred le daba, la oscuridad desaparecía cuando estaba con él, todo era más reconfortante, su corazón se mecía en una balada tierna, ya no dolía.

"Estoy tan cansado de esto Alfred, mis ojos se nublan por un velo que se desvanece en mis ojos y nuevamente estoy perdido" Palabras atrapadas en su garganta, se infestaban en el corazón de Iván, sus recuerdos siempre jugaban un mal momento cuando se sentía feliz, porque ¿Qué haría si Alfred se fuera?.

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Aquella tarde Iván vio a su madre, sus ojos ya no estaban cubiertos de ojeras, sus mejillas estaban blancas, no con tonos morados ni verdes, no la había visto hacia tanto tiempo, su corazón presionó su pecho, ¿Dolor, tristeza? Su garganta empezó a bloquear el aire, respirar se había vuelto tan difícil.

Fue entonces cuando ella giro y lo vio, sus ojos transmitían su sentir 

Miedo 

Sus manos empezaban a temblar, su ceño se fruncía y miraba alrededor, la gente caminaba, no les importaba la vida de una campesina, no les importaba nada. Lo miro fijamente, cuando percibió sus deseos de acercarse, agarró algo en sus manos y se lo lanzó, en el golpe no se notó vacilación alguna.

Dolía...

Dolía...

DOLÍA...

No, él no quería esto...

Él solo quería a alguien,

Por favor, solo quería a alguien que le quiera.

Solo quería...

No recuerda mucho más, solo despertó en medio de la nieve, ese día llegaba Alfred en la noche, siempre esperaba ansioso en la puerta, pero solo hoy quería quedarse en blanco un poco más, solo hoy quería ver y escuchar la nada y así talvez olvidar un poco más.

Gracias por leer!!