Capítulo 12: Hermanos

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¡Hay un gran lago a cercanías de la casa! Deberíamos ir Matthie, no deberías quedarte encerrado aquí toda tu vida...

¿Eh? ¿Si yo ya fui? ¡Cientos de veces! Hay algunos patos por ahí y la hierba no es pequeña como aquí, sino es alta y ruidosa, oh, a veces hay patos y hay hartos pinos, ya verás te mostraré...

¿Te cuento un secreto? Madre un día me dijo que quería mostrártelo hace mucho, mucho tiempo, así que ahora yo te mostraré.

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Arthur cerro los ojos con fuerza al ver el cuadro delante de él, algo en aquella pintura le recordaba el bosque que había presenciado antes, ver a Alfred llorando en un lago tan parecido al de la pintura, aquel fatídico día que pesaba en lo más profundo de su ser se mantenía arraigado en sus recuerdos.

La espesura del bosque se cerraba a su alrededor, un laberinto de sombras y secretos. Cada paso en el suelo crujiente estaba cargado de pesar, como si la misma naturaleza compartiera el duelo que pesaba en el corazón de Arthur. El susurro de las hojas y el eco lejano de un arroyo creaban una sinfonía triste que acompañaba el recuerdo del día fatídico.

Aquel día, desearía que el dolor que lo atormentaba solo fuera para él, cuando vio al pequeño Alfred mojado con los ojos vacíos, fue que sintió las lagrimas acumularse en sus ojos. Si aquella mañana ninguno de los niños Jones fueron encontrados en sus habitaciones, lo cual alarmó a toda la servidumbre de los Jones.

Fue entonces cuando un sirviente llego a su casa para ver si estaba con ellos, al enterarse una gran preocupación vino hasta él "Mathew... el no debería salir de su habitación..." dicho esto llamó a su cochero familiar y emprendió marcha para ir donde los niños.

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- Mathie, vamos, pronto llegaremos!

Un pequeño Alfred sostenía de la mano a Matthew quien caminaba con dificultad, miraba curioso alrededor y sonreía tranquilo

- Al, ya sabes que no soy rápido, además es la primera vez que veo tantas cosas – Mathew miraba expectante y sonreía al ver los árboles, su vista corría de un lugar a otro - ¿Qué es eso?-

Alfred sonreía con orgullo sin dejar la mano de Matthew

- Eso es un sapo Matthie, son feos y si tocas tu mano se hará fea

- ¿Eh? Pero, a mi me parecen bastante lindos – Matthew sonreía y con suavidad agarraba unas hojas caídas en el piso – Que ásperas son las hojas... - Alfred sonrió y soltó la mano de su hermano para recoger una flor silvestre, era muy pequeña, pero quería que la viese.

- Mira, una flor silvestre

Matthew sonrió y agarro la flor – Es tan pequeña, Al, se ve tan bonita – Matthew sonrio con calidez y agarro la flor con cuidado de no romperla, luego Alfred lo miró con una sonrisa y tomó de su mano "Ya falta poco Matthew, hay una gran pradera, ahí podremos sentarnos y comer los dulces que traje" Alfred sonreía, nunca había salido con su hermano, claro, habían ido al jardín pero no era igual, con un montón de sirvientes alrededor, rara vez se sentía solo con Matthew.

- ¡Al, mira! – Matthew abrió sorprendido sus ojos y miró alrededor, - Nunca vi... tanta agua junta... - Sus ojos brillaban, intentando acercarse al agua sus pies tropezaron y Alfred sostuvo su cuerpo

- -Matthie cuidado, ahora llegaremos ahí – Alfred Agarro a Matthew, sintiéndolo más pesado, como si se sostuviera muy fuerte de él

- Alfred... mira, haya hay una mariposa, una mariposa verdadera, no como en los libros... - Matthew se sentó y Alfred se sentó junto a él, el viento resoplaba frías melodías y el cielo contrastando se veía claro y brilloso – Gracias... por traerme aquí – El agarre en la mano de Alfred se sintió fuerte pero luego se sentía mas suave-

- Matthie?... – Un cálido toque se apoyo en Alfred y vio a Matthew durmiendo tranquilo

- ¿Sabes Matthie? Tú eres mi pequeño hermano, así que yo, siempre te cuidaré, y cuando salgas por fin de esa habitación, iremos al mar, ¿sabes? Es millones de veces más grandes que este lago. – Alfred apoyo su cabeza suavemente en la de Matthew- Iremos en un gran barco! Hasta Arthur estará invitado y... y también iremos a esquiar... por fin podrás estrenar ese viejo esquí que el abuelo te regaló...

Alfred sonrió con ese pensamiento, en su mente se veía a él y a su hermano sonriendo rodeados de arena y mar

- también el mundo verá tus dibujos... y podremos ver a un oso verdadero cuando veamos ese lugar que tiene tréboles, recuerdas? En el libro decía que tenían osos reales...

La mano de Matthew cayo suavemente y la ultima sensación de estar junto a Alfred, tocando el pasto hizo que piense en si mismo en todos los escenarios que Alfred describía, el sueño se apoderaba de él, el dolor que sintió todo el camino en su cuerpo desaparecía levemente ¿Era esto lo que se sentía estar sano? Talvez... seria bueno haberlo experimentado un poco más, pero, en estos momentos no se puede quejar, teniendo a Alfred a su lado, era suficiente, intentó sonreír, pero la fuerza no era suficiente.

Esperaba reencontrarse con su madre... aunque sea una vez más...

- Matthie...?

...

...

...

Los ojos de Alfred sentían temblar al ver a Matthew dormido frente a él, una sensación de terror recorría su espina y con cuidado lo sostuvo suavemente

- Matt, no debes dormir... cuando lleguemos dormirás todo lo que quieras... pero ahora debemos volver a casa...

Alfred envolvió a Matthew en un abrazo protector, sus manos temblorosas buscaban consuelo mutuo, el lamento del viento parecía mezclarse con el susurro de sus sollozos, creando una sinfonía melancólica "Vamos Matt, no me dejes aquí... despierta, ¿No ves que ya paso mucho tiempo? En casa deben estar preocupados..." El corazón de Alfred sintió detenerse cuando no sintió la respiración de Matthew, su garganta oprimía su cuello y sus ojos se nublaban.

Las palabras de Alfred flotaban en el aire, impregnadas de angustia y anhelo. Como un eco desesperado, sus súplicas se mezclaban con la brisa "Todavía... todavía no tocaste el agua Matt" El cuerpo de Alfred caminaba tambaleándose hacia el lago, sus manos juntas recogieron del agua del rio , pero el temblor de estas hacía que se derrame gran parte del agua "¿Sientes esto?" Alfred dejó caer el agua que quedaba sobre las manos de Matthew.

"¿Ves Matt? Esta fría, tan fría que sientes tus manos congelar, ¿no es así?... Vamos Matt... te llevaré hasta ahí... Matt, no te quedes ahí... ves el lago... no es nada comparado al mar" Alfred se arrodillo frente al cuerpo de Matthew, y con cuidado lo abrazó, su cuerpo se inclino hacia Alfred mientras este lloraba, decía palabras que eran indistinguibles para cualquiera que escuchara.

El cielo ya estaba oscuro, cuando Alfred escuchó un leve susurro "Vamos a casa Alfred" Solo eso bastó para que con cuidado cargará a Matthew, sosteniéndolo caminó camino a casa, "Mira Matthie... esos de haya que vuelan son murciélagos... son... como ratas aladas" Los pies de Alfred se arrastraban hasta que vio a lo lejos una sombra corriendo hacia él, su vista bajó al camino, y luego vio a Arthur a su lado, decía algo, pero no escuchaba, sintió tambalear y al momento de caer cayó de frente... es verdad... si caía atrás Matthie se dañaría.





Espero que les haya gustado el capitulo, espero que les vaya muy bien :)

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