Capítulo XIX

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Estaban ya todos reunidos para almorzar, los elfos habían hecho de todo tipo de exquisiteces para comer, habían alumnos, pero no estaban todos, los cuales también estaban degustando los manjares que había allí.

Dumbledore le colocó carne con patatas a Minerva, cuando habían llegado Severus y Sybil juntos a comer, de hecho venían felices conversando y se sentaron juntos para seguir hablando.

El Director y la Jefa de la Casa Griffindor los miraron y se miraron cómplices.

Acabarán juntos-decía Albus- todo va para ese camino, acuérdate de mi Minnie.

Están descubriendo que tienen harto en común entre sí-dijo la bruja mayor.

Así es, de hecho pensaba darle un empujón a la situación-dijo el Director-quería organizar algo como una fiesta en el castillo.

Es estupenda idea- dijo Minerva- y ¿Cuándo quieres hacerla?-le preguntó.

Para Samhain-dijo Albus-organizar una fiesta de máscaras y disfraces, en que todos vayan, ¿Qué te parece la idea, Minnie?.

Comuniquémosla a los profesores, creo que a ellos les gustará-dijo la bruja- por lo menos, a mi 
¡Me encanta!.

Sí, y así también aprovechan de amononar a Sybil- dijo Dumbledore- ya sabes, cosas de chicas, donde ustedes se arreglan y todas esas cosas que los hombres no lo entendemos, pero que quedamos impresionados y bobos con los resultados.

Sí, es estupendo-dijo Minerva.

Ok, les informaré entonces más rato en una reunión express por la tarde-dijo el Director.

Terminaron de comer y Severus estaba muy animado hablando con Sybil de libros, los cuales ambos compartían por leer. El pocionista estaba encontrando a la adivina como una persona interesante para llevar tertulias literarias y eso le estaba encantando, le divertía si sus torpezas que hacía en la mesa, pero no les daba mucha importancia.

Se levantaron al terminar de almorzar y se fueron cada uno por su lado, Severus a sus queridas mazmorras y Sybil a su torre para conseguir leer los libros que había pedido en la biblioteca.

Severus fue a su laboratorio de pociones, donde fue a ver sus anotaciones que debía hacer en lo que restaba en la tarde, mientras tanto Sybil estaba feliz, había hablado con Snape y eso la hizo ilusionarse mucho y comenzó a darse vueltas por toda su oficina cantando feliz de la vida.

Por la tarde, ya llegando a la seis, a los profesores se les comunicó de  la reunión express, así que salieron todos de sus despachos y fueron a la oficina del Director.

Buenas tardes colegas-dijo Dumbledore- esta reunión es de carácter informativo y es para comunicarles que para la fecha de Samhain a partir de este año, haremos una fiesta aparte de la  comida que siempre hacemos, en la cual ¡habrá una fiesta de disfraces y máscaras para todos!.

¡Oh, pero que genial idea!-dijo Pomona.

A Severus esto no le hizo mucha gracia, odiaba todo tipo de fiestas, ya tenía suficiente con ir a la cena y tener que estar vigilando a cabros chicos que se llenaban comiendo cosas dulces y que después dejaran todo pasado a azúcar por todos lados.

Supongo que será voluntario el ir a esa fiesta-comentó el pelinegro.

Es para todo el personal y alumnado y es obligatorio-dijo el Director, mirándolo.

¡Oh vamos Severus!-le dijo Charity-¡Lo pasarás bien!.

Severus le puso una mueca de desagrado.

Bueno, es todo por hoy-dijo el anciano-la reunión express ha finalizado, pueden devolverse a sus labores.

Severus fue el primero en salir, estaba furioso, odiaba estas fiestas, pero se contentaba con pillar alumnos y quitaba puntos; lo hacía para desquitarse.

Sybil lo miraba a lo lejos, sabía que al ser obligación, el ir ya por lo menos lo vería, ahora el tema era encontrar ropa adecuada, así que fue a su torre, dirección a su dormitorio, donde guardaba su ropa para ver que usaría.

La vista no era muy alentadora, tenía vestidos de lana largos tipo hindú que le quedaban holgados. La adivina no era gorda, tenía una estupenda figura, pero como era acomplejada desde su tiempo de colegio, nunca le prestó atención a arreglarse más allá.

Tenía un solo traje de gala que ya lo había usado mucho, era de color rosado con bordados de lentejuelas y tenía hoyos de polillas. Estaba decidido que tenia que cambiarlo, así que mañana iría de compras, aunque la verdad, ella no tenía ni idea realmente qué ponerse o qué podía hacer; lo que sí sabía era que quería deslumbrar a Severus, el tema que no sabía cómo hacerlo, ya que era primera vez que se encontraba en una situación como ésta.

¿Cómo lo conquisto?- se preguntaba a sí misma-, no sabía como a él le gustaban las mujeres. Estaba ensismada en sus propios pensamientos, cuando tocaron a la puerta:

¡Toc-toc!

¿Quién es?-preguntó la adivina desde adentro.

Yo-le dijo Charity- vengo con Pomona y con Vector, ¿Estás ocupada?.

Abro enseguida-dijo la maestra de adivinación-haciéndolas pasar.

Sybil, mañana iremos a Hogsmeade a comprar lo necesario para la fiesta de Samhain-dijo Vector-los días pasan volando y no haremos nada a última hora.

La adivina lo encontró perfecto, ya que ella iba a lo mismo, así que le comentó sus planes de ir a comprar mañana, que lo tenía pensado de antemano.

¿ibas a ir sola?- preguntó Pomona.

Si- dijo la maestra.

Pero, ¿ Cómo se te ocurre que ibas a ir sola? ¡No!-le  dijo la Herbóloga- vamos todas, si Minerva y Poppy también irán con nosotras y aprovechamos de pasar al bar "las tres escobas" a tomar algo-continuó diciendo-tomémoslo como un día de paseo.

Entonces nos juntamos después del desayuno para ir ¿de acuerdo?-preguntó Charity.

De acuerdo-dijeron todas.

Así, conquistarás a mi amigo, que por cierto, ya esta encantando de ti con tu sapiencia-le dijo Burbage,

¿Te ha dicho algo?- le preguntó la adivina.

Sólo que está asombrado , que sabes de tanta cosa y que él no se había dado cuenta antes- dijo la profesora de Estudios Muggles- el creía que sólo eras una adivina más y eso, pero yo le conté que como Íbamos a la misma casa y fuimos compañeras, que te conocía bien y eras una come libros, así como lo es  él.

Si ustedes hace rato que deberían estar juntos-dijo Vector- tienen harto en común.

Pero, no creo que le guste mi aspecto- se lamentaba Sybil- no soy ciega, yo no le atraigo a el como mujer.

Pero amiga, eso lo arreglaremos, ¡tranquila!- dijo Pomona- ya verás como él de a poco te mirará de otra forma, ¡Ten paciencia!, ya verás que todo cambiará.

Amor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora