Capítulo X

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Caminaba Severus por el jardín y se encontraba en el árbol donde se encontró a Sybil, tocaba la madera.

¿Severus?-preguntó una voz.

El se dió vuelta y la vio, pero estaba distinta, con el pelo alisado con un traje verde largo, sin esos horrorosos lentes. Le tomó la mano y se la besó, la llevó a la pérgola mientras sonaba de fondo una canción de Miss Morty llamada "Eres mi luz en la oscuridad", se tomaron las manos y comenzaron a bailar un vals, hasta que el pocionista se acercó a ella y la besó.

¡¡Por Merlín!!-gritó asustado Severus, transpirando en su cama,  después de despertar de este sueño.

¡Qué hermoso!-dijo la adivina al despertar, pero sólo fue un sueño-se lamentó.

Curiosamente, los dos tuvieron el mismo sueño.

¿Cómo la miraré ahora?- se decía el pocionista.

¿Cómo lo miraré ahora?-se decía la profesora.

Snape miró la hora, eran las cinco de la mañana, se levantó y fue a la ducha, tenía que despejarse. 

Sybil se quedó un rato más en la cama soñando y pensando en retomar aquel hermoso sueño con su amor platónico.

Severus se estaba vistiendo, mirándose al espejo de caoba oscuro que tenía en su pieza, se colocó la capa y salió a su despacho, aprovechó de etiquetar las pociones hechas en el día de ayer.

La adivina se levantó, se fue a bañar y miró su ropero, quería hacer un cambio, miró en un espejo ovoide dorado su cuerpo que siempre lo escondía, optó por un vestido sencillo y botas, se desenredó su pelo y no se puso nada en su cabeza, se maquilló un poco sus ojos y se colocó brillo labial, trató de ponerse mas erguida y más tranquila al caminar.

Se quedó esperando unos minutos y salió decidida a verlo, bajando la torre con toda la calma del mundo, hasta que se encontró con Albus.

Buen día Director-le dijo ella.

¡Oh!, Buen día Sybil, ¿Cómo amaneciste?-le dijo-, ¡pero mira!, ¡¡te ves linda!!, ¿Será por el sueño que tuviste?- le preguntó.

Sybil se puso roja y le preguntó: Y ¿Cómo sabe que soñé algo?.

Soñaste con Severus, ¿no, pillina?-le preguntó- y fue un buen sueño, por lo que he visto.

La adivina se sonrojó aún más.

Tranquila- le dijo Albus- tu secreto está guardado conmigo-le dijo el anciano.

Sybil se puso nerviosa, pero más aún cuando entró Severus al Gran Comedor y la vio que que estaba ahí, el también se puso nervioso, recordando el sueño que tuvo con ella, así que trato de mentalizarse y actuar lo más "normal" que pudo, pero a Albus no se le escapaba ni una.

Así que soñando con Sybil ¿no?-le dijo divertido.

No sé de que me hablas-le dijo el pelinegro.

Sé que soñaste con Sybil y un sueño que te ha hecho suspirar-le dijo el anciano.

Severus lo miró, preguntándose a el mismo, ¿Cómo era posible que todo lo supiera?.

Sólo fue un sueño, mas bien una pesadilla-afirmó el pocionista.

No te creo, ayer estabas preocupado de ella si la dejabas subir sola las escaleras rumbo a su torre-le dijo Albus mirándolo.

¿Cómo sabes eso?-le preguntó alterado el pelinegro.

¿Qué tiene de malo preocuparse por ella?-le preguntó Albus-, eso quiere decir que te importa tu colega.

Me importan como todas, no es por algo más allá- le dijo él.

Amor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora