Capítulo VIII

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Severus salió de ahí con dirección al despacho de Bathsheda Babbling para el tema de las planificaciones.

¡¡TOC-TOC!!- tocó la puerta el pocionista.

Pase-dijo la profesora.

Buenas tardes Profesora Babbling, vengo con la planificación anual para hacer coincidir los horarios.

Bathsheda tenía todo listo y se la entregó.

Gracias Profesor Snape-le dijo.

A ti-le mencionó el pocionista. Y se fue de vuelta.

No pienso ir donde la locura hecha persona, inventaré una excusa- se decía para si mismo.

Fue al despacho de Albus con la planificación de la profesora de Runas Antiguas.

Acá está lo que me pediste de Runas Antiguas-dijo el pocionista-, desgraciadamente, no podré hacer lo de adivinación, tengo que surtir de pociones la enfermería, antes de que se acerque el tiempo de ingreso de los alumnos-acotó Snape.

Albus alzó la vista y miró fijo al maestro de pociones.

No creo que esto demore Severus-le dijo el anciano-, si pudiste hacer increíblemente rápido con Bathsheda, también lo podrás hacer con Sybil.

Albus, yo no tolero a la profesora Trewlaney-le dijo cansado de la situación el pocionista.

Es mejor decir eso que inventarme excusas de que tienes que hacer las pociones para la enfermería, ¿No lo crees Severus?-le preguntó el Director, mirándolo entremedio de sus anteojos.

Albus, si ella no hiciera el loco, si ella fuera de otra forma, yo feliz de hacer este tema-dijo Snape.

El Director lo miró y le dijo: Acompáñame.

¿Dónde?-le preguntó el maestro de pociones.

Sólo ven y acompaña a este anciano-le dijo Dumbledore.

Tomó la planificación y en el camino, vio que iban dirección a la torre de Trelawney.

Albus, ¿Me vas a llevar a la torre de...la profesora de adivinación?-preguntó Snape.

Por esta vez, después vendrás tú solo-le respondió el Director.

¿A qué vendría solo?-le preguntó extrañado Snape.

Como dicen los muggles, se cuenta el milagro, pero jamás el santo- le dijo sonriéndole.

¡¡TOC-TOC!!- golpeó la puerta el Director.

¿Si?- dijo la adivina desde adentro.

Albus- dijo el Director.

Sybil abrió y lo vio con Severus, quien inmediatamente se puso nerviosa al verlo, cruzando miradas.

Vengo a buscar la planificación, querida Sybil, ¿La tienes?- preguntó Dumbledore.

Si, si Albus, pasen por favor-dijo la adivina.

Los tres profesores hicieron coincidir los horarios, Severus miraba la sala, mientras la maestra de adivinación estaba entre mirar el horario y ver de reojo al pocionista.

Severus, ayúdame acá-dijo el Director.

El pelinegro apoyó a Albus y por fin, terminaron la planificación.

Bueno, querida Sybil, eso es todo-le dijo el anciano- ya nos retiramos, hasta luego y recuerda-continuó diciendo- te quiero ver en el Gran Comedor ¿De acuerdo?.

De acuerdo-le dijo la adivina- hasta más rato Albus, Adiós Profesor Snape.

El pocionista sólo la miró y no se despidió, dejando la estancia.

Severus, - dijo el Director- Sybil se está despidiendo de ti.

El maestro de pociones sólo le hizo una venia y se fue con Albus hacia su oficina.

Supongo que será todo ¿No Albus?- le dijo el pelinegro- ya que, tengo que hacer esas pociones.

Si, Severus, es todo, ¿Ves que no era tan "difícil" lo de Sybil?-le dijo divertido.

No me gusta estar en nada en relación con esta mujer-replicó el pelinegro.

Deberías conocerla mejor-le dijo Dumbledore-ella no es como tu la ves.

¡Por favor, Albus!-le dijo Snape, ¡Está loca!, todos lo sabemos.

 Si te vuelvo a escuchar decir eso, los pondré a ambos en actividades por un mes, hasta que se soporten- le sentenció el Director, mirándolo fijo.

¡¡No lo harás!!-le dijo el pocionista enojado.

Sabes que puedo hacerlo-le dijo en anciano.

¿Cuál es la idea de torturarme con eso, Albus?-le preguntó el pelinegro.

Todo es una rueda Severus-le dijo el Director-de quien menos piensas, puedes que encuentres necesitar ayuda.

¿Yo?.. ¿Necesitar ayuda de esa... ? ¿de la profesora Trelawney?-preguntó escandalizado el pocionista.

Albus sólo lo miraba.

Si no hay nada más que decirme, me retiro, Adiós-concluyó Snape, alejándose a paso rápido.

Yo, necesitar de esa loca- murmuraba el maestro de pociones- realmente tendre que averiguar de cuál se fuma para no probarlo-se decía a si mismo- caminando dirección a su despacho.

Amor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora