Nuestra memoria o, mejor dicho, nuestra mala memoria nos puede llevar a mentir,
la mayor parte de las veces de forma no intencional.
Esto ocurre porque los recuerdos no son una copia real y fidedigna de lo que ocurrió
en el pasado, sino más bien construcciones imperfectas de las experiencias. La memoria
es un proceso selectivo que hace que todas las cosas no se recuerden por igual.
En consecuencia, recordamos mejor unas cosas que otras. Con el paso del tiempo, muchos
detalles de los recuerdos, y a veces los más esenciales, se difuminan y se pierden, y
pasan a ser reconstrucciones parciales, a veces sesgadas, de lo que realmente sucedió.
Por otro lado, los recuerdos no se almacenan en la mente aislados, en el vacío, sino
que se encajan en la experiencia previa de cada persona. Los recuerdos se relacionan y
se modifican según las actitudes, las expectativas y las tendencias de cada uno. Todo ello,
unido a los acontecimientos que suceden después, altera la precisión del recuerdo.
Cuando las circunstancias en las que se produce un suceso son de tipo emocional
intenso, como cuando se es víctima o testigo de un acontecimiento grave, algunos
aspectos se graban en la memoria con nitidez, mientras que otros se difuminan o se
borran totalmente.
Como consecuencia, cuando actualizamos un recuerdo y lo narramos o cuando
imaginamos o referimos algo que nos sucedió, el resultado puede ser diferente a lo que
realmente ocurrió.
Hasta cierto punto, los seres humanos tejemos un pasado a nuestra medida que, si
bien no es totalmente falso, puede no ser reconocido por otros que vivieron directamente
los mismos sucesos, que fueron testigos de ellos. La creación y recreación de los
recuerdos lleva a que cada persona elabore una trama de los mismos que,
involuntariamente y en parte, es construida y fabulada. Si la mayoría de los recuerdos
contienen una gran dosis de objetividad y poseen rasgos que permiten compartirlos con
otras personas, no es menos cierto que su componente subjetivo, que les da fuerza y
facilita que se recuerden, probablemente no será compartido por los demás.
Todos estos elementos constitutivos de la memoria humana, que la dotan de una
imprecisión variable, son determinantes en que la evocación o actualización del recuerdo
nos lleve a falsear sin intencionalidad datos más o menos relevantes, y por tanto a ser
una fuente de engaño para otros.
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LA PSICOLOGÍA DE LA MENTIRA
General FictionAprenderás si descripcrivaras las mentiras y los engaños de lo demás así poniendo con vivir en la mentira del negocio