3
PRIMER DÍA
Le llevó unas horas a Axl asimilar lo sucedido.
Yo decidí sentarme sobre una roca ancha en la orilla del mar a pocos metros de allí, tratando de no escuchar los gritos desgarrados de Axl pidiendo auxilio o lamentando la tragedia. No tengo tiempo ni ganas de llorar por los que se fueron.
Tampoco entiendo bien qué sucedió. Casi no recuerdo el momento que desabroché mi cinturón y lo que siguió después. Es como si estuviera arrancado de mis memorias. Solo recuerdo el aire empujándonos, nuestros cuerpos separándose, nuestros dedos entrelazados hasta caer sobre el océano, el agua fría y agria, y la nube de humo negro.
Parece irreal.
Pero si hay algo que no deja de pasar por mi cabeza, y es que fue una muerte instantánea, casi sin dolor diría, y que habría sido mi oportunidad perfecta. Todavía no entiendo cómo mi cerebro decidió que era mejor saltar con Rose al mar y ser el segundo sobreviviente de esta tragedia.
Supongo que estamos en algún lugar perdido del Océano Atlántico. Tal vez en una isla, tal vez en Miami, tal vez en Puerto Rico, o tal vez en las islas Bermudas. Sea lo que sea, no hay señales de vida aquí más que la vida animal.
Me quedé allí, pensando en muchas cosas, pero no en el presente. Y para cuando llegó la noche, Axl se me unió colocándose a mi lado. Creí que él iba a llorar o comenzar a recordar momentos con su secretaria y sus guardaespaldas como si fuera un funeral, pero no, se mantuvo firme mirando al frente, con el mar siendo iluminado por la luna y reflejando la misma como si fuera un espejo.
―Estamos en las islas Bermudas ―dije.
Él asintió.
―O en Puerto Rico.
Volvió a asentir con su cabeza.
―O en Miami.
Ya se cansó de asentir.
―Sea lo que sea, estamos solos.
―Estamos en los noventa, debe haber alguien por aquí. No creo que siga existiendo isla sin humanos ―dijo. Su voz sonó mucho más ronca y grave de lo que él fingía. Realmente está quebrado.
Me volteé a verlo, y está con las manos llenas de sangre seca, los labios pálidos y temblosos, las prendas todavía mojadas y el cabello despeinado. Sus botas ya no cubren sus pies, y su pantalón de cuero se desajustó a sus piernas gracias al océano.
―El avión se terminó de prender fuego ―dijo―. Así que nuestros compa... ―mordió su labio y trató de no dejar caer lágrimas.
No conozco a Axl Rose. Lo vi un par de veces en premiaciones y conciertos, jamás tuve una amistad cercana o incluso interacción amable, así que me sorprende verlo como... Plenamente humano, llorando a sus seres queridos que fueron asesinados en este feroz accidente.
Supongo que él debe estar preguntándose por qué yo no lloro, ni me muestro abatido por la situación. Y yo también me lo pregunto. En realidad hace tiempo que dejé de llorar, antes lo hacía todos los días.
Axl cerró sus puños y pasó sus nudillos por sus ojos, tratando de sacarse las lágrimas de los ojos antes que se desparramen en sus mejillas, y después de tomar una bocanada de aire, se tranquilizó y se levantó de la piedra.
―Sin embargo, hay un lugar del avión que no se incendió.
Lo miré. Él ni siquiera puede levantar la vista.
―Es donde estaba tu cabina. Quedó intacta y separada del resto del avión. Hay vodka, botellas de agua, chocolates, jabón, crema, mantas, un par de asientos de fundas y toallas que sobrevivieron.
No respondí, solo me levanté y me encaminé hasta allí mientras Axl caminó cabizbajo por detrás.
Es cierto. Esa pequeña cabina donde apenas entramos dos personas, y donde yo estaba sentado con Kevin ―quien ahora vaya saber uno dónde está su cuerpo, si no es cenizas― quedó bastante separada del humo, del fuego y del resto del avión sobre un par de árboles alejada de la orilla del mar. La misma lleva todo lo que Axl nombró, además de un techo sin pared trasera o delantera ―solo de ambos costados―, como si fuera una cabina de tomar el autobús ―pero de lujo, por supuesto―.
Noté que Axl quitó todas sus prendas, incluso su calzón, quedando totalmente al desnudo ―y gracias al clima que no está frío, ya que que es una noche cálida con aire pesado debido al intenso humo negro―, luego recogió una manta y se tapó por completo con ella desde los hombros hasta los tobillos sin antes haber colocado sus prendas sobre el techo de la cabina para que sequen.
Me sorprende que haya salido del shock emocional tan pronto, y lo que más me sorprende, es que piense con tanta claridad.
Axl, llorisqueando y algo molesto, se acostó en uno de los asientos, apretó el botón para que se convierta en cama y a las pocas horas estaba roncando.
Yo me mantuve todas esas horas ―vaya saber si de noche o madrugada― parado, mirando fijamente cómo el aire húmedo comenzó a secar las prendas de Axl.
Cuando estaba por salir el anaranjado sol ―haciéndose notar sobre el final del océano― quité mis prendas e imité la acción de Axl. Me tapé por completo con una de las mantas y me recosté en el asiento de al lado, también apretando el botón para convertirlo en cama.
Hace mucho tiempo que no duermo.
Axl está de espaldas, tapado hasta las orejas, y completamente dormido.
Me costó un poco dormirme, como todos los días, pero al final el sueño me ganó, debe ser porque el salto del avión me agotó.
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PERDIDOS EN EL TRIÁNGULO ||KURT COBAIN X AXL ROSE||
RomanceKURT COBAIN X AXL ROSE. Axl Rose y Kurt Cobain son conocidos rivales de la música. Ambos detestan todo del otro, desde sus respectivas bandas de Rock hasta sus propias ideologías y formas de ser. Pero, pero, pero, pero, pero... Ambos deben asistir a...