8
Volver a sentir.
Los días comenzaron a ser cada vez más cortos. La noche llega rápida, el clima enfría la playa, y Axl y yo pasamos la madrugada temblando.
Podemos decir, entonces, que el otoño está llegando a esta parte rara del planeta.
Y por el otro lado, mi abstinencia me está arruinando los días donde Axl intenta acercarse a mí. Simplemente sudo, tiemblo, a veces deliro, y grito.
Lo único bueno de todo esto, es que Axl no indaga, entiende perfectamente todo, pero no me molesta, no me juzga, no se ofrece como psicólogo barato, simplemente cierra su boca y me deja ser. Me deja liberar todas las crisis que pasan por mi cuerpo.
Y me agrada. Me agrada Axl. Es una persona diferente a quién creí que era. No es el ser más amable del mundo, a veces despierta de muy mal humor, ni tampoco es el ser más agradable del mundo, puesto que muchas otras veces tiene bromas homofóbicas, pero es humano, y es un humano... Normal. Corriente y vivo. Demasiado vivo.
Tal vez tenga sus defectos, pero últimamente he estado pensando ¿Quién soy yo para juzgarlo? Él no me juzga a mí cuando tengo abstinencia.
El Axl de botas de cuero, sombrero de cowboy, con voz de gallina siendo degollada, y demás, no es el Axl ni de cerca de lo que realmente es. Pero Axl puede ponerse lo que quiera y seguir siendo él, la verdad, el único que lo introdujo en un estereotipo varonil de rockstar, fui yo.
―Estás muy pensativo hoy ―dijo él acercándose, para luego sentarse a mi lado―. ¿Estás bien?
Me encuentro en las rocas, frente al mar, sentado junto a él, con la brisa corriendo a nuestro alrededor y... No quiero decirle que me siento bien, porque no es así.
―Me siento mal, todo el tiempo me siento mal.
―¿Emocionalmente o...?
―Todo.
―Bueno, yo también ―suspiró.
Esperaba que me dijera «eres joven aún, estarás mejor pronto. Todo cambia y se arregla, con el tiempo lo verás», pero no. Los dos nos guardamos un pequeño silencio, analizando nuestras mierdas.
―Me agrada saber que no eres un idiota ―dije de la nada, sacándole una pequeña sonrisa―. Perdón por haberte juzgado.
―Bueno, me agrada saber que ya no crees que soy un idiota, pero ¡Oh, sorpresa! Sí soy un idiota.
Nos empujamos con nuestros hombros lado a lado y reímos.
―Yo también lo soy ―respondí―. ¿Has escuchado lo imbécil que sueno en Smells Like Teen Spirit cuando digo «hello, hello, hello, how low»?
―¿Y tú has escuchado mi «Ay, ay, ay, ay, ay» en Sweet Child O' Mine?
Me levanto de la roca y comienzo a bailar como un pescado siendo atrapado, tratando de imitar a Axl en esa parte de la canción, y él estalla de la risa.
Sin embargo, el día está húmedo y comienzo a sentir que mis pies patinan sobre las rocas. En cuestión de microsegundos, veo la sonrisa plena de Axl cerrándose, y mis ojos lentamente desvían mi mirada al cielo blanco cuando caigo hacia atrás y mi cuerpo estalla contra el océano.
Tomo aire, cierro mi respiración, mi cuerpo colapsa contra la superficie del agua, y me duele. Me duele como la mierda el impacto de mi caída. ¿Cómo es que en la caída del avión no sentí nada y ahora...?
El avión.
Kevin.
Mi manager.
Axl llorando.
Axl enterrando a sus compañeros y a los míos.
Por Dios, ¿Qué mierda ha pasado?
Abro mis ojos, estoy cayendo en la profundidad, y solo quiero llorar. Veo una raya de luz solar sobre mi cabeza, y está en mi esfuerzo querer sumergirme en ella o no.
Está en mis manos salir de aquí.
El silencio. Me agrada el silencio que hay aquí. No hay problemas, no hay desesperación, no hay delirio, no hay abstinencia. No hay caos. No hay nada. Es la nada misma.
Pero los recuerdos aparecen en mi cabeza en cámara rápida; mis padres, mi feliz niñez, el punto de quiebre en mi adolescencia, la primera vez que fumé marihuana, el día que perdí mi virginidad, las burlas en el instituto, la vez que dormí bajo un puente, las semanas que trabajé limpiando cremento de animales, la noche que conocí a Courtney, la tarde que firmé mi primer contrato en Nirvana, la reunión familiar donde mi hermana confesó haber sido abusada, la primera vez que me subí al escenario de un estadio, mi primer pelea con Dave y Krist, mi casamiento, el nacimiento de mi hija, el momento en que Frances pronunció «papá», y aquí. Aquí. Axl.
Axl.
La vez que Axl impidió que me estrellara con el avión, y las veces que Axl me cuidó, pero respetó mi espacio.
Ahora está todo tan claro.
Nada será perfecto de aquí en adelante, pero quiero vivir. Estoy dispuesto a volver a vivir.
Estiro mis piernas, tomo fuerza, y nado hasta quitar mi cabeza del océano. Regulo mi respiración, y las lágrimas son insostenibles. Pero estoy agradecido de poder llorar, ha pasado mucho tiempo sin sentir nada. Absolutamente nada.
―¿¡Kurt!? ―escucho a Axl desesperado, estando también en el medio del mar―. ¡Dios! ¿¡Dónde estabas!?
Se acerca hasta a mí y veo esos ojos brillosos, con su rostro pálido lleno de pequeñas gotas de agua, y su cabello mojado hacia atrás como si tuviera gel. Y lo recuerdo. Recuerdo todo. Recuerdo cómo me sacudió cuando yo no quería salir del océano, cuando ambos nos tiramos y yo preferí renunciar a la vida. Recuerdo cómo me tomó del brazo y me llevó hasta la superficie, me gritó que despertara, y me empujó hasta la orilla del mar.
Lo recuerdo todo.
―Lo siento tanto ―dije llorando, acercándome a él también.
Su mirada se relaja, comprendiendo, entonces, que he vuelto a sentir, y que lo recuerdo todo.
―Ven aquí ―dice él con la voz algo aguda, y nos unimos en un abrazo con el océano a nuestros pies.
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PERDIDOS EN EL TRIÁNGULO ||KURT COBAIN X AXL ROSE||
RomanceKURT COBAIN X AXL ROSE. Axl Rose y Kurt Cobain son conocidos rivales de la música. Ambos detestan todo del otro, desde sus respectivas bandas de Rock hasta sus propias ideologías y formas de ser. Pero, pero, pero, pero, pero... Ambos deben asistir a...