Capítulo final

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CAPÍTULO FINAL

25 AÑOS DESPUÉS...

El tiempo pasó volando, o así dicen, y Axl no volvió a saber de Kurt Cobain. En verdad, nadie volvió a saber sobre Kurt Cobain.

Axl consiguió ayuda de los empleados del hotel de lujo, que inmediatamente dieron a conocer su situación en el hospital y en la comisaria más cercana ―en lo cual tuvieron que llevarlo en helicóptero porque aquellas instalaciones se encontraban fuera de la isla―, y entre lágrimas se despidió del lugar que fue una completa pesadilla. Y que solo recordaría momentos espantosos del mismo.

Después de darse una ducha caliente, comer, hablar con su manager por teléfono y explicar todo lo sucedido, decidió irrespetar la decisión de Kurt Cobain y aseguró que el joven rubio se encontraba en peligro.

Se despegó todo un rescate para encontrarlo, pero jamás lo lograron.

―Debe estar escondido en algún lugar, busquen bien ―se lamentaba el pelirrojo.

Era cierto: Se escondió y nunca fue encontrado.

Los profesionales y el FBI encontraron los restos de los demás pasajeros del avión, así como la cabina, la última botella de vodka, y las maderas quemadas de la última fogata. Pero Kurt nunca apareció.

25 años después, en el presente, Axl Rose continuó una vida ausente en la música. Halló su verdadero amor en libros ―sobre todo los cuentos de Kafka―, en fogatas eternas a solas en noches oscuras, en las teorías sociológicas, y en donaciones a centros de adicciones.

Tuvo una larga separación y pelea con Slash, que duró casi veinte años, pero ahora están bien y piensa regresar a la música en algún momento.

Además, se mantiene como un alma solitaria que rara vez se enamora de la chica de turno en su cama. Y muchas veces cuando se siente demasiado solo, viaja por distintos bosques abandonados del país norteamericano donde pasa días completos acampando y recordando sus noches en la isla.

Nunca extraña la isla. Pero sí extraña la sensación de estar feliz en medio de una pesadilla. De encontrar un rayo de luz en medio de la oscuridad. De encontrar más motivos de vivir cuando las circunstancias son limitadas.

Y también extraña los labios de Kurt, de vez en cuando extraña su torpe sonrisa, o su tono de voz cuando se emborrachaba. Pero jamás lo extraña demasiado. No.

Existieron momentos donde salía del cine y esperaba encontrarlo en algún lugar del centro comercial. Otros momentos donde se encontraba a solas en un bosque y pensaba que de alguna manera Kurt viajaría hasta allí. Pero la peor parte fue la noche: existieron noches que imaginó a Kurt recostado a su lado, frente al mar, teniendo pesadillas y abstinencia.

Kurt nunca apareció. Pero Axl sigue viéndolo en cada canción, en cada rincón de su imaginación, en cada sonrisa, en cada orgasmo, en cada lágrima y en cada ilusión.

―...Entonces, jamás contaste a nadie qué pasó entre Kurt y tú. Solo a mí ―dice su psicóloga, sentada frente a él.

―Sí.

―¿Por qué?

Axl levantó sus hombros, como si no tuviera importancia.

La psicóloga volvió a insistir levantando sus cejas, esperando una respuesta.

―La verdad es que no lo sé ―respondió el hombre de ya 53 años―. Me parece que nadie debe saberlo. Es de las pocas cosas que la fama no lo convirtió en algo de público conocimiento: el recuerdo de la isla.

―Y dices que no lo extrañas demasiado, no tanto como extrañaste a Slash en estos veinte años separados, pero aún así, lo ves en cada canción, suspiro o recuerdo. Creo que te convenciste tanto de que Slash era el único indicado para ti, que ignoraste y sigues ignorando lo que verdaderamente significó y significa Kurt Cobain para ti.

Axl se mantuvo en silencio.

―Kurt fue honesto ―continuó ella―. Enfrentó sus problemas, y se enamoró de la isla por haber encontrado una narrativa diferente. Y luego tú... Tú sufriste el luto de perder a tus amistades y a tu amante en el accidente, y aún así, decidiste ignorar el dolor para poder enterrarlos. Es como un patrón que tienes: sufres, pero cuando te cansas de sufrir, tomas otra postura y no buscas una solución.

La sesión terminó, y en el momento que saludó a su psicóloga, supo que no regresaría jamás porque sabe exactamente lo que sucedió y por qué no pudo sentir lo mismo que Kurt sintió por él.

Tal vez la psicóloga tenga razón: Ignoró sus sentimientos por convencerse de otra cosa. Pero ahora se siente demasiado viejo para renegar sobre los amores del pasado. Ya no necesita a alguien con quién dormir o amar.

Es solo que la duda, la duda lo mata.

Necesita saber qué fue de Kurt, cómo sobrevivió y si es que sigue vivo. Y sobre todo, ¿Por qué? ¿Por qué prefirió ese tipo de vida? Fue la primera pregunta que le hizo Courtney Love cuando Axl le explicó que Kurt no regresaría:

―¿Por qué? ―se tomó del cabello rubio, llorando como una niña a los gritos―. ¿Por qué Kurt, por qué?

Nunca regresó a la isla, pero en el momento que salió de terapia despidiéndose para siempre de su psicóloga, se subió a un taxi y dijo:

―Al aeropuerto, por favor.

Siempre estuvo tan seguro de que jamás regresaría a aquel lugar, y ahora, ni siquiera está pensando en cómo decirle al piloto de su jet privado:

―Llévame a esa isla pequeña en medio del Triángulo.

―De hecho, no puedo, esa zona quedó inundada la semana pasada después de un fuertísimo tsunami.

Dio un paso atrás, sintiendo una leve aceleración en su respiración, y en medio del aeropuerto, chocó su espalda contra un pecho.

Y el aroma... El aroma...

―Kurt ―se giró.

―Acabo de regresar, pero no por mucho tiempo, ¿Qué tal tú? ―sonrió.


























¡Muchas gracias a todos por leerme! Espero se hayan divertido (y llorado como yo). <3 prontoo publicaré más historias KurtAxl.

PERDIDOS EN EL TRIÁNGULO ||KURT COBAIN X AXL ROSE||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora