ROMANCING, han seojun

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Miyeon regresó a su departamento una hora después de irse y les explicó a su padre y a la señorita Bae que habían logrado encontrar a otra persona, pero que la iban a llamar si surgía otro trabajo.

Y con su regreso, Miyeon volvió a ayudar con la mudanza, y cuando la tarde se convirtió en noche, se paró junto a la puerta principal, las cajas cubrían el fondo detrás de ella.

─Muchas gracias por toda su ayuda
─Miyeon sonrió, la acción dirigida hacia la señorita Bae.

─No hay problema, señorita Hwang
─respondió la mujer.

─Fue un honor ayudarlos a usted y a su padre esta noche, y deben enviar mis fotos cuando hayan terminado de desempacar, por lo que puedo ver solo en sus muebles, se verá increíble.

─Sí, gracias señorita Bae.

Sangwon se volvió hacia la mujer, Miyeon había prometido hacerlo.

─¿Le importaría darnos a mí ya mi hija un momento a solas?

La señorita Bae asintió y se dirigió por el pasillo después de intercambiar sus despedidas.

─Miyeon, espero que sepas que esto no es simplemente para que yo regrese a tu vida. Realmente espero que seas feliz aquí, estoy feliz de ayudarte en todo lo que necesites ─Sangwon le dijo a la chica parada en la entrada─. Y creo que deberías seguir persiguiendo tu sueño de ser una idol.

─Gracias papá, por todo ─Miyeon sonrió, sofocando un bostezo─. Programaré nuestra cena como prometí con Dahee. Pero ahora... creo que comenzaré a prepararme para ir a la cama.

Sangwon saludó a su hija antes de seguir a la señorita Bae, que lo había estado esperando en el ascensor. Con su padre fuera, Miyeon cerró la puerta y se puso a trabajar desempacando sus otras cosas. Todos sus muebles habían sido traídos y ensamblados, ahora solo se trataba de convertirlo en un hogar, en lugar de solo una cáscara de uno.

Entonces, durante un par de horas, Miyeon estuvo ocupada, comenzando con su habitación.

Sacó toda su ropa y la colgó en el armario y en la barra de la esquina de la habitación. Se organizó el maquillaje, se pusieron y acomodaron las sábanas, se colocaron las lámparas en las mesitas de noche y se colocaron las alfombras. Luego, bajó las escaleras a su cocina, desempacando la comida de larga duración que su padre había decidido que era esencial para sus armarios, así como las compras que Eunjoo había dejado.

Y justo cuando estaba colocando los diversos cubiertos en el cajón y platos y vasos en el armario, en algún lugar del apartamento sonó su teléfono. Tarareando para sí misma, pasó corriendo junto al mostrador y hacia la sala de estar, apartando algunas cajas y finalmente arrastrando su teléfono por el desorden.

─Oye Seojun, ¿cómo estuvo tu sesión de fotos con Im Ju? ¿Salió bien? ─Miyeon se había ocupado y disipado cualquier mal pensamiento, su voz sonaba demasiado aireada, pero no se dio cuenta.

─Al final salió bien ─Seojun respondió, sonando como si estuviera caminando en algún lugar con bastante rapidez─. Se las arregló para relajarse un poco y fue muy divertido. Luego salimos a comer y todo lo que escuché fue que ella hablaba de Suho.

─Ah, pobre de ti ─Miyeon no sonaba comprensiva en absoluto, había regresado a su cocina y estaba acunando el teléfono entre la oreja y el hombro usando el mostrador para sostenerse mientras se ponía de puntillas para poner algunos vasos en el estante superior del armario.

─¿Tienes algo de leche? ─Seojun se aclaró la garganta y Miyeon casi dejó caer el vaso ante su extraña petición.

─Posiblemente, ¿por qué? ─preguntó, dejando el vaso y caminando hacia su refrigerador─. Creo que sí... También tengo un poco de leche de avena si mi estómago se pone raro otra vez. Eunjoo me lo consiguió, ella es tan-

Un golpe en la puerta la interrumpió y Miyeon se detuvo, todavía sosteniendo el teléfono mientras se acercaba a la puerta, mirando por la pequeña mirilla y abriéndola─. ¿Por qué diablos estás aquí? Podrías haber ido a la tienda ─Miyeon observó cómo Seojun ofrecía una sonrisa débil─. Entra entonces ─se apartó del camino, con los ojos muy abiertos cuando lo vio pasar corriendo junto a ella, y viendo que él había estado allí cuando lo vio por primera vez, claramente sabía a dónde ir cuando se abrió la puerta del pequeño baño de la planta baja.

Se escucharon los sonidos de arcadas y Miyeon hizo una mueca, colgó la llamada mientras caminaba de regreso a la cocina, tomó el vaso del mostrador y lo llenó con un poco del agua filtrada de la nevera.

Cuando escuchó la descarga del inodoro, entró al baño, arrugando la nariz por el olor acre pero sin decir nada. Seojun se había acomodado en el piso al lado del inodoro, las lágrimas brotaban del rabillo del ojo y respiraba profundamente.

─Aquí ─Miyeon le tendió el vaso, permitiéndole tomarlo y tragarlo, tratando de aclararse la boca.

─Salimos a comer. Y ella estaba hablando tanto sobre Suho que me aburrí y comí demasiada comida picante.

La chica Hwang no pudo evitar dejar que una sonrisa cariñosa floreciera en su rostro al recordar la intolerancia de su amigo por las especias.

─Pobrecito ─repitió sus palabras anteriores, pero esta vez se llenó de consuelo cuando alcanzó el mostrador y bajó la caja de pañuelos, tomó uno y secó la esquina de sus ojos─. Estás bien, ¿necesitas vomitar más?

─No te estarás burlando de mí, ¿verdad? ─Seojun abrió los ojos y parpadeó, mirándola por un momento, pareciendo algo sorprendido de verla completamente seria─. No, estoy bien ─se encogió de hombros─. De verdad ─insistió, viendo su expresión.

─Entonces, ¿por qué no me muestras este apartamento tuyo?

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