Capítulo 6

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Mariam enebra su brazo con el mío, como si me conociera de toda la vida, y me guía hacia las escaleras luego de pasar las inmensas puertas dobles que separan el instituto de su jardín delantero. Lleva todo el camino contándome historias acerca del pueblo y sus habitantes. Estoy por preguntarle que sabe acerca del accidente de Axel, pero ella habla antes de que yo pueda hacerlo:

— Imagino que ya te han dado el recorrido por el lugar — Mariam sube al primer escalón y recorre todo con los ojos, como si fuera la primera vez que ve el lugar, y siento que ya he visto antes esta escena. La de cabello negro se queda observandome ante mi silencio — ¿No?

Suspiro y niego suavemente con la cabeza, deslizando la mano por el pasamanos de madera pulida de la escalera.

— Pedí un par de indicaciones para ubicarme — confieso sin mirarla, sintiéndome un poco apenada.

Mariam se muerde el interior de los carrillos, se encoge levemente de hombros y luego me sonríe con dulzura, como si quisiera decirme que no debo preocuparme.

— Tanquila, Jade. Puedo mostrarte el lugar y presentarte a los demás — dice cuando estamos llegando a la planta superior, entonces se detiene de golpe y vuelve para hablarme —: Muéstrame tu horario.

Mariam me suelta el brazo y yo rebusco dentro de mi mochila el trozo de cartulina en el que está mi horario. Ella me observa en silencio, tiene toda la pinta de ser la típica chica popular de instituto, con su ropa de marca y su cuerpo perfecto, pero su personalidad no encaja en esa descripción. Mariam se coloca junto a mi para ver mi horario cuando lo he sacado de la mochila, lo toma de mis manos para examinarlo.

Aprovecho su distracción para recorrer el lugar con los ojos. Todo es un poco tenebroso; la madera del suelo cruje al caminar y las paredes están pintadas de colores oscuros y llenas de cuadros de personas, que de seguro ya están muertas, y paisajes descoloridos. Varios chicos suben y bajan las escaleras sin fijarse en mi presencia, a excepción una chica. Camina desde las escaleras hacia nosotras, es delgada y lleva los brazos cargados de libros. Estoy segura de que es una de las chicas que más destaca en este sombrío lugar porque lleva el cabello pintado de morado.

Ahora está más cerca de nosotras y se detiene justo detrás de Mariam para examinarme de arriba a abajo sin ningún pudor. Pestaño un par de veces y abro mucho los ojos, sorprendida. Los ojos de la chica se fijaron en mi collar y luego ha seguido con su camino como si nada.

— Literatura también es mi primera clase de hoy — exclama Mariam, luego de unos minutos en silencio. Señala el horario con el dedo índice y noto que lleva las uñas pintadas de azul celeste. — Ven — vuelve a enebrar su brazo con el mío —, te llevaré al salón.

Mariam tira de mi pero yo no me muevo. Ella se gira para mirarme, noto la duda en su expresión.

— ¿Quién es esa chica? — le pregunto y señalo a la de cabello morado con la barbilla.

— ¿Ella? — asiento —. Es Lola — me quedo mirando a Mariam, a espera de que me cuente algo más sobre Lola —. Pero mejor no te fijes en ella. Todos dicen que está loca — Mariam busca a Lola y pone una mueca cuando la encuentra —, yo creo que solo intenta llamar la atención con ese rollo de médium gótica que lleva — Mariam hace comillas con los dedos y luego se cubre la boca con una mano para ocultar una risita.

— ¿A qué te refieres exactamente cuando dices médium?

Mi abuela es médium, o eso dice ella. Siempre estaba diciendo que podía hablar con los muertos y me siento tonta por no haberla llamado cuando Axel apareció la primera vez. Claro que para hablar con ella primero tendría que llamar a mamá y decirle que quiero hablar con la abuela ya que ella se rehúsa a usar tecnología porque las ondas “bloquean sus poderes”. Tal vez por eso puedo verlo, igual es cierto y heredé su don...

El fantasma de AxelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora