Capítulo 3 "Príncipe Erik"

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"Vete. Él no quiere verte"

Fueron cinco palabras, pero con suficiente veneno que dieron justo en el blanco; mi corazón.

Quise refutar lo que ese duendecillo dijo, pero los ojitos de mi esposo me confirmaron que esa era su petición. No entendía ni una sola palabra de lo que él murmuró, pero las palabras estaban de más, fueron sus ojos los que miraron con miedo y súplica.

Me quedé ahí, mirándolo por unas cuantas fracciones de segundo, observándolo por un tiempo corto de una eternidad que él ya no quería a mi lado.

No tengo palabras para describir esa cosa que se asentó, amarga y viscosa en mi pecho, no sé cómo le llame la gente, pero a mí me supo a desamor.

No pude llorar, tampoco pude culparlo o reclamarle, no dije nada; pero mi corazón se rompió en ese momento.

Fuera del pasillo me pregunté en voz alta "¡¿Estás contento, maldito karma?!"

—Se dice "karma", pero se pronuncia "eso te pasa por hijo de puta" —escuché detrás de mí.

Giré para ver al políglota ese, mirándome con una terrible cara de acusación, había pasado más de una hora charlando con Louis, mientras yo seguía comiéndome los sesos. Me levanté y fui hacia él, para tomarlo del cuello de su horrible camisa.

—¡¿Qué dijiste?! ¡Escúchame bien estúpido, te traje para que tradujeras lo que mi esposo dice, no para que te hicieras su amigo y te pasaras una hora charlando con él!

—Dulcifícame tu voz, que hasta en perras hay razas, "querida" —se atrevió a contrariarme. Lo solté, obviamente no iba a echarlo, después de todo, esperaba que me ayudara con Louis. —¿Qué te dijo? ¿Por qué habla así? ¿Te dijo si es una broma o si alguien lo ha golpeado? ¿Tiene dolor, hambre o sed? ¿Puedo acercarme? ¿Por qué no me quiere ahí?

—¡Hey! —interrumpió él —respira hermano. Veamos, primero, está hablando sueco.

—¡¿Sueco?! ¡Pero de dónde va a hablar suec...¡Carajo! Louis es inglés, quizás solo está hablando muy rápido y -

—"¡Louis, nada!" —me interrumpió de nuevo —dice que él es un príncipe, "el príncipe William de Kronovall" —soltó la carcajada —¡Vaya que tiene imaginación! pero vamos, ¿tú le has visto? ¡Pero qué príncipe va a ser él!

Con un gruñido que no sabía que era capaz de reproducir, detuve la palabrería de Niall.

—¡Es un príncipe! ¡Si mi esposo quiere ser un príncipe hoy, una odalisca mañana, una golondrina, o un ser de otro planeta, eso será!

Sí, volví a tomarlo del cuello de su increíblemente horrible camisa de flores que tenía puesta, debería estar enojado con la gente que le vendió esa ropa. Pero lo que sea.

—Sí, si, eso es lo que digo, que él es un príncipe...de los locos tal vez —susurró y volvió a reír —pero vamos, vamos, no te pongas verde que hay más, él dice que...está esperando a... ¡ay madre mía! no sé cómo te vas a tomar esto, pero...

—¡Pero qué?!

—Es que, mira que el tipo está "cu-cú", —con su mano, hizo un ademán girando cerca de su oreja —tú me entiendes ¿no? Pues nada, que él dice que está esperando a su..."amor". —sonreí cuando el tipo dijo eso, Niall no dudó ni un segundo en borrar esa ingenua sonrisita con sus siguientes palabras —pero no eres tú, ¡qué va! A ti te tiene miedo.

—¡¿Miedo?! —Repetí la pregunta al poligloco ese, esperando que fuera

No sabía que una persona se podía hundir tan frenéticamente en la decepción, pero a juzgar por cómo se me sentí justo allí, puedo decir que es posible.

Regresa, Louis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora