Permitidme —ya que esta obra gira tanto en torno a los recuerdos— que os comparta un pequeño recuerdo mío. Hace ya la friolera cantidad de diez años de esto, por lo menos. Os sitúo: instituto, 3º ESO, clase de inglés. El profesor manda hacer una redacción sobre nuestros propósitos de Año Nuevo, las New Year's resolutions de toda la vida. Solo recuerdo uno de esos propósitos: quería escribir algo, una novela, un libro (Spoiler: no lo cumplí).
Lo único que tenía entonces eran ideas sueltas para tramas que eran una mezcla rara de libros que leía o series de televisión de esa época. Nunca llegué a empezarlas, pero lo importante es que, desde ese momento —un curso antes, en realidad, gracias a un ejercicio creativo en clase de Lengua y literatura, pero esa es otra historia—, tenía dentro de mí esa semillita por escribir algo, esas ganas de crear que te hacen pensar en mundos y personajes inventados antes de dormirte por las noches. No soy la única loca que lleva media vida haciendo eso, ¿verdad?
Tiempo después, conocí Wattpad y empecé a compartir por aquí alguna cosilla: poemas o relatos cortos, nada muy desarrollado que pudiera llamarse novela. En mi cabeza sí hubo algún que otro intento al respecto, pero seguía siendo solo semilla.
Hace cosa de un año, conseguí que una idea madurara lo suficiente, con una organización en modo escritora mapa de la que estaba súper orgullosa. Estaba convencida de que esa sería, por fin, mi primera historia larga. Pero entonces pasó algo que me hizo mandar ese mapa en cuestión a paseo (de forma temporal, espero).
El OpenNovellaContestES pasó.
Conocía este concurso por ediciones anteriores, pero nunca había participado. Esta vez, un disparador concreto me llamó la atención (giraba en torno a la idea de "amor homosexual adolescente prohibido y castigado por los prejuicios del pasado"), pero no estaba convencida de escribir algo relacionado con él porque, como ya he dicho, tenía esa otra historia en el tintero.
Pero, de nuevo, pasó algo: YourLittleBiscuit (cómo me hiciste el lío sin pretenderlo, ya te vale e.e).
Seli puso una captura de ese disparador en sus redes sociales porque da la casualidad de que encaja con la temática de uno de sus libros. Volver a leer esa premisa hizo que me entrara el gusanillo por escribir algo en base a esa idea y cuatro cosas sueltas que ya empezaban a rondarme. Ese mismo domingo, 5 de febrero (día de Santa Águeda), le di algo de forma a esas pocas ideas: tenía el primer beso en la higuera, el momento buhardilla y casi ser descubiertos por alguien y pinceladas de la escena en la verbena cuando otras personas ven un dibujo/texto que los delata y uno termina cayendo al fuego (sí, fui un monstruo desde el primer momento, ya volveremos luego a eso).
ESTÁS LEYENDO
Cuando solo queden recuerdos a carboncillo y ausencias
Ficção Adolescente🥉 Finalista del Oᴘᴇɴ Nᴏᴠᴇʟʟᴀ Cᴏɴᴛᴇsᴛ 2023 Recordar algo significa rescatarlo del olvido y hacer que vuelva a pasar por el corazón. Igno no se acordaba de su primer encuentro con Ciro porque su amistad siempre había estado presente en su...