¿Que serías capaz de dar con tal de proteger a la persona que amas?, ¿qué ofrecerías con tal de salvar su vida?
Izuku Midoriya atraviesa por una situación difícil, la vida de su adorado pelicenizo está por extinguirse y jugando su última carta para...
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NARRADOR
Kitty e Izuku llegaron con Katsuki, estaba siendo cuidado por Eijiro y los demás, ya que el pecosito se los había pedido como favor.
—Viejo, me alegra que hayas llegado. —expreso el pelirrojo al lado de Katsuki, el cual estaba profundamente dormido.
—¿Por qué trajiste a ese gato? —pregunto Denki viendo al felino en brazos del chico.
—Emmm... Bueno yo, yo...
—Ok, no pierdas el tiempo con explicaciones. —intervino Kitty sorprendiendo a todos por completo.
—¡El gato hablo! —chillo Mina con temor.
Kitty brinco hasta la cama para posarse en el pecho de Katsuki, sus sentimientos florecieron mucho más, eran idénticos a los que había experimentado con Izuku, solo que por alguna extraña razón se sentía amado y deseado por el rubio.
"Maldición... Sabía que ese presentimiento era real". —pensó el mínino con la carita levemente sonrojada.
—Kitty... —lo llamo Izuku sacándolo de sus pensamientos--, ¿Si podrás curar a Kacchan?
—Si, si puedo. —afirmó el felino, siendo testigo de como Katsuki comenzaba a quejarse, ya casi no se movía por la debilidad y en silenció se estaba lamentando.
—¡KACCHAN! —grito el pecoso acercandose hasta su pareja.
—Deku... —susurro débilmente el ojirubi, extendiendo a duras penas su mano para que la tomará.
—Cálmate amor, todo estará bien. —manifestó Izuku sujetando y besando con delicadeza la mano de su pareja.
Ser un espectador directo de su amor era algo lindo para Kitty, su pequeño corazón no paraba de latir debido a la alegría que sentía, cada vez más estaba convencido de haber hallado a las personas indicadas y sonriendo de lado, hizo la tan anhelada pregunta.
—¿Qué me ofreces a cambio de salvarle la vida?
—¿Qué? —susurro Eijiro con sorpresa.
—No, no aceptes Midoriya. —intervino Sero. Algo le daba mala espina y pensaba que el gato le pediría su alma o algún capricho por el estilo.
—Sero tiene razón, no aceptes. —lo apoyo mina para hacerlo entrar en razón.
Kitty no había despegado su mirada de Izuku, no le estaba prestando atención a las quejas de sus amigos y se dedicó a mirar fijamente al peliverde esperando su respuesta.
—Lo que tú quieras, te ofrezco lo que tú desees a cambió de que salves la vida de Kacchan... —dijo mirando a la deidad.
—¿Estás seguro? —lo cuestióno el gatito, para ver si titubeaba.
