KITTY - 💚 Dekukatsu 🧡

Un desastre con bonito final (parte 2)

NARRADOR

El recorrido se volvió intenso y deslizándose entre las calles de la ciudad, los chicos no se rindieron para recuperar al bebé.

Toga era bastante ágil, se movía de un lado a otro para escapar, mostraba bastante tenacidad, una en la cual jamás les devolvería al bebé.

--¡Sero, atrapala con tus cintas! --exclamo Eijiro sin dejar de correr

Sero obedeció y pescando a la chica, la aprisiono entre sus cintas, pero la villana las rompió con facilidad. Por su parte Kitty disfrutaba el espectáculo que sus tíos protagonizaban, se reía con ternura aplaudiendo entre los brazos de la rubia que lo estaba secuestrando.

--¡Devuelvenos al bebé! --grito Denki tropezandose por el lugar, en su torpeza se llevó de paso a Sero y Eijiro perdiendo ventaja para alcanzar a Toga.

La rabia de los tres estalló, se desbordó con rudeza y es que el pequeño rubiecito significaba mucho en sus vidas.

--¡Se lo llevo, se lo llevó! --grito Denki desplomandose en el suelo.

Una carga abrumadora lo azotaba con rudeza, una que lo hacía sentir culpabilidad.

--Calmate, aún podemos encontrarlo, no te sientas así --lo consoló Sero

--Katsuki e Izuku se están casando... que tal si esa loca se presenta a la ceremonia para amenazarlos con la vida de Kitty --externo Denki sin dejar de llorar

--No lo hará --murmuro Eijiro con determinación

--¿A qué te refieres con eso? --pregunto Sero con mucha confusión.

--Vamos al templo, tenemos que ir a visitar a la nueva deidad --confeso el pelirrojo sin perder el tiempo.

Al explicarle mejor las cosas la deidad accedería para ayudarles, pues se trataba de Kitty su mejor y más grande amigo.

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Los chicos llegaron al templo lo más rápido posible y notando la presencia de la sacerdotisa, la interceptaron en medio de mucho caos y griterío, haciendo que la pobre mujer se confundiera mucho más.

--¡Ayúdanos, por favor! --chillo Denki

--¡Es urgente que intercedas por nosotros! --exclamaron Eijiro y Sero a la vez.

--¡Alto! --gritó Alba, buscando silenciar sus inquietudes-- ¿Qué está pasando?

--Necesitamos la ayuda de tu dios --expuso Eijiro, tratando de mantener la paciencia.

--¿Para qué lo quieren?

--Este asunto es muy delicado, tiene que ver con Kitty --manifestó Denki, intentando explicar la gravedad de la situación.

--Por el momento no puedo permitirles que vean a Kiri. Últimamente ha estado muy sensible y sigue preparándose para desempeñar correctamente sus labores como dios --respondió Alba, sin dejar de barrer

--Oye... ¿no escuchas lo que acabamos de decirte? ¡Este problema tiene que ver con Kitty!

--Lo sé, pero...

--¡Kitty fue secuestrada por una loca psicótica! --gritó Denki, arrastrando bruscamente a la mujer hacia la cruda realidad.

El impacto de la noticia dejó a Alba en un estado de parálisis momentánea; sus ojos, antes serenos, se dilataron como platos ante la sorpresa. La repentina revelación le generó un torbellino de emociones, pero lo que más destacaba en su rostro era un miedo palpable. Un temor profundo que se apoderó de ella, como si hubiera sentido un terremoto interno.

La sacerdotisa que siempre mantuvo su serenidad por delante, había colapsado, pues el pilar de su mundo se tambaleaba con brusquedad, Kitty, el pequeño felino que amo y procuró, aquel que cuido como si fuese el tesoro más valioso del universo, al que escuchaba y entretenía para que olvidase sus penas, el lindo gatito al que le cumplió todos sus caprichos, estaba en peligro.

El miedo que la invadió no solo estaba relacionado con la amenaza hacia el gato, sino también con la vulnerabilidad de su propia fe y seguridad y es que no quería que nada malo le pasase.

--¿Como? ¿Que fue lo que dijiste? --pregunto la chica pensando que había escuchado mal pero su incertidumbre se reafirmó cuando Eijiro confirmo lo que pasó.

--Kitty fue secuestrado y tememos lo peor

--A estás alturas la liga de villanos lo ha de tener como su rehén y buscarán la manera de dañar a Izuku y Katsuki por medio de él --externo Sero

Antes de que Alba pudiera articular una respuesta, un grito desgarrador resonó con una intensidad sobrecogedora, sacudiendo sin compasión las antiguas paredes del templo. La vibración resultante parecía teñir el aire con una tensión palpable, presagiando la llegada de un acontecimiento aterrador.

En medio de un estruendo ensordecedor, como un eco ominoso de caos, el templo se convirtió en el epicentro de la destrucción. Las columnas temblaron, las piedras se desprendieron y el polvo ascendió, obscureciendo momentáneamente el entorno. De entre los escombros emergió una presencia imponente y monstruosa. Una gigantesca entidad, que parecía no pertenecer a este mundo, se proyectaba desde las entrañas con una fuerza apabullante. Su salida fue como el nacimiento de una pesadilla, una amalgama de sombras y formas indescriptibles que dejaron en claro que algo inimaginable se había desencadenado.

Todos quedaron atónitos ante su magnitud y mirando fijamente y por última vez a los presentes, la criatura salió disparada de allí, hacia la ciudad.

--Oh no... --susurro Alba sin dejar de temblar

--¿Que era esa cosa? --pregunto Eijiro

--Es Kiri... --musito la mujer con angustia por la destrucción arrasadora que el pequeño dios podía ocasionar.

A diferencia de Kitty, el pequeño Kiri aún era un novato, un pequeño infante y al no medir su furia podía ser letal.

Kiri había escuchado a detalle la plática y enterándose que su mejor amigo era el involucrado, una furia se desató dentro de el tomando la forma de un gigantesco y aterrador ser.

El dios se había tomado la tarea de recuperar a su amigo y aniquilar a sus secuestradores. Alba quería evitar un crimen tan enorme y marchandose a toda velocidad del lugar, emprendieron una búsqueda para encontrar a Kitty y Kiri.

Continuará...