Asdis
Verdaderamente fue una sorpresa la presencia del jarl Erik fuera de la cabaña que me fue asignada. Después de un momento de silencio, me respondió con una voz profunda y tranquila:
—Solo quería asegurarme de que estuvieras bien, Asdis. Sé que todo esto debe ser abrumador para ti, y quería ofrecerte mi ayuda si la necesitabas.
Me sorprendió su amabilidad, y sentí una sensación extraña en el estómago al verlo allí de pie, con los ojos fijos en mí.—No podía dormir. — respondí — Necesitaba salir a respirar un poco de aire fresco y reflexionar sobre lo que nos ha sucedido. Además, quería agradecer a las diosas por habernos llevado a este lugar seguro.
Erik asintió con comprensión y se quedó a mi lado, mirando las estrellas en silencio por un momento. Luego, rompió el silencio con una pregunta:
—¿Cómo lograron sobrevivir a la tormenta? No es algo común que una mujer y su hija recién nacida logren sobrevivir en el mar. ¡A mis hombres les costó demasiado mantener a flote el drakkar! ¡Qué Thor lance un rayo si no es así!Dudé un momento antes de responder, sabiendo que no podía decir toda la verdad. Decidí optar por una respuesta vaga:
—Fue un milagro, mi señor. Las diosas nos protegieron y nos guiaron hacia la seguridad.
Erik me miró con atención, notando mi evasiva respuesta. En cambio, pareció dejar el tema por ahora.
—¿Cómo se siente Ragnheidr? ¿Está bien?
—Sí, gracias por preguntar. Ragnheidr es fuerte y valiente, como siempre. Está preocupada por el futuro, pero tiene fe en que podremos encontrar nuestro lugar acá.
—Si necesitan algo, no duden en pedirlo. Yo estaré aquí para protegerlas y ayudarlas en lo que necesiten. — dijo con una entrañable mirada cargada de un sentimiento que no fui capaz de descifrar y se marchó.
Los días fueron transcurriendo uno detrás de otro, los minutos se convertían en horas, y en un abrir y cerrar de ojos ya había pasado exactamente un mes desde que habíamos llegado a este seguro lugar. Mientras tanto Erik seguía su camino como jarl. Podía notar como se desempeñaba como un excelente líder con sus hombres y con su pueblo, además de ser un padre amoroso y atento con su hijo Leif. A veces me visitaba en mi cabaña y me traía regalos o me invitaba a pasear por el pueblo. Yo sentía que algo crecía entre nosotros, pero no me atrevía a dar el paso. Cada día me demostraba su apoyo, aunque aún estaba receloso de las cosas que nosotras ocultábamos de él y su pueblo. Aunque no lo dijo abiertamente, yo sabía que estaba tratando de descubrir la verdad sobre nosotras y nuestras intenciones en su territorio. Sin embargo, su actitud siempre fue respetuosa y amable, y no podía evitar sentirme agradecida por su ayuda y protección. Temía que, si él conocía mi pasado y el de Kailani, me rechazara o nos expulsara.
Ragnheidr y yo nos establecimos en la aldea y comenzamos a integrarnos lentamente en la comunidad. A medida que pasaba el tiempo, tomamos el papel de vitkis en el pueblo, ayudando a las mujeres a dar a luz y curando las heridas de los hombres. Los vitkis éramos hechiceros que usábamos la magia para el bienestar de nuestro pueblo, no para servir al Caos como otros brujos vikingos. Sabíamos leer las runas, invocar a los espíritus y usar las hierbas medicinales. Erik nos había nombrado sus vitkis personales, lo que significaba que éramos sus consejeras y confidentes. Él confiaba en nosotras para asuntos importantes, como la administración de la justicia, la organización de las defensas o la negociación con otros jarls.
Pero no todo era perfecto. Había quienes nos miraban con recelo o envidia, sobre todo algunas mujeres que aspiraban a ser la esposa de Erik o que temían que yo les quitara el favor del jarl. También había hombres que desconfiaban de nosotras por nuestro origen o por nuestros poderes mágicos. Mi pequeña profecía en cuerpo de niña, florecía saludable y fuerte. Era una bebé feliz y risueña. Sus rizos rojos eran cada vez más largos y sedosos, como llamas danzantes. Sus ojos color plata no tenían la maldad alguna. Era el claro ejemplo de inocencia divina. Parecía llevarse muy bien con Leif, el hijo de Erik. Era un espectáculo muy entretenido el ver las caras que ponía el niño para hacerla reír. Leif la protegía como a una hermana menor, y Kailani lo admiraba desde su cuna.
Un día, mientras yo estaba ocupada preparando un ungüento para una mujer embarazada, Ragnheidr entró corriendo en mi cabaña con una expresión de terror en su rostro.
—¿Qué pasa? ¿Qué ha ocurrido? —pregunté alarmada. —¿Le pasó algo a Kailani?
— No, a tu hija no le ha pasado nada. — sentí un alivio en el pecho al saber que mi pedacito cielo estaba bien—Yo he...— decía casi sin habla— He visto las runas. He visto el futuro. Y es terrible.
—¿De qué hablas? ¿Qué has visto?
—He visto sangre y fuego. He visto muerte y destrucción.
Runas:
Ragnheidr nuestra vitkis:
Hola a las lindas personitas que me leen. Les mando un abrazo enorme😊. Darles las gracias por dejarme sus votos🌟, eso me ayuda a crecer y a saber que lo que leen les gusta. Las incito a que dejen en sus comentarios que opinan de Asdis y Erik✍️.¿Qué creen que pasará por lo que vio Ragnheidr en sus runas🧙♀️?🤔😁Los quiero.(^///^)
MWW🪬🔮
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La hija del Mar y del Cielo.
Teen Fiction- En la noche más oscura y tempestuosa, nacerá una niña de mar y cielo. Su cuna será una balsa a la deriva, y su destino un camino incierto. - Ella portará el poder de diosas antiguas, y el valor de aladas guerreras. Su voz será la brisa en la tem...