La hija del Mar y del Cielo.

Capítulo 12: Verdades.

Un año y cuatro meses atrás.

Asdis

Amo el mar. Me gusta salir a verlo todas las tardes, cuando el sol se pone en el horizonte y tiñe el cielo de rojo y naranja. Es un espectáculo hermoso y tranquilo. Me cautiva profundamente los sentidos, la suave brisa en mi rostro, el olor a salitre en el aire y la arena húmeda y fría bajo mis pies.

Me acerco a la orilla y dejo que las olas mojen mis tobillos. El agua está helada, pero me hace sentir viva. Escucho el sonido de las gaviotas y el murmullo del mar. Me siento en paz y feliz. No conozco el mundo más allá de esta isla al norte en territorio de Escandinavia.

De repente, algo llama mi atención. Unas sombras oscuras que se acercan. Un drakar se aproximaba a la costa, con sus velas desplegadas y su proa tallada con la forma de un dragón. No llevan ningún estandarte ni bandera que los identifique. Siento un escalofrío que me recorre la espina dorsal. ¿Quiénes son? ¿Qué quieren? ¿Vienen en son de paz o de guerra? No tengo tiempo de pensar más. Los barcos se acercan cada vez más y pronto pude ver a sus tripulantes.

Era un barco vikingo, lleno de guerreros armados y sedientos de sangre. Corrí hacia la cabaña donde vivía para avisar a Ragnheidr, pero era demasiado tarde. Ellos habían desembarcado.

<<No tengo escapatoria.>>

Los invasores saltan de sus barcos y me cercan como lobos.

—Déjenme, por favor. No se me acerquen —grité desesperada y llena de impotencia. Pero uno de ellos es más rápido y me atrapa del brazo. Me arrastra hacia donde me espera el líder. Grito y forcejeo, pero nadie me ayuda. Los demás aldeanos están igual de asustados y desarmados, cabezas ruedan y dejan en el piso un lienzo rojo. Mujeres siendo abusadas y hombres muriendo, es la última imagen que veo antes de que mi peor pesadilla se haga realidad.

Soy lanzada a la arena cerca del más inhumano de los hombres. Ojos plateados que brillan con crueldad y una cicatriz que le cruza el rostro. Me resisto, araño su cara, pero este se abalanza sobre mí abofeteándome. No le importa cuánto lloro o suplico. Me humilla y abusa de mí.

— Basta por favor, detente... — digo sin fuerzas y en llanto, pero él no escucha, no se detiene.

<< ¿Cómo puede alguien ser tan malvado? ¿Por qué me ha tocado a mí sufrir esto? >> pienso por última vez cerrando mis ojos. Solo siento miedo, rabia e impotencia.

Cuando termina, me deja tirada y sollozo. Me siento sucia..., rota. ¿Cómo podré seguir adelante después de esto? ¿Qué será de mí? ¿Qué será de mi pueblo?

Luego de unas horas despierto en la arena, desnuda y dolorida. Me duele todo el cuerpo y siento un profundo dolor en mi interior. Intento levantarme, pero no puedo. Me siento tan débil y vulnerable. La noche es oscura y solo veo el fuego de las viviendas, ardiendo como antorchas encendidas por los crueles vikingos. Todo mi pueblo ha sido destruido y saqueado. Intento llamar a Ragnheidr, pero mi voz, apenas sale.

Después de aquella noche horrible, pensé que todo había terminado. Que los invasores se irían y nos dejarían en paz. Pero me equivoqué. Al día siguiente, llegó el Jarl Hrolf, el dueño de estas tierras, acompañado de más vikingos. Había hecho un trato con ellos para ser su aliado y evitar que lo mataran. A cambio, les entregó a todas las mujeres que quedaban en la aldea, para que saciaran sus ansias de placer. También les dio permiso para destruir todo lo que a su paso les estorbara. Fue una traición imperdonable.

Meses pasaron y mi vientre crecía con ellos. Fui recuperándome con el pasar del tiempo y a pesar de la forma en que fue concebido este embarazo, aprendí amar a ese ser diminuto que cada día cobraba más fuerza dentro de mí. Mientras tanto la vitkis y yo nos escondíamos para sobrevivir, hasta que fuimos atrapadas una tarde en el bosque mientras buscábamos plantas medicinales para mi estado. Fuimos llevadas ante ellos al salón principal y ahí se encontraba él.

—¡Miren lo que tenemos aquí! ¡Dos ratas que intentan esconderse! — exclamó el líder vikingo con una sonrisa sádica en su rostro observando mi abultado vientre.

Se acercó a mí con intención de agarrarme, pero Ragnheidr se interpuso entre nosotros ante la atenta mirada de todos.

—¡No te atrevas a tocarla! ¡Ese niño o niña no es tuyo! ¡Es de ella! ¡Solo de ella! —le gritó ella con valentía.

—¡Quítate de en medio, bruja! ¡O te mato! —amenazó él, con el puño cerrado sobre su arma.

—¡No te tengo miedo! ¡Tú eres el monstruo aquí! ¡Tú eres el que merece morir! —exclamo yo, harta de todo el daño que me ha hecho, la impotencia puede conmigo y de mis manos surge una luz intensa y brillante que lo ciega momentáneamente.

—¡Qué es esto! —gritó el horrible vikingo sorprendido y confundido, cubriéndose los ojos.

Aprovechando la oportunidad, Ragnheidr me toma de la mano y juntas corremos hacia la puerta. Fortuitamente con nuestra huida fue tirada a los tapices que adornaban el lugar una de las antorchas que utilizaban para resguardarse del frío. Los vikingos intentaban detenernos, pero con el inminente peligro del fuego se dedicaron a extinguirlo, pero fue en vano, gran parte del salón ardía en llamas. Logramos escapar hacia el puerto, donde nos escondimos en una embarcación pesquera que pronto partiría rumbo a otras tierras.

<< No importaba nuestro destino, la prioridad era escapar.>>

Nos encontrábamos fuera de peligro cuando el barco zarpó y luego de calmar el miedo que sentíamos, mi cuerpo se relajó. Repentinamente sentí mis piernas mojadas. El cielo ya no era solo negro por ser de noche sino porque rugía con vientos de tormenta y el mar se convirtió en una fiera indomable. Temí por mi vida, la de mi madre, pero, sobre todo, por la de mi bebé. Y todo comenzó así, revelando profecías antiguas que anunciaban el llegado de un alma fémina bendecida por las diosas Ran y Frigg, un ser capaz de amansar océanos y provocar a los hombres de mar. Con un fuerte carácter, capaz de invocar truenos y con una fuerte voluntad de acero.

El rastro fantasma de las lágrimas que cubrieron mi rostro, esfuma la bruma de los recuerdos y vuelvo a la realidad. A la habitación donde encuentro a un Erik muy serio y callado observándome atentamente.

Hola chic@s nuevo capítuloooo, perdón por el tiempo que pasé sin actualizar. Disfruten de la historia y pues dejen su estrellita🌟 y comentarios para saber si les gustó🪶👌. Un abrazo enorme donde quiera que estén.😊❤️