🔗 Get over [HEEWON / HEEJAKE AU]

Capítulo 8 | Get over

Jungwon's POV:

La clase de programación había empezado hace veinte minutos.

Claro que mi mente y mi cuerpo estaban en otro lugar.

Heeseung olía a coco. Era curioso, supuse que era el champú que utilizaba, ese que le dejaba el pelo tan sedoso.

Tenía las venas de los brazos exageradamente marcadas, como esos chicos que hacían Tik Toks vestidos de traje y abotonándose las mangas de la camisa. Me parecían atractivas, sus manos digo. Sus dedos eran largos y tenía tanta fuerza que estaba seguro de que se quedarían marcados en mi cintura a pesar de la ropa.

Aunque he de decir que no había nada como sus ojos. Esos ojos grandes y amables que mostraba siempre podían cambiar por completo, volverse afilados, oscuros y perder ese toque infantil que los caracterizaba.

Me gustaba. Me gustaba mucho. Su olor, sus brazos, sus ojos y sus labios. Besaba con lentitud y agresividad a al vez. Se aseguraba de sentir cada pequeño detalle y profundizaba poco a poco, como si quisiera hacerse derogar.

Cada detalle de él era simplemente delicioso. Y no estaba borracho, sus labios no sabían a alcohol, sólo al café de la cafetería. Estaba besándome sobrio.

Abrí mis ojos al sentir que se había separado. Sus ojos, llenos de un deseo feroz, me miraban intentando atravesar mi alma. El agarre de sus manos sobre mi cintura se hizo más fuerte mientras pegaba más nuestros cuerpos, haciéndome sentir su gran problema sobre mi barriga. Solté un gemido ahogado y se separó un poco. Volví a mirarle y lo vi, sus ojos habían vuelto a cambiar y ahora estaban llenos de duda.

—Jungwon —murmuró como si acabase de volver en sí. Soltó mi cintura y dio un par de pasos atrás. Se pasó una mano por el pelo y suspiró.

Mierda.

—Lo siento —murmuró tapándose el rostro. Se estaba arrepintiendo. Se estaba arrepintiendo y yo me estaba sintiendo horrible. Porque yo no me arrepentía, porque yo quería seguir, pero Heeseung tan solo me miraba con lástima— Jungwon... —volvió a susurrar mi nombre con su suave y melodiosa voz. Posó sus manos en mis piernas y las cerró con cuidado.

Quise hablar, quise quejarme, pero ninguna palabra salía de mi interior. Simplemente quería desaparecer y llorar.

—Yo... no quiero jugar contigo —dijo con cuidado al ver que yo no hacía ningún ruido. Estaba demasiado ocupado reteniendo las lágrimas en mis ojos— No quiero nada serio con nadie ahora mismo, y temo que esto te confunda —se apoyó en el lavamanos, a mi lado, y cogió una de mis manos entre las suyas.

—Eres un idiota —fue lo único que pude susurrar antes de que se me rompiera la voz. Heeseung apretó aún más fuerte mi mano.

—Lo sé —vi que sonreía con ironía y negó— Lo siento, iba simplemente a fingir que no me acordaba y evitar todo esto... Se me salió un poco de control —bajó la mirada. Podía ver que se sentía culpable, lo que en el fondo me animaba un poco porque podía ver que le importaba, aunque no fuese de la manera que yo deseaba— Te dejaré golpearme cuando quieras —me miró y sonrió como disculpa. No podía odiarlo. Nunca lo haría.

—Otro día quizás —sonreí de vuelta y me bajé del lavamanos en donde había estado sentado.

—Bien, no pienso ir a clase ahora —bromeó intentando relajar el ambiente. Sonreí formando una mueca desagradable. Yo tampoco estaba muy en la labor de ir a programación, aunque fuese la primera vez que me saltaba una clase.

—Me iré a casa —murmuré cogiendo mi mochila.

—No puedo creer que de verdad íbamos a hacerlo aquí —susurró para sí mismo, pero demasiado alto. Me giré hacia él y Heeseung se encogió de hombros con una mirada inocente. No pude hacer otra cosa que reír.