Juegos del destino segunda parte

Dulce despedida.

― Y ¿Qué te ocurre? ―Pregunto Percival a su amigo que llevaba varios minutos mirando fijamente su bebida— Anthony ¿me escuchas?

— ¿Por qué, alguien escogería Hogwarts sobre Ilvermony?

— Woow, sí que estas molesto ―se escuchó decir a Mo que estaba sentada frente a él— pensé, que no te gustaba tú amiga pero...eso explica porque no se encuentra con nosotros.

— Escucha ―Percival dio un gran suspiro antes de continuar con la oración— es obvio, que Audrey tiene una gran conexión con sus amigos, ellos y su tía son la razón de que vuelva a Hogwarts, y estoy bastante seguro de que si tú estuvieras en su lugar, también harías lo mismo.

Al escuchar eso Anthony se cruzó de brazos y se hundió en su asiento. Al verlo hacer eso sus amigos no pudieron evitar lanzarse una mirada que parecía decir "encárgate tú".

— An escucha –Mo miraba a su amigo esperando no empeorar las cosas con lo que le diría—, ella es una niña, tan solo tiene trece...si, y si ya lo sé –Mo lo detuvo antes de que este pudiera decir algo— pero conociéndote y conociendo tu historial, lo más probable es que al regresar al colegio salgas con alguien, de hecho ¿Cómo se llamaba? Ze...

— Ya entendí, gracias –Interrumpió Anthony al reincorporarse en su lugar y ponerse de pie— ahora me tengo que ir, y antes de que lo olvide, recuerden que tienen que ir hoy a... cenar a la casa –decía mientras sacaba algo de dinero de su chaqueta— siete en punto y más les vale ser puntuales.

— Como ordenes –respondió Percival.

— Perfecto los veré más tarde.

Por otra parte, ya habían pasado algunas horas desde que Alex y Albert seguían hablando en el estudio. Mientras tanto Audrey se ponía al corriente con las cartas que le habían escrito algunos de sus amigos. Harry le contaba sobre lo largo que le estaba pareciendo ese verano en particular, y que no podía esperar para regresar al colegio para pasar tiempo con ella, Hermione y Ron.

Audrey se disponía a responder la carta para animar a Harry, cuando se percató de que no le quedaban pergaminos. Salió de la habitación y camino hacia el estudio, estaba por entrar cuando escucho algo.

― ¿Y Audrey sabe sobre esto? –se escuchó preguntar a Albert.

― No, y no puedes contarle nada de esto, Elizabeth no quiere que ella se entere.

Audrey estaba por tomar la manija de la puerta, cuando alguien puso la mano sobre su hombro.

― Acaso Elizabeth, no te enseño ¿Qué, no debes escuchar conversaciones ajenas?

― ¿No estabas con tus amigos? –Pregunto Audrey tratando de mantener la calma ante la sorpresiva aparición de Anthony.

― Si, pero...los veré más tarde –respondió antes de que le hiciera más preguntas― y tú ¿Qué no estabas preparando tus cosas?

― Lo hacía, pero recordé, que tenía algunas cartas sin responder, así que...vine a buscar algo de pergamino –dijo señalando a la puerta.

― ¿Pergamino? – Curioseó el chico arqueando las cejas y cruzándose de brazos― y porque tengo la sensación de que hacías otra cosa.

― Dime, ¿acaso hice algo que te molestara? o ¿Por qué estas molesto conmigo?

― ¿Qué? –Preguntó bastante sorprendido― en verdad ¿no te das cuenta?

― Escucha, si dije algo en estas semanas yo...

―Sssh –Anthony interrumpió a Audrey.

― ¡No me shishes!.