❥ Atracción Confusa ۰ KYMAN

01 | Mirada

—Ofendido, judío? —Gritaría de manera burlona Cartman, luego de insultar por... quién sabe qué vez en el día a Kyle.

—Maldito hijo de puta.. — Diría el pelirrojo casi susurrando mientras tomaba por el suéter a Eric y lo empujaba contra los casilleros detrás de ellos, ocasionando un gran estruendo metálico por el golpe. Sus ojos llenos de furia no podían aguantar a golpearlo luego de sólo haberse estado insultando por un largo rato. Levantó su brazo izquierdo, empuñó su mano para golpear al contrario y con su mano derecha lo sujetaba fuertemente del cuello para que no escapara, pero no lo suficiente como para ahorcarlo demasiado.

El castaño solo jadeaba y lo miraba con rabia mientras hacía su rostro hacia un lado y entrecerraba sus ojos esperando el puñetazo en su rostro.

Kyle hizo la señal para golpearlo, pero justo se detuvo antes de que siquiera se acercara mucho al rostro de Cartman. Por primera vez, veía realmente el rostro del contrario. Claro, ya lo había visto antes, demasiadas veces diría él, pero esta vez lo estaba apreciando de verdad. Vio sus ojos de distinto color; uno marrón y otro azul. Y aunque esto siempre había sido una oportunidad para burlarse de él, el pelirrojo lo veía de una manera distinta esa ocasión. También observó aquellas mejillas regordetas y rojas debido al cansancio por forcejear anteriormente para soltarse, y lo más importante, esos labios gruesos y rosados que en ese momento reflejaban incomodidad y enojo. El judío podía sentir la respiración agitada del contrario en su rostro, sintió un revolver en su estómago.

Finalmente, luego de que sus ojos recorrieran todo el rostro del robusto, volvió a hacer contacto visual con él e inconscientemente aflojo el agarre en su cuello y bajó sus manos. Cartman lo vio con una cara de extrañeza, pero igualmente no iba a desaprovechar que Kyle lo había soltado y lo golpeó en el estómago, lo suficientemente fuerte para hacerlo retroceder y hasta sacarle el aire. Rápidamente se alejó de él, vio incómodamente por unos instantes  a Kenny y Stan, que estaban detrás de ellos, y se fue casi corriendo del lugar.

—¿Qué? — Era lo único en lo que Kyle podía pensar luego de todo lo que había sucedido. Apoyó su mano derecha en los casilleros y abrazó con su mano izquierda su estómago, tratando de aliviar el dolor del golpe y recobrar el aliento.

—¿Qué diablos fue eso? — Preguntó Stan con rareza mientras se acercaba con Kenny al pelirrojo.

—N-No lo sé... — Susurró el judío, como si se estuviera respondiendo a él mismo. Rápidamente cambió su respuesta al darse cuenta de la anterior.

—S-Sólo le di ventaja a ese maldito gordo. — Dijo, enojado y tratando de verse convencido de aquella respuesta, sintiéndose ya casi completamente recuperado del golpe.

Antes de que cualquiera pudiese hablar, sonó el timbre que indicaba que el receso había acabado. El chico de la ushanka se enderezó, indicando que ya se sentía bien, y se acercó a su casillero para sacar los libros de su siguiente clase, cuando de repente montones de alumnos y profesores comenzaron a salir de los salones. Kenny pudo oír entre los murmullos que habían indicado ir a la cancha de baloncesto y  tomó de la mano a sus dos amigos para contarles lo que había oído. Deprisa se incorporaron a los grupos de adolescentes para seguirlos.

Al entrar al lugar, pudieron ver una tarima, montones de sillas plegables y a los profesores hablando en una esquina. 

De pronto pudieron ver a Cartman sentado en una de esas sillas y justamente tres espacios vacíos cerca de él; uno a su lado y dos atrás. Eric pudo ver de reojo como sus amigos se acercaban para sentarse juntos, pero deseando desesperadamente que Kyle no ocupara aquel espacio vacío junto a él. Desafortunadamente, el rubio y Stan se sentaron atrás. Los dos pudieron ver como el judío suspiró y los miró con enojo mientras se sentaba al a par del castaño.

Pasaron unos minutos, y por fin aquel evento espontáneo estaba por comenzar. Un sonido horriblemente agudo se escuchó debido al micrófono, mientras el Director PC se subía a aquella tarima notablemente vieja y desgastada.