❥ Atracción Confusa ۰ KYMAN

10 | Jamás

Sus facciones eran exactas a las de la "chica" que recordaba. Se quedó congelado en su lugar, así quedándose atrás de los demás.

—¿Kyle?— Stan se volteó hacia él al ver que había desaparecido.

El pelirrojo volteó a verlo con unos ojos inertes, que en cuestión de segundos parecieron volver a la vida, disimulando su pánico.

—Creo que mi madre me pidió unas cosas del Whole Foods...— Inventó de excusa. —Debería ir ahora, o sino se enojará. ¡Los veo mañana, chicos! —Dijo de manera temblorosa y dudosa. Se dio la vuelta y caminando rápido se alejó de ellos, dejándolos confundidos.

Sus pensamientos comenzaron a invadirle la mente por completo. "No puede ser Cartman, ¿por qué con él?, ¿qué hacía él vestido así?, ¿por qué diablos estaría usando una peluca?" Y así continuó hasta darse cuenta que había estado caminando sin rumbo hasta casi abandonar el pueblo. De inmediato salió corriendo de vuelta para por fin ir a su casa.

Al llegar subió a su habitación casi volando solo para encerrarse y tirarse rendido a su cama. Se quedó viendo perplejo al techo mientras su propia mente seguía ahogándolo.

—¿Cómo no me pude dar cuenta...?— Se preguntó a sí mismo. Cerró sus ojos fuertemente para tratar de hacer memoria.

Ahora que tenía claro el rostro de la chica todo fue más fácil. Pasó por todo el recuerdo de aquella noche desde que llegó, y al momento de llegar al punto en el que ambos se metieron a la alacena sintió como un escalofrío le atravesó toda la espalda.

Pues sí, sí había reconocido el rostro de Eric Cartman esa noche. Recordó lo que había sentido en ese momento y cómo, por alguna razón, no le importó en lo absoluto el conocer su verdadera identidad, incluso hasta pareció motivarlo más.

Se sentó bruscamente del impacto que le dio la memoria. Su par de ojos abiertos como platos, su rostro completamente sonrojado y el ceño fruncido de la confusión.

—¿¡Por qué no me detuve!?— Se reclamó a sí mismo, se levantó de su cama y desesperado comenzó a dar vueltas por toda su habitación en busca de respuestas.

¿Aceptar que quizás, solo quizás, tenía sentimientos hacia el castaño? Jamás, no, nunca, imposible.

Se quedó quieto por un momento en medio del cuarto y, como por arte de magia, todos sus pensamientos negando lo que realmente sentía se desvanecieron. 

"Estoy enamorado de Cartman." Retumbó fuerte y claro en su mente. Por unos segundo fue lo único que retuvo.

—¡NO!— Gritó sólo para tirarse de vuelta a su cama, ahogarse con la almohada y retorcerse desesperadamente tratando de desvanecer el pensamiento.

                                                       ✰✰✰

Desde que el pelirrojo los había abandonado tan repentinamente, Eric no dejó de pensar en él. Al llegar a su casa decidió ver la televisión para mantener su mente ocupada y no prestarle atención al judío, pero simplemente cada cosa le recordaba a él.

Se levantó para dirigirse a su habitación y poder estar solo. De cierta manera le daba ansiedad el no saber si Kyle lo había reconocido aquella noche y el hecho de haber dejado su cabellera falsa con él al momento de huir de la mansión.

Pero era incluso más perturbador el pensar en el momento que reveló quién realmente era, Kyle no se detuvo y hasta percibió como la intención de sus besos cambiaba.

Se sentó en la silla rodante de su cuarto y dejó que sus pensamientos fluyeran.

¿Acaso había disfrutado lo que pasó esa noche? Por un momento lo analizó y hasta una sonrisa inconsciente se formó en su rostro, pero en cuestión de segundos esta se desvaneció para ser cambiada por una expresión de enojo.

—No soy un asqueroso marica.— Afirmó mientras se dirigía rodando en su silla hacia el escritorio para ponerse a jugar videojuegos.

No, no se permitiría enamorarse o siquiera gustar del judío. Su ego no se lo permitiría cuando había sido humillado y literalmente rebajado ante él. Sería como aceptar su debilidad y Eric Cartman nunca se mostraría débil. Estaba decidido a jamás ser considerado "El Omega de Kyle Broflovski".