Sus ojos se abrieron de la nada. Su cabeza y cuello ardían de una manera espantosa, como una resaca. Miró a su alrededor y notó que estaba en la gran alacena que su amigo alguna vez le había mostrado. Trató de levantarse pero su rodilla resbaló con lo que parecía ser una peluca rubia. Cayó de bruces antes de que pudiera sostenerse.
—¿Qué mierda...?— Tomó la cabellera y se extrañó de que estuviera con él en aquella habitación. Trató de hacer memoria sobre lo que había pasado, pero su cabeza dolía demasiado como para pensar en ese momento. Dispuso quedársela para quizás encontrar a su dueña.
Se levantó de nuevo y abrió la puerta. La luz del Sol cegó por unos momentos sus ojos, trató de protegerse con sus manos hasta salir de la cocina. En la sala aún seguían personas durmiendo en el suelo, aunque esta vez menos ya que bastantes se habían marchado. Simplemente pasó con cuidado alrededor de estas y salió.
Al llegar a su hogar su madre lo sermoneó por no avisar que pasaría la noche fuera, sin embargo el pelirrojo no prestó atención a ninguna de sus palabras.
Subió al baño para ducharse y para su mala suerte decidió lavarse la cara antes de hacerlo.
Un grito ahogado salió de él al verse en el espejo. Tenía todo su cuello cubierto de marcas rojas y restos de labial. No pasó mucho antes de que se sintiera orgulloso al darse cuenta de que significaba que había estado con una chica. En ese momento trató de recordar el rostro de esta, pero la sien le molestaba de solo intentarlo. Al instante se rindió y se metió a la bañera.
✰✰✰
Kyle caminaba por los pasillos de la escuela mientras fingía escuchar a Stan quejarse de su padre de nuevo. No le prestaba atención a su amigo ni a su entorno, hasta que pasaron al lado de un grupo de chicas. El pelirrojo tuvo que parar ya que el otro fue a saludar a su novia. Mientras esperaba, le llamó la atención el radiante y rubio cabello de Bebe. Este le recordó lo sucedido días anteriores y cómo seguía sin saber quién era aquella chica, la dueña de la peluca.
Su día continuó e inconscientemente se imaginaba a cada chica, con la que sus verdes ojos se topaban, con aquella cabellera falsa que poseía. Sin embargo, ninguna parecía hacérsele reconocible con la peluca y tampoco ninguno de los rasgos le recordaba en lo absoluto a la misteriosa de esa noche tan especial. Realmente comenzaba a rendirse, y pensaba "Sólo fue cosa de una noche, ¿por qué tomarle tanta importancia?", pero igualmente seguía imaginando a cada una con la peluca, aunque ya fuera meramente por diversión.
Finalmente ya estaban por acabar las clases y sólo le quedaba por recibir una a la que había estado faltando por la terrible confusión que hubo con sus dichosos resultados: Política.
Genuinamente no había pensado tanto en dicha clase, simplemente la había asumido como parte de su nueva "gran vida como alfa", pero había olvidado un pequeño detalle...
Tolkien.
Pues aunque ambos fueran alfas, su pareja todavía no lo sabía y prácticamente seguían siendo novios.
Un escalofrío recorrió desde su nuca hasta sus tobillos cuando recordó esto mientras se encaminaba al salón. Su corazón se aceleró y comenzó a sudar, ya no era tanto el problema de lastimar los sentimientos de él, sino que este mismo podía arruinar toda su reputación en la escuela como en el equipo de básquetbol.
Le tomó bastante tiempo antes de poder entrar a su salón, pero se armó de valor, tomó la manija de la puerta y abrió sin pensarlo. Su sorpresa fue aún mayor.
Eric Cartman en primer plano del salón.
El castaño, al igual que el judío, habían sido cambiados de sus clases extras debido al error de sus resultados. Esto había sido devastador para el gordo. Se sentía doblemente humillado y derrotado, ya sin un propósito en la vida. Para su suerte, aunque él no lo notara, a nadie realmente le importó el repentino cambio de alumnos en las clases. Completamente ignorados, excepto por sus amigos cercanos.
El robusto fue el primero en ser cuestionado por el mismo Butters. Este inventó la excusa de que los habían castigado a ambos por pelear de nuevo y tendrían que atender a las clases del contrario. El rubio le creyó por completo y no preguntó nada.
Kyle casi se desmayó de la impresión, pero rápidamente notó que Eric recogía cosas de su escritorio para irse. Este mismo se dirigió a la puerta, donde estaba el pelirrojo. Apartándolo a un lado y mirándolo de manera amenazadora, salió del cuarto alejándose por el pasillo.
El de ushanka verde no reaccionó hasta luego de unos segundos. Aquella mirada con furia de parte de Cartman sólo le recordó que oficialmente era superior a él.
Y así atendió su clase como normalmente lo haría con otras. Esta terminó y él se sintió genuinamente contento por al fin dejar de recibir materias estúpidas que no le correspondían.
Por otro lado, el robusto sufrió cada segundo de su nueva materia. Esta la sintió eterna y agonizante. Cuando finalmente terminó, este no dudó ni un segundo en tomar sus cosas para salir de inmediato del salón.
A la salida Eric se encontraba platicando con Kenny y Stan. Pasaron unos minutos para que Kyle llegara con ellos y el grupo se completara.
— Hola, chicos.— Dijo alegremente el judío al mismo tiempo que actuaba como si ignorara por completo la situación con Cartman. Su orgullo parecía desbordarse al saber que este estaba condenado a ser un sumiso ante él por su propia naturaleza. "Puto maricón", pasó por su mente mientras lo seguía ignorando intencionalmente.
En reacción a su pensamiento lo miró de reojo y meramente por motivos humorísticos lo imaginó con aquella peluca rubia solamente para volver a llamarle "maricón" en su mente.
Apartó su mirada disimulada de él y casi al mismo instante su sangre se heló.
ESTÁS LEYENDO
❥ Atracción Confusa ۰ KYMAN
FanfictionQuién diría que una mirada y el error en sus resultados de castas los llevaría a ambos a tomar decisiones precipitadas, solo para que los llevara a darse cuenta de como se sentían por el otro, a desarrollar una atracción que solo ellos serían capace...