¡Una chica toma el lugar de Ranma!
Mayumi solo quería reír y divertirse viendo uno de los animes de su infancia, nunca esperó ocupar el lugar del protagonista de ese anime de un momento a otro.
Esperando poder volver a casa se dedica a vivir cada dí...
―¡está despertando! ―Ranma se puso alerta sin saber qué hacer, dio una mirada fugaz a Akane, parecía estar en shock. ―demonios, ¡Ryoga, abre la ventana!
―¡voy! ―el de pañoleta se apresuró sin preguntar mucho realmente.
Enseguida Ranma sujetó a Kodachi y la lanzo hacia afuera lo más rápido que pudo. Era un acto cuestionable, pero esa chica no era de fiar, y si de esa manera podía evitar que se fijara en él era lo mejor que podría pasarle. Soltó un suspiro acercándose a la menor Tendo.
―Akane... ―miro el mechón en el suelo, no esperó que esto sucediera a manos de Kodachi ¿Qué podía decirle?
Pero si lo comparaba con el corte que originalmente hizo Ryoga, no corto mucho, o al menos eso cree. Aún estaba un poco largo, incluso si lo arreglaban, el cabello de Akane todavía estaría un poco por debajo de sus hombros.
―Akane ¿estás bien? ―Ryoga se acercó indeciso al ver a Mayumi dudar.
Un sollozo fue la respuesta para ambos.
―yo...me había costado tanto que creciera así ―ella levantó el rostro mostrando sus lágrimas. Le dedicó tanto cuidado solo para que fuera cortado de esa manera, se sentía molesta y triste.
Ranma suspiró mirando a Ryoga, y finalmente decidió abrazar a Akane para consolarla, usó una de sus manos para sobar su espalda y ayudarla a calmarse. Ninguno de los tres habló, y extrañamente nadie parecía haber oído todo el alboroto.
―está bien, aunque ahora estee un poco más corto sigue viéndose bien ―el chico de pañoleta intento animar a su manera.
―Ryoga tiene razón Akane, ya pasó, aun te vez bien ¿Qué tal si mañana te acompañamos a un salón para arreglar el corte?
―...está bien ―su voz aun temblaba un poco, no era como si eso la hiciera sentir reconfortada, pero ellos hicieron su intento y lo tomaría en cuenta.
―bueno, es mejor que descanses, nosotros nos vamos. ―Ranma se separó y llevó al otro chico consigo, debían darle un tiempo a solas.
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―¡listo! ―la estilista anunció una vez terminó su trabajo ―te vez preciosa.
―gracias ―un poco avergonzada agacho la mirada, pero al instante la devolvió hacia arriba para verse a través del espejo. Realmente se veía bien, incluso si tuvo la opción de dejarlo en un largo en el que aun podía recogerse el cabello en una coleta, opto por cortarlo más; dejándolo hasta su cuello.
Pagó el servicio y caminó a la sala de espera para encontrarse con los dos chicos que la esperaban ¿también creerían que se veía bonita?
―Ranma, Ryoga ―les llamó haciendo que dejaran de ver la televisión. ―¿Qué tal me veo? ―mostró una sonrisa esperando algo positivo.
―te ves linda, Akane ¿verdad, Ryoga? ―se había sorprendido un poco al verla con el cabello corto de la serie, pero se recuperó rápidamente.
―sí, ese corte te queda. ―el Hibiki apoyo el comentario de Ranma.
