3. La escuela no es un parque.

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—Irás a la misma escuela que Akane y yo, hasta luego. —la segunda Tendo lo rodeó sonriendo mientras salía con su uniforme

—¡Esperame Nabiki, ya voy, siempre nos vamos juntas!

—¡eso era antes, ahora deberás ir con tu novio, Ranma, no olvides que es tu prometido!, ¿de acuerdo? —le respondió desde la salida.

Mayumi suspiró en resignación, adiós a sus vacaciones.

—¡ya deja de molestarme! —salió apresurada al pasillo, casi chocando con el chico de trenza. Se quedó en blanco por unos segundos antes de hablarle —no te quedes ahí parado, ya es tarde, debemos apresurarnos.

Akane frunció un poco el ceño por este cambio en su rutina, pero aun así lo esperó en la entrada de la casa. Seguía algo avergonzada por lo que pasó el día anterior, pero esperaba olvidarlo hoy mismo. Como Ranma no tenía uniforme y solo llevaba su mochila, no tardaron en ponerse en camino.

—Recuérdalo, tú ni me conoces, y no me trates con familiaridad —a diferencia del anime donde lo dijo molesta, esta vez se veía más tranquila —te estoy advirtiendo.

—¿Hay algún motivo por el que dices esto? —le miró ya sabiendo más o menos de que se trataba, había unas cuantas cosas que recordaba y otras que no.

—Lo sabrás cuando lleguemos.

—Si tu lo dices.

Tuvieron que correr a pesar de ya ir con mucho retraso. Sin embargo, cuando ya estaban frente a la escuela, Akane puso mala cara. A medida se acercaban varias siluetas se hicieron visibles, todas eran masculinas.

—¡Hombres...que horror, los aborrezco! ¡Como quisiera que me dejaran en paz, no lo soporto! —ella sujetó con fuerza su maletín en una mano y apretó su otro puño.

El tan singular enfrentamiento entre Akane y casi todos los chicos de Furinkan se llevó a cabo, Ranma le pregunto si debía ayudarla pero ella le dijo que podía sola. Mientras tanto, él se maravilló un poco al poder ver en primera persona tal espectáculo, la fuerza de Akane comparada con la de una chica normal, era mucha.

—Ya me cansé de esto, así es todos los días —acomodó su cabello y recuperó la calma después de tan exhaustiva lucha. Pero cuando ya estaban listos para entrar, una rosa salió volando hacia la peli-azul.

—Retoño del templo de Kion, todo resplandece a tu lado. El color de la flores de Buda pierde encanto al compararse contigo —otro chico salió detrás del árbol cercano a la entrada con una espada de madera en mano, miró a los demás en el suelo mientras reía —pobres, no saben lo que es tener tacto. Se que tratan de vencerte para poder enamorarte, pero nunca podrán lograrlo, se que nadie puede vencerte más que yo.

El clima incluso había cambiado con su presencia, el cielo ya se había cubierto de nubes y los truenos no tardaron en escucharse.

—Tendrás que defenderte Akane.

—Pero Kuno, yo... —ella intentó evitarlo y corrió hacia un lado para pasarlo, pero fue detenida.

—Adelante, Akane Tendo —balanceó su espada frente a ella, listo para atacar —pelea ahora conmigo.

—Akane, ¿te encuentras bien? Puedo encargarme de él si quieres. —Ranma caminó hasta ella y le sonrió. —debes estas cansada.

—Ranma...

—¿Y tu quien eres?, ¿Por que hablas con tanta familiaridad con Akane —Kuno le apuntó con la espada y habló enojado.

—Bueno, veras es que... Yo soy...

¡Ranma no es Ranma!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora