14. Arroz con pescado y pepinillos.

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Devolverle la memoria a Akane fue todo un reto ¿quién diría que enojarla bastaría? bueno, una preocupación menos. Eso hasta que llego Shampoo.

―¡Ranma, aquí estas! ―intentó abrazarlo pero fue detenida.

―hay algo que debes ver ―la tomó de la mano y la llevo hasta el estanque, todos lo acompañaron, incluso Ryoga, en su forma humana por supuesto.

Mayumi se había cansado, le diría a Shampoo una mentira no tan mentira para ahuyentarla. Tomó un balde y lo lleno para después echárselo encima, había vuelto a ser chica.

―En realidad soy mujer, siempre lo he sido, así que no me casaré contigo ―la miro con firmeza y sin duda.

―¡¿Cómo que siempre ha sido chica, Saotome?! ―Soun en pánico miro a su amigo.

"Mayumi... ¿acaso está pensando revelar su identidad?" Ryoga veía todo un poco preocupado.

―¡no es cierto! ―Shampoo se negaba a creerlo ―¡no lo es! ―lanzó uno de sus Chui cerca de la pelirroja ―...no ―su rostro paso del enojo a la tristeza, incluso si intentó atacarlo al principio no podía continuar, su mirada se volvió más brillante por las lágrimas retenidas que después dejo rodar ―¡no!

Todos vieron a la amazona partir de la casa Tendo, envuelta en llanto.

―¡deja de quitarme la comida! ―Ranma pateó a su padre al estanque transformándolo en panda, el descarado no había dejado de quitarle la comida de su plato

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―¡deja de quitarme la comida! ―Ranma pateó a su padre al estanque transformándolo en panda, el descarado no había dejado de quitarle la comida de su plato. ― ¡todavía no termino contigo! ―corrió tras el oso que huía.

Mayumi no creyó volverse tan agresiva en poco tiempo, pero no había manera de que soportara las estupideces de Genma Saotome, el viejo hacia lo que le placía y evadía sus responsabilidades echándoselas a ella.

Mientras el par de padre e hijo seguían en lo suyo, alguien llamo a la puerta.

―¡buenas tardes! ―se escuchó la voz de un hombre.

―parece que hay visitas ―Soun levantó la mirada de su periódico.

―¡ya vamos! ―respondió Kasumi mientras se acercaba al pasillo, rumbo a la puerta principal.

―ya estoy aquí, no se preocupen por mí, me tomé la libertad de entrar ―un alegre hombre vestido de traje azul y boina roja apareció por el mismo pasillo, los saludó a la vez que agitaba los abanicos en sus manos.

―dígame, ¿qué es lo que se le ofrece? ―pregunto el líder de la familia al desconocido.

―busco a Ranma, a Ranma Saotome.

―¡Ranma! ¡Ven acá, alguien pregunta por ti! ―Nabiki lo llamó tan pronto lo vió entrar al patio detrás de su padre.

―¿Qué pasa? ―se detuvo abruptamente al escucharla.

¡Ranma no es Ranma!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora