X.

1.5K 123 20
                                    


Daenerys POV.

No puedo creer que esté corriendo tan agitada y alterada junto a un gran número de mi séquito de guardias en dirección a las habitaciones qué me prometí no volver a pisar después de perderme en las poderosas sensaciones qué esa norteña causó en mí; qué aún después de varios días puedo sentir completamente sobre mí traidor cuerpo, qué en vez de repeler a esa atrevida Reina, lo único que hace es desearla más.

Suspiro pesadamente tratando de alejar esos inoportunos pensamientos de mí, porque lo último qué necesito ahora qué corro en su ayuda, es pensar en todas las veces qué me alejé concienzudamente de su presencia, para no tener qué padecer los recuerdos tan vívidos qué me hizo sentir en su amplia cama; porque sin lugar a dudas, Sansa Stark sabe usar demasiado bien esa gran parte extra de su fuerte cuerpo, qué para mí desgracia, no había podido parar de pensar ni un sólo segundo en cuánto me gustó comprobar toda su pasión, casi tanto cómo me disgustó imaginar con cuántas zorras había practicado cada uno de sus movimientos, qué con tanta maestría utilizó en mí hasta el punto de la saciedad.

Gruño entre dientes por dejarme llevar de nuevo por esos tontos pensamientos y por esas terribles ideas sobre esa pelirroja, misma qué en tan sólo unos días será mí esposa; porque lo único qué debería importarme de ella, y es lo que debería recordarme hacer ahora, es conseguir el Norte qué reina y no saber cuántas mujeres ha llevado a su cama.

Pero con todo y eso, ni siquiera me detuve a pensar un sólo segundo en para qué demonios iba a ir hasta ella, pero cuándo Lord Tyrion llegó bastante conmocionado a la sala del trono dónde me encontraba, diciéndome qué estaban atacando a Sansa en sus habitaciones, salté de inmediato de mi frío trono para empezar a caminar con pasos acelerado hacia ella, cómo sí fuese mi obligación defenderla y sin esperar siquiera la continuación a las palabras de Tyrion qué gritaban fuertemente detrás de mí; pero lo único que en verdad podía pensar y todo mí cuerpo me apoyaba en eso, era en ir hasta Sansa Stark para salvarla de cualquier ataque, qué definitivamente no debería estar viviendo teniendo tanta seguridad alrededor, cómo en verdad tiene y sin recordar qué su ataque y posterior muerte de llegar el caso, me librarían de casarme con ella; y tendría por demás el Norte porque no me tentaré el corazón con ninguno de sus otros hermanos para tomar algún lo qué es mío; pero sorprendentemente para mí, esa idea no me gusta para nada porque no me gustaría tener qué perder de esa forma a Sansa; por más qué quiera enviarla de regreso al Norte después de casarnos.

Cuándo estoy más cerca de sus habitaciones, el ruido se vuelve cada vez más intenso y por el sonido de choques que distingo, me dejan claro qué tiene a Sansa contra el suelo atacándola o ella a su inesperada contrincante; lo qué me hace acelerar aún más mis pasos dejando varios centímetros detrás de mí a mis guardias porque no quiero empezar a imaginar cuál de las dos opciones son las correctas o cuánto me dejaría afectar, por más qué no debería hacerlo con ninguna.

Veo la puerta de sus habitaciones abierta de par en par, pero no encuentro ni un sólo rastro de mí inteligente prometida. Detengo mis pasos al instante por lo extraño qué me parece qué ahora que estoy tan cerca de sus habitaciones, ni siquiera puedo escuchar los quejidos y ruidos que tan alto escuchaba hasta hace unos instantes.

- Quédense aquí.- ordeno con severidad, evitando jadear por aire a los hombres detrás de mí.

Los escucho detener todos sus pasos al término de mi orden, a pesar de qué sus jadeos por aire permanecen furiosos mientras me alejo más y más de ellos.

Camino lentamente hacia aquellas puertas, buscando encontrar lo peor a mis ojos, y ni siquiera puedo controlar los apresurados latidos de mi corazón por lo que puedo encontrar al adentrarme allí con Sansa y esa desconocida atacante.

The Queens.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora