XIII.

1.1K 106 50
                                    


Sansa POV.

Daenerys Targaryen, es mi esposa; al fin hice a Dany mi mujer en toda regla y solamente eso puede manejar mi mente apenas empiezo a despertarme después de no sé cuánto tiempo de estar profundamente dormida, luego de consumar tan incansablemente nuestra unión durante toda la noche.

Sonrío feliz por la idea, sin importarme lo más mínimo las diferentes razones qué nos llevaron a casarnos; porque lo único qué me importa realmente es haberla hecho mi mujer y qué todos en cada maldito Reino bajo el mando de Dany, sepan qué ella es mía, así cómo yo soy suya.

Nuestros gemidos y suspiros rogando por más, aún retumban en mis oídos, haciendo calentar todo mi rostro, porque estoy segura qué todos en Desembarco del Rey escucharon nuestros alaridos de placer.

Sonrío llena de presunción, pensando en cuán diferente había sido anoche entre nosotras a las demás veces en que la llevé a mi cama o en las qué ella misma me lanzó a la suya, para devorarme a su antojo, tomando absolutamente todo de mi, y qué yo estaba rogando por darle con avidez.

Pero, ¿Qué hizo tan diferente y aún más placentera nuestra noche de bodas? No tengo ni la más mínima idea lo qué nos motivaba ayer, pero orgasmo tras orgasmo qué nos dimos en esta última noche, la sentía cada vez más mía, y no sólo en cuerpo, sino qué me temo que en algo mucho más profundo, al menos para mí. ¿Sería por nuestra discusión en el banquete de ayer en honor a nuestra unión? No lo podría asegurar, pero eso ciertamente eso me mostro un fuego en sus ojos qué nunca había visto hasta ahora, ni siquiera cuándo recién nos conocimos y que quería hacerme comida para sus hijos luego de rehusarme a doblar la rodilla entregándole la lealtad de mi pueblo. ¿O en cambio fue por celos? ¿Le habrá molestado imaginar a Yara y a mí juntas mientras estábamos en nuestro banquete de bodas? Ojalá fuera por eso, desearía que Dany estuviera absolutamente celosa de mí estando con cualquier otra mujer, cómo le dejé entrever buscando una reacción sincera de su parte, no esa fingida pose distante qué adoptó en nuestra boda; porque sé qué saberla celosa de mí, de su esposa, me llenaría de esperanzas para el futuro; qué espero sea el de ambas en algún punto, porque yo sí estoy muriéndome de celos por cualquiera que desee a mi hermosa mujer, y más aún de todos los qué la han tenido, tan posesiva cómo siempre he sido con lo qué quiero para mí, porque ya no puedo negarme más el hecho de qué quiero a Daenerys Targaryen conmigo.

Pero aunque eso es una enorme revelación para mi, después de pasar días en los qué únicamente el crudo deseo por ella me consumía; sé y dudo qué lo que siento cambiará en algo sus planes conmigo de saberlo; o más exactamente lo qué buscaba conseguir entregándose a mí, cómo bien sabía y que le dí en bandeja de plata al ofrecerle una unión mediante matrimonio, aún a pesar de qué Ser Brienne, mis hermanos y probablemente a ninguno de los norteños les gustaría la idea de una unión con el inconfiable Sur; pero para mí lo significaba todo, porque al fin la tendría a ella.

Y tampoco me molesta en lo absoluto ser una tonta dispuesta al ayudarla a conseguir sus propósitos de dominio, porque definitivamente ambas habíamos obtenido mucho con ese arreglo; al menos de mi parte, porque todo el placer, el deseo, la increíble necesidad por tenerla día y noche, junto a todo mi recién descubierto cariño por Daenerys, son mucho más de lo que alguna vez había pensado tener en mí vida. Y sé que tampoco puedo culparla de algo, ya qué finalmente ella no trató nunca de hacer nacer en mí ningún sentimiento más qué una lujuria extrema, qué ambas nos perdíamos disfrutando; pero sé qué ella ni siquiera sospecha, lo qué ni yo misma podía admitir antes sobre mis sentimientos, que sólo agrandan monumentalmente todo mi deseo y mis ganas por consumir una y otra vez todo su delicioso cuerpo.

Mi cuerpo tiembla ante esa aceptación, disfrutando del placentero picor qué siento a plenitud en las zonas dónde sus uñas rasgaron mi piel sin siquiera medir su fuerza, totalmente pérdida en las sensaciones que mi cuerpo le provocaba mientras la hacía tan mía una vez más.

The Queens.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora