Mala suerte, aunque no es nada nuevo

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Normalmente a Xie Lian no le duraban los trabajos, siempre terminaba fuera antes de que acabará el mes o muchas veces no pasaba el "periodo de prueba" y terminaba yéndose sin que le pagaran nada. Sin embargo, ya llevaba trabajando en la cafetería más de 2 meses, lo que era mucho mejor que sus expectativas originales.  

Así que cuando Shi QingXuan le entrego la bandeja con el pedido para entregar estaba un poco confiado, se había olvidado de esperar lo peor de la situación. Mientras caminaba la poca distancia de 5 metros de la barra hasta la mesa donde se encontraba aquel chico que le llamaba la atención, se escuchó repentinamente un "pop" y todas las luces se apagaron.

Al mismo tiempo que esto ocurría Xie Lian pisó la agujeta de una de sus zapatillas y al tratar de salvar la bandeja para que no impactará contra el suelo, la taza de café negro recién preparado se derramó en una de sus manos. Aunque en ese momento casi no sintió el dolor (lo que sintió fue un susto),  podía pagar el café pero... si rompía las tazas y los platos. No sabía si su billetera iba a poder soportarlo. 

Pues, lamentablemente, a pesar de trabajar tanto, Xie Lian no tenía dinero. 

Entonces en esos microsegundos de caída decidió sacrificar su propia integridad física por unas tazas. Sin embargo, el impacto doloroso contra el suelo nunca llegó. Lo que sintió fue un soporte, unas manos que lo agarraron de los hombros y que lo equilibraba en sus dos pies. Cuando eso ocurrió la taza de porcelana vacía cayó de la bandeja y con un fuerte "crash" se rompió en pedazos. 

— ¡Un fusil se quemó! — Shi QingXuan exclamó, una luz de linterna proveniente del celular de último modelo de su amigo apuntó directo a su rostro. 

Aunque romper una taza no sería usualmente usado como excusa de despido, Xie Lian estaba seguro que en esta ocasión lo sería. Se sintió un poco deprimido al pensar en eso. 

— ¿Estas bien? — Una voz que se escuchaba directamente en su oreja habló. Cuando Xie Lian giró la cabeza, se encontró cerca del rostro ajeno. A pesar de que las luces estaban apagadas, tuvo una vista de primera fila de los labios ligeramente rojos y delgados, aquella nariz recta y aquellas cejas ligeramente fruncidas. Se quedó unos segundos anonadado. 

A lo largo de toda su vida había visto personas atractivas, sin embargo, era la primera vez que se sentía sorprendido por la apariencia ajena. Ni siquiera sabía la razón para aquella diferencia. 

— Sí, sí estoy bien... Muchas gracias... — Xie Lian se espabilo y retrocedió unos pasos al responderle. — Por ayudarme — Soltó un suspiro bajo, estuvo a punto de hablar cuando de pronto se escuchó otro ruido fuerte, probablemente algo rompiéndose. 

Probablemente Xie Lian era un amuleto de la mala suerte, aunque no es nada nuevo. 

El Basurero y el Narco [Hualian AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora