Mundos Diferentes: 1

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Todo estaba bien en su vida era Rica, hermosa y perfecta pero eso se iría pronto.

—¿¡Que!?—el estruendoso grito de una joven adolescente alarmó a todos.

—Lo siento mucho hija, pero caímos en bancarrota y ahora tendremos que enviarte a vivir con el hijo de un amigo, nosotros trataremos de volver a poner en pie la empresa—dijo de manera triste.

—Esta bien—murmullo ansiosa.

Salió del despacho de su padre mientras que este sonreía por que su plan estaba dando frutos.

Su hija caprichosa entendería que no todo en la vida viene en bandeja plata.

—¿Crees que es lo mejor?—con preocupación notable.

—Si, por favor ve a ver si esta haciendo su maleta—pidió.

Su esposa sonrió y fue a ayudar a su hija con sus maletas mientras que el tomaba su botella de whisky y ver cómo su hija miraba por el balcón al cielo para luego limpiar algo en su mejilla y entrar a la habitación.

Suspiro mientras que le hablaba a su fiel amigo para pedirle un favor.

—Hola Inu no—saludo Cortes—Se que es mucho pedir pero ¿mi hija se puede quedar con tu hijo?  Sabes que el plan esta dando frutos por favor—rogó amablemente.

Claro, le diré a Inuyasha—aceptó.

—Gracias—colgó—Aprenderás Kagome, lo harás—murmuro saliendo de su despacho.

Se encontró con su familia en la Sala y trató de hablar con su hija pero ella solo lo evitó llendo al auto para ir a donde se supone que se quedaría mientras que sus padres se quedarían en casa para poder recuperarse ella sería transferida a una Universidad común y sus padres irían a verla una vez cada mes.

—Mi niña—llamó amorosamente su nana—¿No quieres que vaya contigo?—pregunto preocupada.

—No nana, si quiero vivir de manera normal necesito adaptarme pero no te preocupes te visitaré—respondió de manera amable.

Miro por última vez la puerta donde estaban sus padres y cerró la puerta del auto algo molesta.

En el centro de la ciudad.....

—¿Por cuanto tiempo será?—molesto.

—Solo por unos meses, sabes que su padre quiere hacer lo mismo que hice contigo—explicó amablemente pues sabia el carácter de su hijo.

—Esta bien, si no me ayuda la corro—declaró. Nunca había tenido que convivir con una mujer.

—Esta bien, aveces odio tu carácter—suspiro. Entender a su hijo era muy complicado.

—Mejor ve a buscar a Sesshomaru y a el abrumalo, adiós padre—cerró la puerta. Su padre decía nunca entenderlo pero el tampoco era fácil de entender.

Tocaron la puerta y por la Cámara de Seguridad vió a una chica de cabellos azabache ondulados y ojos color mar y más o menos de altura unos 1.60.

—Es atractiva—murmullo. Abrió la puerta y la sonrisa de la presente no se hizo esperar.

—Hola, mi nombre es Kagome Kurumi Higurashi Watts—se presentó haciendo una reverencia—¿Puedo pasar?—ladeo la cabeza.

—Pasa—abrió más la puerta—Hay reglas niña bonita, 1: Cada quien lava su ropa o puedes mandarla a la lavandería pero saldrá caro. 2: Tendrás que trabajar por que yo no te voy a mantener y 3: Si vas a traer invitados procura no hacer ruido, estudió hasta muy noche y odio el ruido—puso en claro.

—Emmm, Mi padre me dijo que iríamos a la misma Universidad, ¿Pudo ir contigo los primeros días? Te prometo que solo será la primera semana—pidió.

—Esta bien, ¿Sabes trabajar?—pregunta estúpida. Obvio no, a la señorita estaba acostumbrada a que fuera ella la atendida.

—Se atender a los demás—respondió—Mi padre....olvídalo solo necesito saber que cafeterías hay y si aceptan un horario de medio tiempo—habló dulce.

—Toma—le dió un folleto—Ahí trabajo yo buscan a una mesera, puede que tengas suerte—se iba a ir a encerrar a su habitación.

—¡Espera!—exclamó—¿Puedo saber tu nombre?—pregunto.

—Inuyasha. Inuyasha Taisho—cerró la puerta dejándola sola en la Sala pero tocó su puerta—¿Si?—alterado.

—Mi habitación—dijo. No quiso entrar a los cuartos pues lo consideraba como una falta a la privacidad.

—Cierto, perdón—se sonrojo escuchando su dulce risa—Aquí es—mostró—Mi padre mandó algunas cosas no sabía por que hasta que me explico—excusó.

—Gracias Inuyasha-San—hizo una reverencia.

Inuyasha asintió y salió para ahora sí. Encerrarse en su habitación tratando de asimilar que ahora viviría con una mujer.

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