Mundos Diferentes: 5.

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—De acuerdo amigo—nervioso.

A los quince minutos la chica salió secándose el cabello y volvió a hablar:

—Te toca guardar las compras—dijo y vió como el tomaba la Bolsa de ropa—Es ropa—aclaró.

La tomó cuando el se la dió y se fue a su habitación para cambiarse (salió con toalla).

Pijama:

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Salió de nuevo a la sala y encontró a Inuyasha husmeando sus Dangos

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Salió de nuevo a la sala y encontró a Inuyasha husmeando sus Dangos.

— C'est à moi, idiot—habló en francés lanzando su pantuflas.

A veces cuando se enoja habla en uno de los cuatro idiomas que sabe. Se le sale lo fresa.

—Eso dolió—le dió la pantuflas.

—Eso era el punto—sonrió recibiendo la Bolsa de Dangos—Te traje a ti también—saco la otra caja.

Entró a su habitación de nuevo conecto sus auriculares y puso su canción favorita y empezó a escribir.

••

Había agradecido internamente que se comportase de manera fría con el pues Koga, el chico oji azul, lo había molestado diciéndole que era un idiota por iniciar una relación después de terminar con Hitomi.

—Estaba bastante buena...—susurro pensando que nadie lo escucharía.

—¡Idiota vas perdiendo!—gritó Inuyasha molestó.

Estaban jugando un videojuego de carreras e Inuyasha y su instinto competitivo salió a la luz.

—¡No me grites!—reclamó prestando atención.

Habían pasado ya dos horas Koga se había ido a casa por pedido de su madre y solo quedaron el y Miroku tomaron un descanso para hacer la tarea y en ese momento salió Kagome.

—Maldito ejercicio—bostezo.

Inuyasha se había quedado dormido en el sillón después de que terminara su tarea y de que Miroku se fuera y al verlo ahí le puso una manta y una pequeña almohada para volver a entrar a su cuarto.

5:40am.

Se levantó con un horrible dolor de espalda y una resaca igual de horrible hasta que oyó como alguien salía de su habitación ya arreglada.

—Hola—su tono dulce volvió.

—Hola, ¿Me quedé dormido en el sillón?—aturdido.

—Si, yo te traje la manta y almohada—dijo—Bañate apestas el desayuno esta listo—ordenó.

El entró al baño confundido y tomó una ducha para luego salir y sentarse en la mesa.

—Yo ya desayune necesito irme pero tienes todo servido—salió de la casa.

Al escuchar la puerta cerrarse suspiro con algo de tristeza por no poder desayunar con ella.

Esa niña se había convertido en alguien con quien podía abrirse sin miedo a ser juzgado pero a la vez se siente culpable de no poder decirle la verdad de quién es.....Inuyasha Taisho hijo del magnate de Japón.

•••

Estaba caminando a la dirección que su padre le envió para verla y al llegar lo encontró con unos jeans azules y una playera blanca, algo que no era común en el.

—¿Que pasa padre?—habló con frialdad.

—¿Como te ha ido?—preguntó.

—Bien, tengo un trabajo y le ayudó al joven Taisho—lo Miró seria—¿Me mandaste con el hijo del magnate de Japón? ¿Para que?—indignada.

—Con que lo descubriste, no eres estúpida—sonrió—Solo para ver su corriges tu estúpida actitud desde que naciste supe que no eras digna de ser mi heredera—mintió.

Un fuerte golpe se escuchó para verse a Kagome con lágrimas en los ojos y furia.

—¿¡SABES POR QUE!? ¡POR QUE TU ESTÚPIDO PODER TE HA CEGADO. NO QUIERO SER LA HIJA DE UN HOMBRE QUE ME HA PRESIONADO POR AÑOS A SER PERFECTA CUANDO A SUS OJOS CLARAMENTE NO LO SOY!—gritó dándose la media vuelta—Cuando la empresa se vuelva a alzar no me hables—se fue.

Las palabras de su hija le dolieron pero sabía que era verdad su ego lastimó a su hija demasiado.

•••

Llegó a la Universidad y buscó a la pequeña azabache pero no la encontró hasta que tocaron el timbre y la vió entrar.

—¿Que pasa?—pregunto. Lo había arrastrado a la par de atrás.

—Se quién eres, niño Rico—sonrió—Pero no te juzgó tu solo vives tu vida—le volvió a sonreír—Vamos.

—¿Cuando lo supiste?—su mirada era ocultada por su flequillo.

—Desde el inicio, el apellido Taisho es muy raro y solo le pertenece a una familia en Japón—lo miro con ternura.

—¿No me odias?—inseguro.

—No—firme.

La siguió callado pero antes de entrar al salón le sonrió sonrojadola.

—Mierda....—maldijo.

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