Narra Kagome:
La plática casi discusión con mi padre me líbero de palabras que ansiaba decirle desde hace años pues siempre fue así, no se si no me ama o por qué buscaba un varón, pero siempre se me había exigido ser perfecta para ser una «Digna heredera». Nunca fue mi sueño trabajar y manejar las empresas de mi padre lo que me llamaba la atención era todo el mundo del modelaje, diseño y confección, maquillaje, etc.
—Kag vamos ya es el descanso—me habló Sango.
—Voy—voltee a ver a Inuyasha—¿Vienes?—ladee la cabeza.
—Si vamos—me sonrió.
Se que solo a pasado un mes pero no se sí lo que siento por el es amor o cariño soy una completa novata en temas de amor, mi ex-novio fue el que se me declaró y el que me daba los detalles pero es que no es por ser tacaña pero se que solo se acercó por interés y no por amor.
—Kagome—me llamó Miroku—¿Por que llegaste tarde? Bueno si se puede saber—pregunto.
—Fui a ver a mi padre—contesté.
—¿Que te dijo?—pregunto Inuyasha. Su tono se escuchaba ¿Triste?.
—Nada, solo me recordó una vez más que soy una maldita decepción ante sus ojos—mis ojos se llenaron de lágrimas nuevamente.
—¿Por que te trata así?—molesta Sango.
—Bueno....por que piensa que.....—hice una pausa—¿Hay un lugar más privado?—pregunté.
Me guiaron a un lugar algo lejos de la escuela donde había un hermoso árbol grande.
—Bienvenida a nuestro lugar secreto, aquí nadie te escuchará—dijo Inuyasha.
—Que lindo árbol—sonreí.
—Goshinboku—pronunció Inuyasha.
Nos sentamos en círculo y yo por fin hablé:
—Por que piensa que....yo tuve la culpa de la muerte de mi hermano—lloré.
Flash back:
Corrían un lindo par de gemelos por toda la gran mansión de su padre.
¡No me atrapas Kag!
Exclamó el niño, Sota Higurashi, era su nombre. Están jugando a las atrapadas.
¡Sota dejá de correr!
Grito preocupada su hermana que veía como este se acercaba a un florero.
Todo paso lentamente ese florero le cayó en la cabeza a su hermano enterrandose un pedazo de porcelana en su cabeza matándolo al instante.
¡Sota!
Soltó un desgarrador grito llamando la atención de sus padres que al llegar a la escena la culparon pues había sangre salpicada en su bello vestido.
En el funeral su padre le prohibió la entrada, su madre después de escucharla le creyó pero su padre no.
Pasaron los años y su padre siempre la había culpado por esa trágica tarde.....
Fin del flash back.
—Eso es....cruel—en shock Sango.
—Eso dile a mi padre—se limpió las lágrimas.
—Tranquila—me abrazó.
Volvimos a clases cuando tocaron la campana y trate de dejar de pensar en eso pero era casi imposible pues el simple echo de que por ese motivo mi padre me odié llega a frustrarme demasiado.
—Inuyasha tu y la señorita Kagome Irán a trabajar ¿Verdad?—preguntó Miroku.
—Si ¿Por?—sin entender.
—¿Podemos quedarnos en tu depa? No queremos ir a casa todavía—pidió y también se excusó.
Inuyasha me Miró como pidiéndome permiso lo cual era Raro pero a sentí. Más platos que cocinar.
—Esta bien—accedió—Te toca cocinar más—me dijo.
—Lo sé—suspire y vi la hora—Inuyasha Taisho se nos hará tarde—reproche.
Caminamos más rápido de lo normal y llegamos apenas a tiempo para empezar a trabajar, el estaba en caja y yo estaba atendiendo mesas.
—Buenas tardes, ¿Que gusta ordenar?—pregunté al tipo que acababa de entrar.
—Un café con leche y una rebanada de pastel, ¿Tu que quieres baby?—le preguntó a la chica que lo acompañaba.
—Un café con leche de soya y un pedazo de pastel de zarzamora—contestó y su voz se me hizo familiar.
Al alzar la mirada vi que eran Akitoki Wolberg mi ex-novio y Kikyo Lerín mi peor enemiga menudas víboras.
—En un momento le traerán todo—respondí rápido llendo me.
—¿Que pasa Kag?—preguntó Inuyasha. Aveces me llamaba así o me decía, niña bonita.
—La víbora esta aquí con el maldito imbécil de mi ex—respondí.
—Hm yo les llevaré su orden tu quédate en caja—ofreció.
—Gracias. Pidieron un café con leche y una rebanada de pastel y Un café con leche de soya y un pedazo de pastel de zarzamora—dije.
—Enterado.
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Mundos distintos.
FanficEran tan diferentes. Pero igual tan parecidos. Sus Mundos estaban mezclado en un caos de locura y tristeza.