Los dos meses que pasó junto a su amor fueron los mejores de su vida pero tenía que marcharse eso era un echo que cada vez que lo pensaban se les rompía el corazón.
—¿Por que tienes que irte?—lloroso el oji dorado.
—Vamos Inuyasha solo es dos años, estaré bien—tratando de no llorar.
Dolor.
Era lo que describía ahora su mirada no deseaba dejarlo solo pero sólo era un boleto.
—Esta bien, pero tienes que llamarme—dictó.
—Es un echo—sonrió.
Solo estaba ellos dos pues sus amigos no deseaban sufrir más de la cuenta con su despedida.
—Se que tal vez esto te tome por sorpresa pero....—tomó una bocada de aire—Te amo—soltó.
Unas cuantas lágrimas bajaron por el rostro del peli plateado a la veces que sonreía.
—Yo también te amo—se limpió las lágrimas
Esa era la respuesta que la chica necesitaba escuchar para poder irse en paz.
—Esto es una señal de que te esperaré el tiempo que sea necesario—le colocó un anillo.
—Volveré. Promesa de amor.—sonrió.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—A!—busco una cajita—Es un regalo de Sango, quería que capturaras los momentos más hermosos de tu viaje—se la entregó.
—Pasajeros del vuelo con destino a Londres por favor de abordar por la puerta 3.
—Es una Cámara instantánea—asombrada.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Gracias—susurro—Hasta pronto—tomendole una foto sin que se diera cuenta.
Fui apresurada a la puerta correspondiente para después de pasar por todo el procedimiento se subiera al avión dónde Inuyasha espero hasta que despegó.
—Hasta pronto, cariño—susurro.
Estaba casi llegando a su departamento cuando una llamada del padre de Kagome lo llamó.
