Epílogo.

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15 años después....

Las tres nietas de la familia Taisho ya eran todas unas jovencitas muy hermosas al igual que sus madres lo cual causaba los celos de sus protectores padres lo cuál causaba que ellos no dejarán que sus pretendientes se acercarán.

—¡Papá, ya no soy una niña!—grito Asuna molesta.

—Tienes 15 aún no eres adulta—respondió.

—¡Mamá dile algo!—exclamó.

—Inuyasha Taisho dejá a la niña en paz además no se te olvidé tu mismo juraste no ser celoso—dijo Kagome calmando a su esposo e hija.

—¿Por qué siempre la defiendes?—preguntó confundido.

—Por que es  hija mía y tuya. ¿Crees que es tonta? Esa niña es astuta Inuyasha se cuidara bien sola además tiene a Setsuna que no deja que coleta una locura—explicó.

—Tienes razón—le dió la razón.

Con las chicas.

—¡Setsuna, Towa!—gritó la azabache cuando vio a sus primas afuera.

—Asuna, ¿Cómo te salvaste del Tío Inuyasha?—preguntó Towa.

—Mamá me ayudó además sabe que no vamos a ver a chicos como le hacemos creer a nuestros padres—contestó.

—Adicta al dinero.

—Adicta a las antigüedades.

Es que era la verdad.

Asuna amaba trabajar para ganar dinero, Setsuna era una completa apasionada por las armas antiguas japonesas y Towa......pues......era la más enamoradiza del grupo así que tenía una relación secreta con un chico dos años mayor que ella que se llamaba Rikku Yadhira que trabajaba como secretario de una gran compañía.

—¡Rikku!—se abalanzó a sus brazos.

—Princesa, ¿Qué haces aquí?—preguntó muy feliz.

—Vine a verte—dijo.

—Rikku por favor agenda una cita con la compañía....—era la voz de....¡Sesshomaru!—¿¡Towa, Setsuna y Asuna que hacen aquí!?-preguntó al ver a sus dos hijas y a su sobrina en la empresa y más a su hija colgada de su secretario.

—Pa-Papá puedo explicarlo~—temerosa Towa.

—Esta saliendo con tu secretario—resumió Setsuna.

—Traidoras—susurro Towa.

—¡A mí oficina!—gritó.

Dios los salve—pensaron Asuna y Setsuna.

30 minutos después.

Ambas estaban en la sala de espera esperando a que Towa saliera para decirles si su padre mato a Rikku o no.

—Towa—suspiraron—¿Lo mató?.

—No, solo que no podemos tener citas hasta que se le pase el enojo—suspiro.

—Jajaja.

Las tres se fueron de nuevo a casa mientras que Sesshomaru hervía del coraje aunque también tenía que reconocer que su hija si sabe elegir si bien no le agrada que tenga novio tan joven, Rikku es un buen muchacho trabajador muy responsable.

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—¡Asuna!—gritó su padre.

—¿Si?—puso su mejor cara de niña buena.

—De dónde sacaste este dinero?—preguntó con la caja de su dinero en mano.

¡Mierda!.

—De mi trabajo—respondió aparentemente muy tranquila pero estaba muerta del nervio.

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