Narra Inuyasha:
Llegamos a la casa de mis padres y ayudé a Kagome a bajar mientras que ella se pone derecha y trata de disimular.
—Maldito seas Inuyasha—oí que me maldecía pero me reí.
Al entrar Rin también estaba ahí y mi hermano con ganas de molestar a Kagome.
—Kurumi, ¿Que...—se da cuenta—Oh...
—Dices algo y juró que haré que Rin se quedé viuda tan joven—le dijo y apareció mi madre—¡Iza! Tu hijo me está molestando—dijo haciendo un puchero.
—Sesshomaru deja a Kagome—regaño.
Negué con la cabeza divertido mientras que la pequeña loca de mi novia se posaba a mi lado para entrar al comedor.
—Los beneficios de ser tu pareja—susurro.
—Astuta—dije.
Todos nos sentamos a la mesa para desayunar claro que con las típicas peleas de Kagome y mi hermano hasta que Rin habló:
—Kagome, ¿Te puedo usar?—preguntó haciendo que ella se ahogara.
—Perate que?—asombrada.
—Pervertida—se sonrojó—¡Tu carrera, tu carrera!—exclamó.
—Claro—siguió comiendo.
—párate.
—¿Que?
—Levántate, lo haremos ya—se levantó .
—Entonces....—me volteó a ver—Por fisss—junto sus manos haciendo una cara tierna.
—¿Donde?
—Segundo cajón a la derecha—sonrió.
Tomé las llaves del auto y salí para manejar directo al departamento dónde una vez ahí, entre a nuestra habitación y busqué justamente dónde me dijo y la encontré.
Una cámara negra de buena calidad con todos sus accesorios ahí. Los tomé y regresé al carro y mi teléfono sonó.
Chat: Cariño.
En línea...Kagome: ¡Apúrate! Rin me está presionando y no quiero contestar sus incómodas preguntas.
Ya voy, solo ignorala o molesta a mi hermano estoy en camino.
Kagome: De acuerdo no tardes...Mon amour.
Última vez: hace dos minutos.
Sonreí embobado para conducir directo a la mansión dónde Kagome me esperaba muy incómoda.
—Tardaste—molesta—¡Pequeña Minion ven acá!—le gritó a Rin.
Todos estaban en la sala y mi madre era la modelo del maquillaje y una luz perfecta al igual que la tela de fondo.
—Quítate—ordenó.
Empezó a tomar fotos de todos los ángulos de manera profesional hasta que terminó y Rin le pidió ver las fotos.
—¡Son hermosas!—exclamó—¿Cuando las tendrías listas?—preguntó.
—Mmmm, el miércoles—dijo.
—Perfecto, las tengo que entregar el jueves—afirmo.
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Mundos distintos.
FanfictionEran tan diferentes. Pero igual tan parecidos. Sus Mundos estaban mezclado en un caos de locura y tristeza.