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Lloraba desconsolado, viendo los pocos billetes que había logrado acumular en la semana. No llegaba ni a los trescientos billetes. No llegaba a la cuota de las últimas semanas ni de chiste.

Esperaba que cuando Dynamight o Red Riot lleguen para recoger el dinero, no se desquiten con él. La última vez, el pelirrojo, se tomó la libertad de ser su último cliente para llegar a la cifra.

Saltó de su lugar cuando la puerta fue golpeada con fuerza y al escuchar que los golpes no paraban, se encerró en el baño. Estaba seguro que esos no eran testigos de Jehová o vendedores de catálogo.

-¡Pequeño y estúpido Deku, abre la puta puerta! -se escuchó con fuerza, haciéndolo temblar.

Se sintió desafortunado, el cenizo no estaba de humor y sin importar cuánto dinero le diera, no se iba a contentar y terminaría abusando de él.

Los gruñidos del alfa retumbaban en sus oídos, en los pequeños momentos donde no se escuchaban insultos, podía sentir el latir de su corazón. Se hizo bolita en la esquina y se sostuvo la cabeza entre sus manos. No podía huir, su departamento no tenía ventanas, la única salida era la puerta.

Los golpes se hicieron más fuertes, después un fuerte estruendo fue seguido de silencio. La puerta del baño fue abierta y al instante fue zarandeado de lado a lado, jalado del cabello y arrastrado hacia el exterior.

-¡Perdón, por favor no me hagas daño! -suplicaba mientras sostenía la mano que lo tenía agarrado con fuerza.

-Eres increíblemente estúpido -hizo que se pusiera de pie y le enterró las uñas en los brazos -Iba a sacarte de ese negocio para que me sirvieras sólo a mí, pero -soltó una risa llena de odio -Tuviste que hacerlo, ¿Eh? Y eres tan inútil que no puedes pagar la deuda que tú sólo te pusiste -le enseñó el dinero que antes estaba en la pequeña mesa y después le dio un puñetazo en el pómulo, tirándolo al suelo para volverlo a arrastrar -¿¡Cómo crees que me deja eso frente a mis colegas!?¡No puedo permitir que un prostituto barato me humille de esa forma!

-¡Lo siento, lo siento! -comenzó a hiperventilar cuando vio cómo se alejaban de la entrada de su departamento.

Los vecinos comenzaban a asomarse para ver qué pasaba, era extraño escuchar tanto escándalo. Pero cuando vieron al pequeño omega de cabello verde y rizado, siendo llevado a la fuerza, nadie se preocupó. Era evidente a qué se dedicaba ese niño.

Vendía su cuerpo, no era de extrañar que ahora esté en problemas. Lo extraño es que no lo haya hecho desde antes. Él se lo buscó.

Fueron cerrando las puertas, y la esperanza de ser ayudado iba muriendo con cada una de ellas.

-¡Ayuda, por favor! -gritaba desesperado, era más que obvio que saliendo del edificio, nada bueno le iba a esperar.

-Nadie te va a ayudar, imbécil -farfulló y lo jaló con más fuerza.

Una vez fuera del edificio, fue lanzado dentro de la camioneta que ya tanto conocía. Intentó huir, pero unos brazos fornidos lo sostuvieron, rodeándolo con fuerza. Levantó la mirada y se encontró con un pelirrojo. Ya lo conocía, de abajo hacia arriba. Parecía ser un tipo amable y sonriente, contrario al cenizo, pero no lo era, claro que no. Una vez lo violó de una forma casi igual de brutal que el oji rubí.

-R-Red riot -suavizó su voz y sonrió con miedo.

Pero no recibió ni una pequeña sonrisa de vuelta. Los ojos de ese alfa lo miraron con desprecio y decepción. Cuando la camioneta arrancó, comenzó a gritar y retorcerse, como si fuera un niño pequeño a punto de recibir una vacuna en el culo.

Por un momento pudo zafarse, trató de abrir la puerta pero no funcionó. Pronto fue sostenido una vez más, gritó de forma desgarradora. Pudo sentir un dolor intenso y punzante en su muslo, bajó la mirada y vio una pequeña navaja. Un hilo de sangre escurría por la herida, formando un pequeño charco en el hule transparente que cubría los asientos.

Deku... Oh, Pobre Deku [Minific Bkdk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora