En un mundo donde los secretos familiares y la magia se entrelazan, dos adolescentes, Aurora y Dainan, descubren que sus destinos están ligados a una misteriosa roca rosa, un objeto que alguna vez perteneció a un poderoso dragón. La tranquila vida...
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El viento siempre ha sido un mensajero fiel de secretos en Arce Azul. Esa noche, mientras las luces de los faroles parpadeaban, el sonido de las hojas secas siendo arrastradas por las calles vacías trajo consigo un presentimiento. Algo estaba a punto de cambiar, y aunque en ese momento no lo sabía, la calma que tanto había conocido no sería la misma después de esa madrugada.
Con Dainan, mi mejor amigo, pasábamos los días como siempre: riendo, contando historias e inventando mundos propios. Pero esa noche, mientras el fuego de la estufa crujía en el silencio, los ecos de pasos sobre el techo cambiaron todo. No sabíamos qué era lo que se movía allá afuera, pero no era simplemente una broma de mi hermano pequeño. Algo más estaba rondando, algo que ni siquiera nuestros juegos de infancia habían imaginado.
Aquella noche fue el comienzo de un camino lleno de preguntas y sombras, un camino donde Dainan y yo íbamos a descubrir más de lo que estábamos preparados para saber. A partir de ese momento, las historias de criaturas míticas comenzaron a tener un significado más profundo, y pronto la línea entre nuestros cuentos y la realidad se desdibujó por completo.
Lo que sucedió después marcó el inicio de todo. El portal a Silak estaría por abrirse, y nosotros estábamos destinados a cruzarlo, aunque aún no lo supiéramos.
