Capítulo 7. La U.A.

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Algunos días después de esa noche me volví a encontrar con Bakugo cerca de mi casa y descubrí que somos vecinos. Me emocioné mucho porque él era el primero al que podía llamar Mi amigo. Después de todo, todos los demás siempre parecían mostrarse insatisfechos cuando recordaban que yo ya no era la misma Sayuri que habían conocido.

No sé cómo pasó pero antes de notarlo ya me había acostumbrado a verlo luego de la escuela. Nos juntábamos en un parque cercano para pasar el rato y también estudiamos juntos para el examen de admisión de la preparatoria.

Yo entraría a una que según mis padres, me permitiría entrar a la universidad que yo quisiera, y aunque tenía un nivel muy alto, acepté hacer el examen con tal de que me permitieran quedarme con ellos.

Bakugo por otro lado, soñaba con ser un héroe aún mejor que el mismísimo All Might, el héroe número 1 del momento, por lo que él buscaba entrar a la prestigiosa UA.

Se veía tan entusiasmado cada vez que me hablaba de su sueño de ser un héroe que me hacía ser la primera en desear que su sueño se cumpliera, aunque siempre lo molestaba diciéndole que con una actitud tan agresiva y frívola como la de él todos lo confundirían con un super villano. A lo que él respondía con su típica mirada amenazante.

Una tarde cuando iba llegando a mi casa recibí una llamada suya...

Sayuri: Hola, ¿qué pasa Katsurin (el apodo que le puse en contra de su voluntad para molestarlo)...?¿todo bien?

Bakugo: Te veo en el parque en 10 minutos, mas te vale no retrasarte

*Cuelga la llamada*

Me quedé unos segundos procesando la breve llamada.

Ese tonto... ¿¡acaso cree que no tengo nada más que hacer!? Hice berrinche mientras me apresuraba para dejar mis cosas listas y salir.

Llegué varios minutos tarde y a lo lejos ví que él ya estaba sentado en una banca con su mirada de furia.

-Katsu...- le hablé con un poco de miedo, sabía que me había retrasado un poco y conociéndolo lo primero que haría al verme sería regañarme con una mirada mortal en su rostro

-¿¡Que acaso no puedes ser puntual una vez en tu vida!?- gritó tal y como lo esperaba, aunque ciertamente no era la primera vez que llegaba tarde a alguna reunión con él.

-Si lo piensas bien, esta vez fue tu culpa, no le avisas a alguien con tan poco tiempo y esperas que llegue a la hora que quieres- Intenté defenderme disimulando mi temor a que continuara regañandome

-Tsk como sea- volteó la mirada y comenzó a buscar algo en su teléfono. Yo estaba muy confundida, ni siquiera me había dicho para qué me había llamado. - Mira y aprende del mejor. Esto es solo el inicio del más grande héroe de la historia- me dijo mientras me pasaba su teléfono.

Realmente no todos los días conoces a alguien tan orgulloso como Katsuki Bakugo, pensé.

Al ver la pantalla pude leer que se trataba de un correo de la UA en el que le informaban que lo habían aceptado en la academia.

-Woahh katsu ¡¡¡ felicidades!!! - grité mientras saltaba sobre él para abrazarlo. No solía hacerlo, pero en ese momento me dejé llevar por la emoción -sabía que lo conseguirías- continué antes de que él procediera a separarse de mi abrazo.

-Por supuesto que lo sabías, después de todo era obvio- dijo un poco avergonzado en un tono gruñón.

Reí levemente al verlo de esa forma y lo invité a comer hamburguesas para celebrar.

Una vez en el restaurante :

-¿Y ya les avisaste a tus padres la noticia katsurin? - pregunté aún con mucha emoción

-¿Cómo les voy a avisar si no los he visto aún? Toonta- respondió con su tono usual de voz

-Pero mira quién lo dice jajaja si alguien es tonto aquí es el que no sabe mandar mensajes de texto - me burle de él para devolverle su comentario.

Ya sabía que no debía tomarme personal la manera en que bakugo me decía las cosas, esa solo era su forma de no saber expresarse. Aunque admito que en algunas ocasiones buscaba la manera de devolverle sus comentarios sólo para divertirme molestándolo.

-¿¡QUÉ DIJISTE!?- gruñó el chico en respuesta a mi comentario

No pude evitarlo y comencé a reír a carcajadas al ver su cara. Al principio me aterraban las caras amenazantes que podía llegar a poner, aunque ahora que me había acostumbrado a ellas me divertían más de lo que me asustaban.

Bakugo por otro lado parecía que iba a explotar de ira, y como venganza decidió robarse todas las papas fritas de mi plato, lo cual hizo que yo dejara de reirme para defender mis papas de su secuestro...

-¡Ehhhh! ¡¡Oye!! ¡Devuelve eso! - exigí mientras me inclinaba hacia donde estaba su plato.

Él en un movimiento rápido alejó su plato de mí y se comió todo lo que había robado de mi plato.

Quedé un segundo sorprendida por lo que había hecho y luego me paré al lado suyo, mientras él solo volteaba su mirada hacia otro lado.

Hay cosas a las que puedo acostumbrarme y que puedo ignorar, pensé. Pero esto había sido una declaración de guerra, así que aprovechando que no me estaba viendo agarré su cabello con mis manos y comencé a zangolotearlo

-¡¡¡Esas eran mis papas maldito katsuki egoísta!!! oíste ¡MÍAS! ¡¡¿CÓMO DEMONIOS te atreves a comertelas TODAS?!! - grité mientras jalaba su cabello en todas direcciones.

Luego de eso tomé un breve respiro, tomé mi hamburguesa y me marché.

-¿¡¡A DÓNDE CREES QUE VAS MALDITA LOCA!!? - alcancé a escuchar que gritó bakugo cuando se reincorporó un poco, aunque yo solo apresuré el paso.

Debo confesar que aunque suelo ser una persona tranquila, cuando me enojo o hago berrinche por algo puedo llegar a ser incluso peor que mi explosivo amigo ...

-¡¡¡OYE!!! DETENTE AHORA MISMO TONTA - gritó mientras me tomaba de la muñeca para evitar que continuara caminando.

Bakugo continuó gritando para llamar mi atención y que siquiera volteara a verlo, pero yo solo evadía su mirada y si era necesario cerraba los ojos.

Luego de un rato sin éxito bakugo bajó su tono de voz.

-Tsk eres una bebé berrinchuda NO PUEDE SEER- refunfuñó. -De acuerdo, cuando termines de comer te llevaré por un helado ¿¡FELIZ!? -

Yo solo abrí uno de mis ojos y pregunté con voz de niña pequeña

-¿Uno doble?

-Si, uno doble- respondió él irritado

-¿Con cubierta de chocolate y galleta?- pedí

Alcancé a ver la expresión molesta y fastidiada de Bakugo de reojo -Maldita seas Sayuri Qué demonios crees que soy-

Yo solo me limité a volver a voltear la mirada

Bakugo gruñó pero finalmente gritó- ¡BIEN! ¡Te compraré el maldito helado que quieras!-

Había sido una misión exitosa, así que me giré hacia él y con una sonrisa

-Acepto tu oferta de paz jeje-

Sabía que tal vez había sido demasiado y que realmente había fastidiado a Bakugo, pero no quería que se sintiera con la libertad de robar comida de mi plato como le plazca.

Luego de eso pasaron muy rápido las horas y finalmente me dejó en mi casa.



*La imagen del encabezado no me pertenece, derechos a quien corresponda*

Patito con amnesiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora