Capítulo 75. Lo tierno que puedes llegar a ser

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POV Sayuri

Cuando Katsu dijo que cantaría algo solo por y para mí sentí una calidez muy tierna de su parte. No podía evitar imaginar lo mucho que le había costado reunir el valor para decidirse a cantar luego de haberlo evitado toda la noche y eso solo me hacía amarlo aún más.

Sus atenciones siempre me hacían sentir como alguien especial y su esmero me daba a entender lo importante que yo era para él, lo que me llevó a pensar en lo maravilloso que era que la persona a la que yo amaba tanto me correspondiera de la misma manera.

Escuchar la letra de su canción me llevó a reflexionar sobre cómo había sido para él el haber llegado hasta lo que somos hoy en día, y me conflictuaba un poco pensar que en algún momento me vio como una molestia mientras que para mí él solo era alguien con quien pasar el rato mientras intentaba adaptarme a esta nueva realidad.

Al terminar la canción no sabía qué decir pues no quería equivocarme y terminar arruinando este bello momento entre ambos. Lo único que sabía con seguridad era lo feliz que me hacía tener a este rubio gruñón a mi lado, dándolo todo por darme un detalle tan lindo como cantarme algo aún cuando era obvio que no le gustaba hacerlo, lo cual era raro tomando en cuenta lo bien que cantaba.

"Pero qué se le puede hacer, después de todo mi novio es bueno en todo lo que se propone", pensé mientras no podía evitar reír un poco, sintiéndome orgullosa de él.

-¿De qué te ríes, tonta?- preguntó él con una sonrisa nerviosa mientras se volvía a sentar a mi lado

-De nada, solo que pensé que te negabas a cantar porque no sabías hacerlo. Resulta que me llevé una grata sorpresa- aseguré mientras le dirigía una sonrisa

-Tch tonta por supuesto que sé cantar-    respondió nervioso aunque intentando verse arrogante -Pero no valía la pena hacerlo para esos extras-

Me dio ternura ver cuánto se esforzaba por no mostrarse "débil" aún y cuando para mi resultaba obvio lo nervioso que estaba.

-Si tu lo dices... - reí un poco antes de inclinarme hacia él y darle un beso en la mejilla, el cual completé con un: -Gracias, me encantó escucharte cantar-

Aquello hizo que su cara se cubriera de un tierno y notable sonrojo, al principio con una expresión de sorpresa y luego con una sonrisa risueña...

-Q-que bueno que te gustara... - respondió tartamudeando un poco mientras intentaba evitar mi mirada, obviamente avergonzado de no poder ocultar ese ligero tono rosado en sus mejillas.

Por un momento, nuestras miradas se cruzaron en silencio unos segundos, hasta que un golpecito en la puerta nos obligó a salir del trance...

-Disculpa, ¿aún hay alguien dentro?- preguntó una chica al otro lado de la puerta

-Ah... Sí, salimos en un momento- respondí con un poco de pena al recordar que nos habíamos quedado solos en aquella sala -Vamos Katsu, regresemos a casa-

-Sí, antes de que se haga tarde- aseguró mientras se ponía de pie y extendía su mano hacia mí.

Tomé su mano y ambos salimos del lugar con un nerviosismo notable, aunque felices por los resultados de nuestra salida.

-Oye patito, ¿estás libre mañana?- volvió a hablar él unas calles después de haber salido del karaoke -Recuerda que aún me debes una sesión de estudio-

-Ugh... Entonces, ¿en serio insistirás en ponerme a estudiar?-

-Por supuesto, después de todo yo ya cumplí con mi parte- respondió con una sonrisa triunfante

-De acuerdo, pero que conste que no prometo no quedarme dormida en el intento- aseguré mientras hacía un puchero y desviaba la mirada

-¿Por qué será que mi novia es tan terca con el estudio? Uno pensaría que por la academia en la que estudias ya te habrías acostumbrado a estudiar- comentó en tono burlón, dando un ligero apretón en mi mano mientras caminábamos de regreso

-Ni me lo recuerdes... Es horrible que encima de todo lo que ha pasado últimamente todavía tenga que preocuparme por tener buenas notas en la escuela-

-No seas tan dramática. Además, con mayor razón deberíamos estudiar juntos, ¿no lo crees? Así puedo ayudarte con las materias que se te dificultan más-

Aquel comentario suyo me hizo sonreír, sintiéndome feliz de tener a un novio tan inteligente. 

-De acuerdo... Supongo que si de esa manera puedo pasar más tiempo contigo lo haré-

-¿Alguna vez te dije lo cursi que puedes llegar a ser?- aseguró con la intención de molestarme

-Bueno, tú fuiste quien se enamoró de mi. Eso incluye lo cursi o inmadura que pueda llegar a ser- respondí queriendo molestarlo de regreso, pero él solo sonrió mientras mantenía una expresión relajada y sonriente en su cara

-No lo negaré. Ese lado tuyo de vez en cuando me vuelve completamente loco por ti-

Aquella respuesta hizo que apareciera un brillante sonrojo en toda mi cara, pues no esperaba que me fuera a contestar algo así con tanta seriedad.

-Decir eso tan serio... - tartamudee intentando acomodar mis ideas -No entiendo desde cuando te volviste tan atrevido, tonto-

Katsu solo se rió y ambos seguimos caminando hasta llegar a mi casa...

-Bueno, aquí nos despedimos por hoy, patito- dijo él mientras nos dirigíamos a la entrada y soltaba mi mano

-Sí, regresa a casa con cuidado, ¿de acuerdo?-

-Lo haré. Avísame si te dan permiso de que nos veamos mañana. Debo avisarle a la bruja si mañana comerás con nosotros-

-De nuevo con ese apodo... Es tu madre de quien hablas, Katsu... - le reclamé, sintiéndome mal por la señora Mitsuki

-Eso no cambia que pueda llegar a actuar como una bruja- respondió intentando justificarse

-Tch no tienes remedio... De acuerdo, pues... Nos veremos mañana- me apresuré nerviosa a despedirme, después de todo aún no le había dicho a mi padre que Katsu y yo ya estábamos saliendo y me ponía nerviosa que pudiera vernos

Él asintió y nervioso se acercó a mí. Parecía indeciso entre si darme un beso o no, lo cual me dio bastante ternura, y luego de unos momentos de que nuestras miradas se cruzaran en silencio finalmente terminó de acercarse a darme un beso rápido en la mejilla antes de darse la vuelta y caminar de regreso a su casa.

No pude evitar reír un poco por lo lindo que era cuando actuaba de esa forma, entre tímido y orgulloso, en la que le costaba trabajo dejar que alguien más viera lo tierno que podía llegar a ser si se lo proponía.

Lo vi alejarse unos cuantos metros de mi casa antes de entrar, buscando a mi madre para pedirle permiso de ir a estudiar al día siguiente en casa de Katsu...


*La imagen del encabezado no me pertenece, derechos a quien corresponda*

Patito con amnesiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora