Luego de un rato Katsu fue a avisarme que ya había terminado, así que guardé mis cosas y luego esperé a que saliera del vestidor.
En nuestro camino de regreso se mostró muy serio y callado, incluso comencé a dudar si había sido buena idea contarle sobre mi quirk... Aunque tampoco lo hubiera hecho de manera intencional
-Es raro que estés tan callado, ¿pasa algo Katsu? – hablé mientras veía en sus ojos una mirada seria y un tanto preocupada
-Oye... La próxima semana más te vale acabar antes tus tareas-
- ¿Eh? ¿Por qué? Me da tiempo suficiente de hacerlas mientras espero a que salgas de tu entrenamiento-
-Ya no, por que a partir de la siguiente semana entrenarás conmigo- dijo sin titubeo alguno
- ¿¡Qué!? No gracias, estoy bien así –
- Tsk ¿Acaso te sonó a pregunta? – preguntó molesto
- ¿Acaso crees que haré lo que me digas solo porque sí? – respondí en el mismo tono que él
Continuamos caminando con disgusto mientras ambos evitábamos la mirada del otro
- ¿Por qué de pronto quieres que entrene contigo? - pregunté para volver a romper otro amargo silencio
- ¿Qué importa? Tenías razón solo me estorbarías así que es mejor que sigamos así-
- A veces en verdad eres un... - respiré profundo y me relajé, sabía que responderle solo empeoraría las cosas -Si me dijeras la razón podría considerarlo, en cambio si solo me lo ordenas es obvio que me negaré-
Katsu se quedó en silencio
-Supongo que solo se trataba de un capricho repentino- dije para mí misma en voz baja
-Un segundo quirk... - lo escuché comenzar a hablar en un tono apenas audible -Es raro conocer a alguien sin un quirk- comenzó a hablar de manera normal de nuevo, pero con la misma mirada seria de antes -Y es aún más raro encontrar a alguien que tenga más de uno... Si alguien más llegara a descubrirlo podrías estar en peligro así que por eso... Debes aprender a defenderte- dijo volteando a verme
-Eso... Puede que tengas razón... De acuerdo. En ese caso, estaré bajo tu cuidado a partir de la siguiente semana-
Katsuki solo me sonrió y ambos continuamos caminando en silencio.
Tonto Katsu, si lo que le preocupaba era eso debió haberlo dicho antes, pensé poco antes de llegar de regreso a mi casa.
Una semana después...
Llegó el día de nuestro primer entrenamiento y él comenzó a darme sugerencias de cómo usar mi quirk en un enfrentamiento. Solo pude comprender la dificultad de estos entrenamientos luego de que Katsu se encargara de vencerme de forma aplastante, siempre presumiendo de lo fácil que era derrotarme.
Esta racha me duró varios días, y eso comenzó a desanimarme cada vez más.
Sin embargo, pensar en la cara que pondría el orgulloso de Katsurin si yo lograba derrotarlo se convirtió en una de mis motivaciones principales para no faltar a ningún entrenamiento.
Resultó que yo tenía buenos reflejos, y mi tiempo de reacción pronto disminuyó. Aún así, Katsu tenía una gran ventaja sobre mí y eso era que él sí que conocía bien las aplicaciones de su quirk.
Concluí que, si quería llegar a su nivel, yo también debía aprender a manejar mi propio quirk. Pensé que, aunque ni mis padres ni Yohan supieran mucho al respecto, seguro que la antigua Sayuri habría experimentado, aunque fuera un poco, con las aplicaciones de su propio quirk. Así que comencé a revisar minuciosamente sus cosas buscando alguna pista.
Encontré lo que buscaba entre las hojas de un pequeño cuaderno de portada roja al fondo de una de las repisas de mi recámara. Descubrí que mi quirk también me permitía darle habilidades a mis golems dibujando diferentes símbolos sobre ellos con mi sangre.
Comencé a intentar aplicar estas técnicas, aunque tardé en acostumbrarme a esto pues me cansaba más rápido al tener que usar más sangre para activarlos.
Las habilidades que solía usar eran 5: velocidad, fuerza, resistencia, inteligencia y vuelo, aunque esta última requería de un material ligero para funcionar.
Además, Yohan me ayudó a reunir diferentes tipos de materiales para formar mis golems, de manera que estos pudieran adquirir diferentes características y habilidades con base a su material de fabricación.
Luego de varios días de bastante práctica con mi quirk logré vencer a Katsuki. Estaba muy emocionada y decidí intentar molestarlo por su primera derrota contra mí. Sin embargo, su reacción no fue la que esperaba. Más que molestia de haber perdido él parecía estar ¿¡feliz!?
- ¿Por qué sonríes Katsurin? Pensé que te molestaría perder - pregunté confundida
- ¿¡QUIÉN SONRÍE!? TONTA - respondió borrando la sonrisa que antes tenía.
Reí al pensar que tal vez era su ego el que no le permitía aceptar que le alegraba que hubiera mejorado.
Al final ese día solo logré vencerlo solo una vez, pero tenía la esperanza de que mi racha mejoraría si continuaba practicando.
*La imagen del encabezado no me pertenece, derechos a quien corresponda*
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Patito con amnesia
Fiksi PenggemarLa historia sigue a una chica originaria de nuestro mundo que al morir reencarna en el cuerpo de Sayuri, una adolescente que vive en el mundo del anime de Boku no Hero Academia, donde poco a poco irá conociendo a algunos de los personajes de la seri...