Cap 22: El frío de la madrugada.

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Aveces los sueños se pueden convertir en tu peor pesadilla.

Erika.


Estoy en mi antigua casa, y le digo casa por que a eso no se le puede llamar hogar. Estaba en mi habitación recostada en mi cama. Duró un momento encerrada y cuando decido salir en el camino hacía la sala de estar me encuentro rodeada de personas vestidos de negro.

Es un funeral.

No veo a mi madre por ningún lado solo gente que desconozco, me siento perdida, vacía. Con una mala sensación. Cuando me hacerco a la hurna no veo al difunto.

¿Que hago aquí?

No hay nadie aquí que conozca.

Veo muchas personas llorando. Trato de salir del gentío pero son demasiadas personas.

De pronto...

Estoy en otra parte. En un sitio que recuerdo muy bien. El olor a alcohol invade mi nariz. Un escalofrío recorre mi espalda. Esa sensación de que algo malo va a pasar me asusta.

Examinó el lugar y es el cuarto de un ¿Motel?

Siento pánico. Mi respiración de entrecorta pero eso no es lo que me lleva a asustarme más. Lo que me asusta más es la sombra que está en el rincón del cuarto.

Su voz...

Su voz es lo que me hace temblar. No se le ve muy bien el rostro pero el solo sonido de su voz es me recuerda a el.

—Estas bajo mi control.

Eso basto para despertarme. Estaba sudando. Mi respiración está entrecortada. Pongo mi mano en mi pecho. No había me había dado cuenta de que no estaba sola. Estaba desnuda, en la cama y el brazo de Aaron alrededor de mi. No puede ser.

Me folle a Aaron.

Aaron me tiene aferrada a el. Que tierno. Se ve tan hermoso y vulnerable. Tengo la posibilidad de lastimarlo pero todavía no es el momento. Me escabullo y trato de safarme de su agarré. Cuando me libero busco mis bragas y mi vestido. Trato de no hacer ruido para que no se despierte. Antes de irme lo observo una última vez.

Aún no me lo creo.

Pues creetelo.

Salgo de la habitación y me dirijo a mi cuarto. Busco mi teléfono. Hay una notificación de un mensaje.

Hora: 5:30 AM

Pórtate bien. No querrás arruinar ese hermoso rostro por una estupidez.

Ya no lo puedo soportar más. Busco entre mis contactos a la única persona que me brindaría su apoyo y se que no me dira que no. En el segundo repique contesta.

—Hola. Necesito tu ayuda.

Con su voz llena de poder y seguridad me contesta:

—Todo por mi sobrina hermosa.

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Gracias por leer.

Will.

¿Por qué me enamore de tí? (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora