Narrativa Severus SnapeSe desmayo.
Después de haberme corrido una tercera vez dentro de ella, se desmayo. Mi cuerpo estaba agitado y estaba algo cansado por la rudeza en lo que lo había hecho, sin embargo todavía me hervia la sangre al recordar las palabras de mi estudiante...
"¿Es demasiado viejo para esto?".
Tal vez me hubiera controlado un poco más ya que en sus palabras se notaba un poco de temor al decirme eso y por qué cuando leí su mente ella estaba pensado en cualquier excusa para reteneme, sin embargo me vio de manera desafiante. Si no me hubiera visto de manera desafiante yo no hubiera perdido los estribos.
Pero la manera en la que me miró era diferente al como siempre lo hacía. Estoy acostumbrado a que la gente me mire con miedo, temor, asco, odio, pero ella...Ella siempre me miró diferente.
Sus ojos siempre se suavisaban al verme, una mirada que hace años no recibía.
Desde que aquellos ojos verdes me vieron por última vez antes de que se llenarán de lágrimas por haberla lastimado llamándola "sangre sucia", esos ojos verdes que me vieron por última vez antes de que los cerrará para siempre. Fue la última vez que alguien me miró no como un monstruo, si no como un ser humano. Hasta que apareció ella.
Esa pequeña conejita que llamó la atención desde su primer día, cuando al subir para que le colocaran el sombrero seleccionador se tropezó con el par de escalones provocando que varios se burlaran de ella.
"Que torpe..."- Pense
Muchos en su misma situación hubieran lloraro de la vergüenza o se hubieran enojado hasta odiar a todos en la sala. En mi caso me hubiera enfadado por tal humillación, pero ella no. Ella simplemente se paro se sacudió el polvo y también se empezó a reír con los demás por su propia torpeza. Nunca hubo una pizca de odio o de incomodidad en su mirada por la situación, era una mirada de total calma aunque todo el mundo se estuviera burlando de ella.
Por un momento dudé y estaba casi seguro que esa pequeña iba a ser seleccionada en Gryffindor, no sé por qué lo pensé, era demasiado como para pertenecer en una casa de porquería. Fue seleccionada para la casa de Hufflepuff, mis nervios se calmaron al saber que no sería otra mocosa más de Gryffindor pero un poco "decepcionado" por no ser parte de la casa Slytherin, esa pequeña me causaba curiosidad si estuviera en mi casa me daría la oportunidad de observarla de cerca.
No ella nunca podría ser parte de Slytherin, se la comerian viva si ella pertenecieran en mi casa.
Todo había quedado ahí, después de eso ella había salido totalmente de mis pensamientos, por el momento...
Cuando me tocó darle clase por primera vez me quede un poco confundido. Estoy acostumbrado a que muchos ignoren mi clase o no me tomen en serio es una de las razones por las que exigo demaciado e intimido los estudiantes. Pero ella no me miraba con ojos de temor por poder reprobar mi clase, me miraba maravillada, curiosa, con...¿admiración?
Siempre escuchaba atentamente y anotaba varias cosas que muchos pasan por alto en su libro, cuando preparaba sus pociones siempre se amarrada el cabello en dos coletas. Cuando su poción salía bien daba pequeños brinquitos de alegría discretos y aplaudía silenciosamente, entendí por qué con el tiempo sus compañeros la llamaban "conejita", volteaba su mirada a mi con una sonrisa para que pudiera calificar su trabajo. Estaba listo para humillarla y hacer que lo hiciera de nuevo pero simplemente nunca pude ponerle una mala nota en sus trabajos, hacía sus pociones excelentes que no se merecia una mala calificación. Era de las pocas estudiantes y hasta puedo decir que la única estudiante que prestaba atención a mi clase, que seguía mis indicaciones, que prestaba atención al pizarrón y corregía las medidas y no solamente se guiaba por el libro. Gracias a ella siempre tenía mis estantes llenos de pociones, al menos los ingredientes no eran mal gastados, no como otros estudiantes que gastaban a lo desgraciado ingredientes en sus estúpidos intentos de pociones.
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Teacher's Pet ( Severus Snape x T/N )
FanficEl amor prohibido es el más duradero de todos aunque no sea real, es el que más duele y el que sentimos con mayor fuerza en nuestros corazones, pero sobre todo el amor prohibido es el más adictivo, lujurioso, pasional, abusivo y controlador de todos...