Cap 8

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Clara abrió la puerta de su casa procurando no hacer ruido para no despertar a nadie y avanzó de puntillas hasta su habitación.
-¿Ya llegaste? ¿Cómo te fue?-susurró Zulema que la había oído llegar y había ido a su encuentro.
Clara que estaba concentrada en no hacer ruido y no se imaginaba que Zulema estuviera despierta y merodeando por la casa a esas horas chilló del susto.
-Bajá la voz que Viviana y Selva todavía duermen-la reprendió Zulema.
-Me asustaste -la reprendió a su vez Clara.
Las dos se miraron a los ojos y se echaron a reír, tratando de contener la risa para no hacer más ruido y provocando que les entrará aún más la risa tonta. Las dos acabaron sujetándose el costado y riendo a grandes carcajadas.

Diez minutos después todas las mujeres de la casa desayunaban animadamente en la cocina.
-Vaya juerga que se traían ustedes dos esta mañana-les reprochó en broma Viviana a Zulema y a Clara.
-¿Nos vas a explicar lo qué paso hoy por la noche Clarita? ¿Quién te llamó a esas horas?-preguntó Selva muerta de curiosidad.
-Sí eso explicate, que a mi todavía no me has contado nada desde que llegaste-la apoyo Zulema.

Clara se dispuso a contar a todas su experiencia de esa noche, y vivaz, espontánea y extrovertida como era ella contó todos y cada uno de los detalles.
-Uy uy ahí hay onda-coreo Selva.
-No digás voludeces se defendió Clara.
Zulema en cambio la miraba de reojo con intención y con una sonrisa pícara, había notado cierta intensidad en las palabras y en los ojos de Clara cuando hablaba del hijo de su amiga.
-Me voy a descansar un poco a mi cuarto-explicó Clara levantándose de la mesa -Estoy agotada.
Zulema la siguió hasta la puerta de su habitación.
-Esperá Clarita te puedo pedir un favor
-Obvio
-Te importaría acoompañarme por la tarde a misa.
-¿A misa? ¿Hoy?
-Sí, ¿podés?
Clara asintió con la cabeza
-No es mi plan soñado, pero por supuesto que te acompaño.
Clara le dio un abrazo a Zulema y entró en su habitación cerrando la puerta detrás de ella, se desvistió a toda velocidad, se tiro sobre la cama e inmediatamente se quedó dormida

Esperanza míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora