𝙾𝙽𝙴 𝙿𝙸𝙴𝙲𝙴 ◦ ❖ ◦ ⓄⓃⒺ ⓈⒽⓄⓉⓈ

Hambre ||Sanji x reader||

Advertencia: Más guarra que ayer, menos que mañana:) JAJAJA

Disfruten💜

Tengo hambre.

Era la única frase que vagaba en mi mente mientras miraba el techo, ¿acaso estaba dando vueltas?, mis oídos eran sofocados por los estruendosos sonidos de la batalla que se desataba en Onigashima y por las torturas que le ejercía Black María a un rubio, que por lo que escuché, pertenecía a los sombrero de paja.

El hombre se negaba a hablar sobre su nakama, Nico Robin, no importaba que le hicieran, se mantenía firme, entre lo que cabe; ya que a veces se veía tentado por la belleza de las cortesanas y un derrame nasal lo dejaba en evidencia.

—Habla—Black María se acercó a él con seducción.—Dime en dónde está tu tripulación.

—¡Púdrete, no te diré nada!—Vociferó.

—Vamos cariño, contesta mi duda y te dejaremos quedar aquí—Su voz sonó viscosa.—podrás disfrutar de todas nosotras. ¿No te gustaría?

—¡Sí, mellorine!—Contestó emocionado.—Digo, ¡No, jamás! Iré a ayudar a mi capitán por más que quiera quedarme en este paraíso.

Mi entorno giraba sin parar, esta situación llevaba un tiempo extenso, dejando patente que él no los delataría.

Había intentado dormir para mitigar los gruñidos de mi estómago, pero simplemente no podía detenerlos. Así que, por primera vez en la noche, erguí la cabeza para mirar al rubiales atado a una silla. Aunque su rostro estaba magullado, sus facciones eran muy bellas y finas, lucía amable aun bajo toda esa sangre. Sus labios rojizos similares a jugosas fresas, me hicieron vibrar las tripas.

Delicioso. Humedecí mi boca.

Estaba muriendo de hambre. Por más que había comido ya, mi interior seguía protestando, diciendo que necesitaba el plato fuerte. Gritando que lo nutriera.

Definitivamente, era un mal momento para estar en celo, mi cuerpo pedía sólo un alimento: semen.

Odiaba mi raza, detestaba ser una sucubo, pero gracias a eso era una famosa cortesana buscada por muchos. Lastimosamente, nadie había logrado saciarme del todo, cada ciertos días del mes se repetía el ciclo con mayor intensidad, y justo tenía que ser esta noche.

Me levanté del sofá en donde me encontraba sentada, caminando lentamente hacía mi—pronta—presa. Me detuve frente a él, detallandolo de arriba a abajo, obteniendo una mirada curiosa por su parte, con ojos acorazonados, acción que me hizo emitir una ligera sonrisa. Esto sería sencillo.

—¿Por fin te has dignado a ayudar, t/n?—Reprochó María.—Ya era hora, no por ser la favorita de los comandantes puedes darte el lujo de actuar como te plazca.

Ignoré el tono celoso bajo sus palabras, me tenía sin cuidado que estuviera enamorada de King y él pasara de ella enteramente, para buscarme a mí. Únicamente yo, junto a Kaido-sama conocíamos la apariencia y raza lunaria del gigante. Era uno de mis clientes favoritos, dispuesto a satisfacer cada necesidad que exigía mi cuerpo.