No correspondidos ||Zoro x reader||

10.4K 380 617
                                        

—La amas demasiado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—La amas demasiado. —Aseguré al verlo contemplar a Robin perdido en su mundo.

Zoro irguió el cuerpo hasta quedar recto en su asiento y me estranguló con la mirada—¿Cómo podrías saber eso?

Recostada en la ventana, dirigí mis orbes hasta el pelirrojo al final del aula quién charlaba animado con su grupo.

—Reconozco el sentimiento de anhelar a alguien. —Murmuré. —Perderlo antes de siquiera obtenerlo.

Él siguió el trayecto de mis ojos hasta posarlos en mi objetivo.

—Eustass…— Enarcó una ceja con desagrado. —Es mi amigo, pero no entiendo qué le ves de bueno.

Me encogí de hombros. Sinceramente yo tampoco lo sabía, el amor puede ser misterioso muchas veces.

—Lo mismo que tú a Robin, supongo.

—Touché. Aunque a veces no todo es lo que parece.

Nos observamos sin escrúpulos, con intensidad. Diciendo mucho y nada a la vez. Después de todo éramos culpables del mismo crimen.

De un secreto en común.

Ambos estábamos desesperados por nuestros amores no correspondidos, por lo que podíamos sanarnos mutuamente, ¿no?

Porque es fácil buscar consuelo en otro corazón roto. En las cenizas de un corazón que ardió con fuerza y se marchitó. En alguien que aprendió a estar bien en la soledad. Que le dolió, pero aun así no se quejó.

Éramos dos personas huyendo en la misma dirección.

—Iré esta noche a la misma hora.

Sin esperar respuesta, corté el momento y volví a mi asiento cuando el maestro entró.

Kid me regaló una sonrisa cuando me senté a su lado y me perdí en pensamientos llenos de él nuevamente. Lo amaba tanto, que lo estaba ayudando a destruirme a pedazos. Quería matar esa parte de mí que insistía en esperar que me quisiera de vuelta. Ya lo había asimilado, que jamás lo haría, pero, ¿cuándo iba a dejar de dolerme?

Y así es la vida, quieres a quién no te quiere.

El día se había ido volando, era momento de volver a casa, donde me esperaban horas de inquietud y desesperanza. Kid caminaba a mi lado sosteniendo un relato ameno de como Killer le había hecho una broma al maestro de historia. Hacía gestos con las manos, mientras yo reía. Sin embargo, la alegría no llegaba hasta mis luceros.

Me detuve en seco. —Kid, vete primero a casa. Yo tengo algo que hacer.

Él se giró enojado, podía sentirlo y se rascó la nuca para disimularlo.

—¿Por qué siempre quieres que me vaya primero?, ¿acaso te molesto?, ¿no quieres ser más mi amiga?

Su amiga. Mi pecho pareció encogerse junto a mis órganos.

𝙾𝙽𝙴 𝙿𝙸𝙴𝙲𝙴 ◦ ❖ ◦ ⓄⓃⒺ ⓈⒽⓄⓉⓈDonde viven las historias. Descúbrelo ahora