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No sabía porque estaba haciendo eso, realmente no sabía, se supone que saldría a caminar y despejarse después de una larga semana de exámenes, procesos de titulación y claro, trabajo.

En ese momento el principe se encontraba viendo por la ventana de su auto mientras soltaba expresiones de asombro cada que pasaban por un edificio alto y por todas las luces que iluminaban la ciudad. ¿Por qué estaba haciendo eso? Fácil, vio ese libro y quedó estático porque claro ahí estaba su vida a los 4 años, sin olvidar mencionar que el pájaro que salió de la fuente estaba igual o más sorprendido cada que veía cosas por la ventana.

¿Algo más? El pajarito y Yi En estaban discutiendo, el principe negaba y el pequeño pájaro lo picoteaba cada que este lo hacía.

— ¿Todo bien?

— ¡No! estás viendo que Marshall es un... es un... ¡es un tonto!

Jackson soltó una risa. — ¿Qué clase de insulto es ese?

— Mis padres dicen que las malas palabras acaban con la magia — el rubio suspiró con tristeza —. Una vez dije "idiota" y el escudo protector del castillo cayó.

Rápidamente Yi En llevó sus manos a su boca y volteó a ambos lados en busca de que algo malo pasara, pero nada pasó y eso hizo a Jackson reír.

— Oye... no te ofendas, pero la vida real no es así.

El príncipe sabía que las cosas estaban raras, esa no era su vida y tal vez ese era el suceso más loco de todos, pero iba a aprovecharlo al máximo ¿era real? No, estaba segurísimo que estaba alucinando porque tenía a Jackson a su lado.

— Lo sé, lo sé... cambiando de tema, siempre quise que me dijeran Mark, pero cada que mis padres escuchaban eso te culpaban.

Jackson rodó los ojos ¿cómo iba a creerse eso? No estaba loco; sin embargo el libro que había ojeado decía que efectivamente existía algo así como una historia de su vida pero ¿donde? Y ¿por qué sus padres nunca comentaron nada? Eso era traición.

— ¿Cómo sé que esto no es una broma? — Mark volteó a verlo con el ceño fruncido en señal de molestia —. Mira, no quiero que te molestes, simplemente quiero saber porque existe ese libro y porque estás vestido así, el pájaro puede estar entrenado pe- ¡auch! No me picotees.

El príncipe rodó los ojos y se cruzó de brazos. — No lo molestes si no quieres que te picotee, y no bromeo, tu viste el libro ¡me reclamaste hace nada! El que debería estar ofendido soy yo, no me has dicho tu verdadero nombre.

Jackson suspiró y estacionó su auto en su respectivo lugar. — Te lo dije, me llamo Jackson Jia Er Wang.

Mark sonrió y quitó su cinturón de seguridad para sentarse de lado frente a él. — Genial, entonces yo soy Mark Yi En Tuan — Jackson suspiró nuevamente.

— Mira, ese es mi nombre real — dijo sacando su identificación de la cartera —. ¿Lo ves? Esa es mi foto y mi nombre.

— Yo no... no tengo un plastiquito como estés ¡pero tengo mi brazalete! — sacó el brazalete de oro que tenía su nombre y año de nacimiento grabados al reverso y se lo entregó —. No hay foto pero ahí dice mi nombre, sin el Mark, ese lo escogí yo.

Jackson lo miró sorprendido porque ese brazalete era el mismo que estaba dibujado en todas las ilustraciones del cuento, una sola vez se hizo mención a este cuando explicaban la historia del reino Fénix y como todos tenían algún accesorio con su nombre grabado.

— Necesito más pruebas — soltó al fin, creyendo un poco más en las palabras del chico. En sus adentros se consideraba un loco que debería estar encerrado en alguna institución.

Like a Fairy Tale // MarksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora