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Se sentía idiota, estaba de acuerdo en que sus medios de vida eran diferentes, las cosas que le enseñaban a Mark eran totalmente otro mundo comparadas a las que le enseñaban a él y gritarle como si fuera tonto o inservible era algo que no tenía que hacer, lo sabía y lo lamentaba.

— Tal vez deberías disculparte — dijo Jaebeom luego de unos minutos.

— Lo sé.

— No estuvo bien que le dijeras eso, no entiendo que hay entre ustedes pero si la persona que me gusta me dijera una sola de las cosas que tu le dijiste a él yo le hubiera mandado a la mierda.

— Lo sé.

Jaebeom sólo estaba viéndolo como si esperara que se parara en ese momento a pedirle disculpas al principe, no iba a hacer eso porque estaba seguro que lo mandaría a la mierda, tenía que esperar a que se le bajara un poco el enojo para que lo escuchara. Además no estaba seguro de como disculparse tampoco.

— Mañana es tu día libre, tienes todo el día para hacer algo bueno para que te perdone.

Jackson lo miró mal, no sabía que decir y menos que hacer para que alguien lo disculpara, no tenía experiencia siendo tan mala persona con alguien inocente. Sólo pensaba las maneras de como disculparse y hacerle saber que no pensaba todo lo que dijo, simplemente estaba preocupado.

Una vez la cena terminó y Jaebeom se había ido a su hogar, él por su parte fue a su escritorio por una pluma y papel escribió una nota con indicaciones de como usar el microondas y las precauciones que debe tomar, luego tomó un plato y lo sirvió con las diferentes raciones que él creyó le gustarían al príncipe y lo tapó para luego pegar la nota encima de este.

Sólo esperaba que Mark se despertara y comiera algo porque no quería pensar en que aparte de triste también durmiera con el estómago vacío y ambos serían su culpa.

Una vez dejó todo en la cocina fue a su habitación y se cambió para recostarse más cómodo. Por más que intentara dormir le remordía la conciencia haber lastimado a Mark, sabía que todo sonaba loco e irreal como algo imposible de pasar.

Pero nada es imposible. Yi En es real, de carne y hueso, no conocía nada del mundo y podía entender con los animales o hacer que ellos lo entendieran, sin olvidar mencionar que su apariencia parece casi mentira con lo atractivo que es.

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Despertó un poco más liviano, la culpa ya no era tanta porque entre tanto pensar decidió que le pediría una disculpa a Mark y le haría el desayuno, lo llevaría a conocer la ciudad y le contestaría todas sus preguntas. Se levantó de la cama y sonrió viendo que no estaba el plato en la mesa, pero sí había una nota.

"Salí
- Yi En"

¿Qué le pasaba? Sólo decía una palabra y ya, ni siquiera a donde iba y por que o a qué hora volvería. No podía contactarlo porque obviamente no tenía teléfono y tampoco sabía a dónde iría, Mark a este punto podría haber sido atropellado.

Con el miedo recorriendo cada parte de su ser tomó las llaves de su auto y salió del departamento mientras marcaba las rutas a los hospitales más cercanos a su casa.

En cada uno de los lugares le dijeron que no estaba la persona con la descripción que dio y eso obviamente le ponía más nervioso porque eso sólo significaba que tal vez se hirió fuera de la vista de alguien o peor, alguien notó que era sumamente inocente en el tema de la vida y se aprovechó de su inocencia para obligarlo a robar o algo parecido.

Con eso mente buscó las rutas de las comisarías y se emprendió en su búsqueda, sentía la decepción cada que llegaba y le decían que no lo habían visto, bajándole cada vez más los ánimos.

— Es castaño, como de mi altura, tez blanca, ojos pequeños y expresivos, nariz recta mediana... se llama Mark.

El oficial negó mientras veía algunos papeles. — No hemos detenido a nadie con esa descripción.

— Gracias — dijo bajo y salió directo a su automóvil.

No sabía que mas hacer, estaba seguro que Mark no había llegado a su casa porque revisaba la cámara que tenía en la entrada de su casa cada diez minutos. Con pesar llamó a Jaebeom, necesitaba ayuda.

— Hola ¿cómo salió todo, Jack? — sonó animado deseoso del chisme.

— Mal, Mark salió temprano y no ha regresado ¿qué si se pierde? — preguntó angustiado —. Sabes que no es normal, es muy... él.

— Cálmate seguro está paseando por ahí ¿ya fuiste a algún parque cercano?, con eso de que le gusta hablar con los animales seguro alguno le recomendó un lugar para pasar el rato — soltó burlón molestando a Jackson.

— Jaja Jaebeom, muy chistoso —soltó sarcástico—, iré a buscar.

— Iré contigo, ve a tu casa y deja tu auto para que recorras las calles caminando por si lo encuentras.

— Bien — cortó la llamada y se dirigió a su casa.

Una vez en el estacionamiento bajó y empezó a caminar por las calles que dirigían al pequeño parque cercano, con suerte el príncipe estaría ahí recostado en el pasto con su pequeño Marshall rondando con él.

Pasó la serie de locales que estaban por ahí, viendo con detenimiento cada uno por si llegaba a tener éxito encontrando al castañito por ahí, no lo tuvo. Logró localizar a Jaebeom a lo lejos iba viendo con atención a las diferentes personas hasta que sus miradas se conectaron y corrió para llegar a su lado.

— Hey ¿nada aún? — preguntó interesado.

— No, me voy a volver loco si no aparece pronto.

Jaebeom le creyó, tenía una cara de preocupación como nunca antes la había visto y sabía que era porque sentía cierta responsabilidad por como lo había tratado. Siguieron su búsqueda por largos minutos hasta que la puesta de sol estaba casi terminándose y sus ánimos estaban totalmente bajos.

— Ya, seguro Mark está en casa ya y tú aquí sufriendo y volviéndote loco.

Jackson negó. — No lo está, revisé las cámaras hace nada y no hay señal de Mark...

Jaebeom suspiró y tomó el brazo de su amigo mientras lo jalaba para que caminaran cerca de las calles de su casa, si había suerte alguien habría visto a  Mark caminar por ahí.

Estuvieron preguntando por varios establecimientos hasta parar en una tienda de conveniencia, Jaebeom entró y compró unas bebidas y unos snacks fáciles de comer para seguir con su búsqueda.

— Jackson, Mark es un adulto y no puedes ponerte así sólo porque salió un rato.

— No lo entiendes — dijo sin darle mucha importancia a las palabras de su amigo.

El pelinegro rodó los ojos y le entregó una lata de jugo antes de él mismo tomar una. — haremos esto, iremos a la florería y compraremos el ramo mas lindo para que le pidas disculpas por tus tonterías cuando llegue a casa, seguro salió para conocer mas personas.

Eso no lo hizo sentir mejor, pero haría lo que dijo Jaebeom o terminaría recorriendo la ciudad por segunda vez en el día sólo para saber donde estaba Mark.

Like a Fairy Tale // MarksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora